Hamburgo es una ciudad construida sobre dos pilares: su caprichosa geografía, marcada por las aguas de los ríos Elba, Alster y Bille; por innumerables canales, dársenas, muelles, pequeños cursos de agua, lagos… ¡y más de 2.400 puentes!, que le han valido el sobrenombre de la “Venecia del norte”, y, en segundo lugar, por su dilatada y singular historia como Ciudad Libre Imperial y pieza clave de la poderosa Liga Hanseática. Títulos que subrayan, entre otras cosas, la enorme riqueza de la ciudad generada por su cualidad de punto de partida, y también de llegada, gracias a su enorme puerto, que desde la Edad Media has sido un auténtico punto de conexión con el resto del mundo.
En cualquier caso, la segunda ciudad más poblada de Alemania ofrece un coctel de atractivos que, sin duda, resulta totalmente embriagador, desde una vida cultural súper interesante hasta innumerables opciones para disfrutar de las compras, de la gastronomía, de la privilegiada naturaleza de su entorno…, y de todas esas razones que hacen que viajar merezca tanto la pena.
A continuación, algunas repuestas a la pregunta clave para esa próxima escapada o esas bien merecidas vacaciones en esta maravillosas ciudad alemana: ¿Qué ver en Hamburgo?
- Ayuntamiento de Hamburgo, símbolo histórico
- Speicherstadt, Patrimonio de la Humanidad
- Chilehaus, expresionismo arquitectónico
- Filarmónica de Elba, icono de futuro
- Fischmarkt, bullicio mañanero
- El Barrio de San Pauli y la “fiestera” Reeperbahn
- El viejo Elbtunnel, caminando bajo el río
- Puerto de Hamburgo, encanto marinero
- Deichstraße, una calle histórica
- Hamburg Dom, una fiesta para todos
- El Lago Alster, las aguas en el corazón de la ciudad
- Planten un Blomen, naturaleza urbana
- Dónde comer en Hamburgo
- Dónde dormir en Hamburgo
Ayuntamiento de Hamburgo, símbolo histórico
Para empezar por el principio, nada mejor que acercarse a esa especie de “km 0” de esta vieja ciudad-estado alemana (la ciudad de Hamburgo, con sus 7 distritos y apenas 750 km2, es uno de los 16 estados federados alemanes), su imponente Rathaus o Casa del Ayuntamiento. Este ecléctico edificio neorrenacentista, inaugurado en 1897, no solo alberga al gobierno de la ciudad, también es sede del Parlamento y del Senado de Hamburgo.
Se dice que el enorme edificio, de 133 metros de ancho, 70 m de fondo y 112 m de altura, está soportado por 4.000 pilotes de madera clavado en el fango de la ribera del lago Alster. Lo que sí es seguro es que este icónico lugar, profusamente decorado, está abierto al público, y sus visitantes pueden conocer todos sus rincones a través de interesantes visitas guiadas o disfrutar de las distintas exposiciones que se suelen alojar en su interior.
Además, el entorno del Ayuntamiento ofrece atractivos de todo tipo, desde los edificios de la Bolsa de Hamburgo y la Cámara de Comercio hasta el lago interior del Alster y la Rathausmarkt o Plaza del Ayuntamiento, sede habitual de ferias, mercados y conciertos, entre muchos otros eventos.
Speicherstadt, Patrimonio de la Humanidad
Muy cerca del Ayuntamiento, hacia la ribera del Elba, se encuentra una auténtica joya histórica de la ciudad, el conjunto más grande del mundo de almacenes portuarios, conocido como Speicherstadt (literalmente “Ciudad de Almacenes”). Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este enorme complejo neogótico de 260.000 m2 se construyó entre 1883 y 1920 para impulsar la actividad de la zona franca del Puerto de Hamburgo.
Hoy en día, tras haber sobrevivido, casi al completo, los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, la Speicherstadt alberga distintos equipamientos culturales, como Miniatur Wunderland, la maqueta ferroviaria en miniatura más grande del mundo; Hamburg Dungeon, un divertido recorrido por algunos de los acontecimiento históricos más importantes de la ciudad que reúne a un increíble elenco de actores teatrales, efectos especiales, escenarios y juegos mecánicos; el Museo de la Aduana Alemana o el Museo Marítimo, este último alojado en el almacén más antiguo de la zona y poseedor de unas de las colecciones más impresionantes de arte y objetos relacionados con el mar y la navegación, entre otros interesantes espacios.
Por supuesto, simplemente recorrer el área de la Speicherstadt es todo un espectáculo, con sus icónicos edificios de ladrillo rojo, los canales, muelles, puentes y ese singular ambiente que solo se percibe en los puertos viejos, lugares que han visto ir y venir a gente de todos los rincones de la Tierra.
Chilehaus, expresionismo arquitectónico
Dentro de la misma declaratoria que reconoce a la Speicherstadt como Patrimonio de la Humanidad, se incluye también el distrito de oficinas ligadas a la actividad portuaria de Kontorhaus y, en particular, el edificio conocido como Chilehaus. Esta singular joya de la arquitectura expresionista de los años 20 del siglo pasado, con su peculiar silueta en forma de proa de barco, es uno de los edificios más famosos de Alemania.
Obra del arquitecto Fritz Höger, el edificio de 10 plantas está hecho a partir de una estructura de hormigón armado y cerca de 5 millones de ladrillos oscuros, y fue, en su día, un encargo del magnate Henry B. Sloman, un empresario británico establecido en Hamburgo que hizo fortuna importando salitre desde Chile –de ahí el nombre del edifico, obviamente–. En todo caso, el Chilehaus es un claro símbolo de la recuperación económica que experimentó la ciudad tras la Primera Guerra Mundial y uno sus edificios más emblemáticos.
Filarmónica de Elba, icono de futuro
Y si la Speicherstadt y el edificio Chilehaus subrayan la riqueza de un pasado no muy remoto en la ribera del Elba, este icónico edificio, ubicado en la misma zona, confirma la imparable proyección de la ciudad hacia el futuro. La espectacular Elbphilharmonie, la sala de conciertos de la Filarmónica del Elba –conocida cariñosamente como Elphi–, es obra del prestigioso estudio de arquitectura Herzog & de Meuron y forma parte del gran proyecto de regeneración urbana de HafenCity, en pleno puerto de Hamburgo.
Con 26 niveles y más de 100 metros de altura, el edificio sorprende desde casi cualquier rincón de la ciudad: su parte inferior integra la fachada de ladrillo rojo de un antiguo almacén portuario (Kaispeicher A) y la superior está formada por una audaz estructura de paneles de vidrio, curvos y cortados en secciones, que asemeja a una vela extendida o las olas del mar, y captura los reflejos del cielo, el agua y la ciudad. Una excepcional combinación entre tradición y modernidad que representa el propio espíritu de Hamburgo, y cuyos secretos se pueden descubrir a través de distintas visitas guiadas.
Por supuesto, la Elbphilharmonie es uno de los grandes protagonistas de la agenda cultural de la ciudad gracias a la diversa programación musical que ofrece en sus distintas salas, desde lo más clásico hasta el jazz, así como a su calidad acústica (una de las mejores del mundo), pero no solo eso. La Elphi también es un punto de encuentro y, por ejemplo, su famosa Plaza –que no se encuentra a nivel de calle sino a 37 metros de altura– ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad y su puerto (360º), entre otros atractivos.
Fischmarkt, bullicio mañanero
También en la ribera del Elba, pero algo más hacia oeste, en el barrio de Altona, el mercado de pescado de Hamburgo es, todos los domingos por la mañana, un lugar de visita obligada para locales y visitantes por igual. Pero, ojo, solo está abierto entre las 5 y las 9:30 de la mañana en verano, y entre las 7 y las 9:30 en invierno, así que hay que ir prontito.
Desde 1703, en esta antigua lonja y sus puestos aledaños se venden frutas, flores, ropa, objetos de todo tipo y, desde luego, pescado. Para atraer a sus clientes, los mercaderes gritan a todo pulmón las maravillas que ofrecen, dando lugar a ruidoso y divertido “debate” comercial que no hace más que subrayar el peculiar carácter del propio Fischmarkt. Además, no solo se puede comprar en este mercado, también es un lugar perfecto para desayunar un delicioso sándwich de pescado, entre otras delicatesen locales, escuchar música en directo –para muchos, es el lugar perfecto para rematar una noche de fiesta– o, simplemente, disfrutar del bullicio y las maravillosas vistas al puerto.
El Barrio de San Pauli y la “fiestera” Reeperbahn
Y hablando de fiesteros que desayunan sándwiches de pescado en el Fischmakrt, no muy lejos de este peculiar mercado se encuentra, precisamente, el corazón de la fiesta en Hamburgo, el famosos barrio de San Pauli y la casi mítica calle Reeperbahn, un lugar que en poco más de un kilómetro ofrece todo tipo de bares, discotecas, restaurantes, teatros, galerías de arte y… bueno, le llaman “la milla del pecado” por algo.
En todo caso, la histórica calle de los cordeleros (en los siglos XVII y XVIII se confeccionaban ahí las cuerdas y cabos utilizadas en el puerto) y famoso distrito rojo de la ciudad, aún recuerda los días en los que The Beatles tocaban en sus bares, a principios de los años 60 del siglo pasado, y continúa siendo un sitio efervescente y ecléctico, donde se presentan cada noche desde DJs internacionales hasta músicos callejeros; donde se puede tomar una copa en un club de lujo o en un roído bar de marineros. Además, a finales de septiembre, el Festival Reeperbahn atrae a este colorido rincón de Hamburgo a unos 25.000 visitantes, cada año, dispuestos a disfrutar de los conciertos, el gran ambiente y las más diversas propuestas que inundan la zona.
El viejo Elbtunnel, caminando bajo el río
A un par de calles de las brillantes luces de neón de la Reeperbahn se encuentra otra de las grandes atracciones de Hamburgo, el viejo túnel bajo el río Elba. Construido en 1911 para ofrecer a los trabajadores portuarios un acceso directo a los muelles en la ribera sur del río, desde San Pauli, el túnel fue toda una proeza técnica en su época. Sus 426 metros de recorrido se extienden a unos 24 metros bajo la superficie del río, y su singular estilo Art déco hacen que el viejo túnel sea un auténtico sueño para cualquier fotógrafo o instagramer que se precie.
Hoy en día, a pesar de que existe el “nuevo” Elbtunnel y varios puentes construidos en la década de los años 70 del siglo XX, esta singular obra de ingeniería sigue siendo una buena manera de cruzar el río para explorar la orilla sur y el enorme puerto de Hamburgo. Además, las vistas de la ciudad desde la plataforma de observación que se encuentra en la salida sur del túnel son totalmente espectaculares.
Puerto de Hamburgo, encanto marinero
El de Hamburgo es el segundo puerto más grande de Europa (solo por detrás del puerto de Rotterdam) y es, desde luego, impresionante. Miles de barcos, infinitos contenderos apilados uno sobre otro, cientos de enormes grúas, incontables dársenas y muelles, grades cruceros, aires de tierras remotas y una singular sensación de libertad, hacen que el peculiar encanto portuario de la ciudad, que desde el Elba se abre al Mar del Norte, y de ahí el resto del mundo, sea uno de sus grandes atractivos.
En este sentido, quizás la mejor manera de apreciar este inmenso puzle marítimo es por medio de uno de los muchos paseos en barco que permiten explorar la zona, desde los pequeños canales que se adentran en la ciudad hasta las propias aguas del Elba. Además, los hay de todo tipo: paseos en barco con paradas libres (hop-on hop-off), plácidas travesías por el puerto a la luz del atardecer, excitantes recorridos en barcos de alta velocidad…
El puerto es también un gran escenario en el que se muestra la historia, la cultura y la efervescente actualidad artística de la ciudad. Además de la Speicherstadt, el viejo Elbtunnel y la Elbphilharmonie, entre otros grandes iconos de la zona, el puerto también es hogar de distintos muesos e impresionantes barcos-museo que cuentan la historia de osadas aventuras del pasado; de atractivos festivales, como Elbjazz, Dockville o el festival literario Harbour Front, entre muchos otros; y de múltiples manifestaciones que subrayan la rica cultural marinera de Hamburgo.
Deichstraße, una calle histórica
De vuelta en tierra, las calles históricas del centro de la ciudad también ofrecen una de las caras más atractivas de Hamburgo. En particular, la Deichstraße, ubicada entre el puerto y la plaza del ayuntamiento, es una buena muestra del rico patrimonio histórico y arquitectónico que comenzó a gestarse en el siglo XVII. Algunas de las casas adosadas más antiguas de la ciudad, albergan hoy restaurantes y boutiques que destilan el típico estilo hanseático.
Pasear por la Deichstraße y las callejuelas que en ella desembocan, disfrutar del encanto histórico de la zona, comer algo en cualquiera de sus restaurantes tradicionales, pasar el rato en un café, buscar el regalo perfecto para llevar de vuelta a casa… Sin duda, recorrer las calles históricas de Hamburgo, como la Deichstraße, Cremon, Reimerstwiete y tantas otras, supone vivir un auténtico viaje en el tiempo.
Hamburg Dom, una fiesta para todos
Celebrada tres veces al año –primavera, verano e inverno–, la icónica DOM de Hamburgo es la feria pública más grande del norte de Alemania. Norias, montañas rusas, tiovivos, fuegos artificiales…, más de 250 atracciones para toda la familia, desde grandes despliegues de alta tecnología hasta pintorescos juegos llenos de nostalgia. Todo ello convierte (¡durante 4 semanas en cada edición!) al recinto ferial de Heiligengeistfeld, ubicado entre el estadio de San Pauli y el parque de los Große Wallanlagen, en pleno centro de la ciudad, en un maravilloso mundo de emociones y diversión.
Desde luego, la comida es uno de los grandes atractivos de la feria y más de un centenar de puestos ofrecen desde aperitivos típicos y todo tipo de dulces hasta comilonas en toda regla; desde el famoso Currywurst y los tradicionales sándwiches de arenque hasta algodón de azúcar y almendras tostadas. Además, al visitar la Hamburg DOM no se pueden dejar de probar las populares Schmalzkuchen, pequeñas rosquillas que se sirven calientes con azúcar glas o salsa de chocolate. En todo caso, cada edición de la Hamburg DOM ofrece un sinnúmero de eventos especiales, áreas temáticas y momentos muy emocionantes.
El Lago Alster, las aguas en el corazón de la ciudad
El agua es una de las indiscutibles señas de identidad de Hamburgo y el lago Alster, el interior (Binnenalster) y el exterior (Außenalster), es una clara muestra de ello. Dividido por el Lombardsbrücke (el puente lombardo) y el puente Kennedy, el lago es, en realidad, un embalse formado por las aguas represadas del río Alster. Desde la Edad Media, el cauce del segundo río más importante de la ciudad fue interrumpido para impulsar los molinos que se establecieron en la ribera, dando forma, en buena medida, al propio centro histórico de la ciudad.
Hoy en día, tanto el Binnenalster, caracterizado por su gran chorro de agua que surge desde el centro del lago hasta alcanzar unos 60 metros de altura, como Außenalster, un cuerpo de agua mucho más grande que el primero, son dos puntos de referencia para locales y visitantes por igual. Enmarcados por edificios históricos de todo tipo y grandes mansiones, ambos segmentos del Alster no son solo una de las estampas más bonitas de Hamburgo y un lugar perfecto para relajarse bajo la sombra de los árboles de sus riberas, son también un auténtico patio de recreo en el que se puede practicar remo, vela, stand up paddle, kayak… o simplemente disfrutar de una buena carrera o un recorrido en bici alrededor de ellos.
Planten un Blomen, naturaleza urbana
Auténtico “corazón verde” de la ciudad, este gran parque urbano se extiende desde San Pauli hasta un costado del lago Alster y es el escenario perfecto para disfrutar de la naturaleza, pero también para practicar todo tipo de deportes, pasear, disfrutar de algún concierto de verano, tomar algo… En sus 45 hectáreas hay de todo y para todos.
En cuanto a su diseño, además de amplias zonas de césped, idílicos arroyos y pequeños estanques, sus distintos jardines temáticos, como el jardín del boticario, con sus diferentes plantas y hiervas medicinales; el jardín japonés, vestido de las más exóticas variedades y coronado por su pintoresca casa del te; o las terrazas mediterráneas, revestidas de pizarra oscura que almacena el calor del sol y permite que crezcan higueras, hibiscos y limoneros en el clima más fresco de Hamburgo, son todo un espectáculo.
Además, desde mayo hasta finales de octubre, el espectáculo de luces y música clásica en el estanque central del parque, cada tarde, también merece una visita. Incluso, es muy común ver a grupos de amigos y familias con una manta, algo para picar, tal vez una botella de vino… ¡Todos listos para disfrutar del espectáculo!
Dónde comer en Hamburgo
Como buena ciudad cosmopolita y puerto conectado al resto del mundo, en Hamburgo hay opciones para satisfacer todo tipo de paladares, desde la alta gastronomía hasta divertidos food trucks, kebabs, mercadillos y tantas otras posibilidades.
Un “clásico” para comer en Hamburgo es, desde luego, la Deichstraße. Esta calle de marcado carácter histórico cuenta con distintos restaurantes de corte más tradicional y una dilatada trayectoria. También hay que probar el pescado fresco en algún restaurante del puerto y las delicias que ofrecen los locales a orillas del Alster… ¿Qué tal una propuesta de alta cocina en HafenCity? ¿O mejor un plan más relajado en el ecléctico San Pauli? Los barrios de Sternschanze y Karolinenviertel también son un paraíso foodie.
Sin duda, otra buena opción es disfrutar de un picnic en Planten un Blomen o en cualquiera de los muchos otros parques de la ciudad, o a orillas de lago Alster. Si la visita coincide con cualquiera de las tres ediciones anuales de la Hamburg DOM, habrá que pasar por alguno de sus más de 100 puestos de comida. Eso sí, ¡los domingos por la mañana son para el Fishmarkt!
Otra suculenta opción es la sorprendente oferta gastronómica del hotel Barceló Hamburg, encabezada por la cocina fusión de su Restaurante & Vinoteca 1700, una propuesta que combina de manera perfecta la cocina mediterránea y la alemana, maridadas con una amplia selección de exclusivos vinos españoles y locales.
Dónde dormir en Hamburgo
Para cerrar el círculo de una estancia memorable en esta excepcional ciudad alemana, nada mejor que el hotel Barceló Hamburg, un 4 estrellas urbano y vanguardista ubicado en pleno centro de la ciudad y a una calle del Binnenalster y del Kunsthalle; 193 habitaciones con todo lo necesario para cualquier viaje de placer o negocios, rodeadas de la mejor oferta cultural, comercial y de ocio de esta increíble ciudad.