Historia, arte, cultura, naturaleza, comparas, ocio, gastronomía…, Hamburgo ofrece planes para todos los gustos y presupuestos, y entre ellos se encuentran distintas excursiones, de un día o medio día, que permiten descubrir los innumerables atractivos que rodean a esta gran ciudad alemana; lugares que bien merecen una visita, como Stade, una pequeña perla hanseática.
Esta pintoresca localidad de la ribera sur del Elba está situada a unos 45 kilómetros de Hamburgo, río abajo, hacia la desembocadura. Stade fue fundada a finales del siglo VIII y su rico patrimonio histórico todavía refleja la importancia que el lugar ha tenido como puerto comercial, gracias a su conexión con el propio Elba a través del río Schwinge –el centro de Stade está a unos 4 kilómetros del Elba y el Schwinge es, precisamente, un afluente por la ribera izquierda.
En cualquier caso, visitar Stade es como realizar un viaje en el tiempo para descubrir una extraordinaria villa histórica, rodeada de árboles frutales –visitar los huertos de Alte Land en primavera es un espectáculo– y colmada de hermosos rincones, pequeñas tiendas y cafés; un lugar lleno de encanto que subraya las mil maravillas que se pueden encontrar en Hamburgo y su entorno.
- Centro histórico: encanto hanseático
- Iglesia de San Cosme y San Damián
- Alten Hafen, el puerto viejo
- Dónde comer en Stade
Centro histórico: encanto hanseático
Situado en una pequeña isla formada por el río Schwinge, el casco histórico de Stade es uno de los más bonitos del norte de Alemania. El antiguo puerto hanseático y la plaza del mercado de pescado (Fischmarkt), las iglesias medievales de San Cosme y San Damián (s. XIII-XVII) y de San Wilhadi (s. XIV), la vieja casa consistorial (barroca, del XVII), las casonas y bodegas de ladrillo rojo y vigas de madera (s. XVII, aunque las hay del XV y XVI), el histórico Almacén Sueco (Schwedenspeicher), el monasterio y hospicio de San Juan, los robustos bastiones medievales…, todo allí parece sacado de un antiguo cuento norte europeo.
Stade es, en todo caso, uno de esos lugares que hay que pasear sin prisas, tranquilamente, descubriendo sus pequeños detalles, sus callejuelas adoquinadas, sus casas de entramado de madera, sus numerosos lugares de interés e interesantes museos… Tomar una pausa en cualquier café, disfrutar de la gastronomía local, comprar un pequeño recuerdo… Y, según la época del año, incluso disfrutar de algún pintoresco mercado, un festival, una divertida fiesta popular y tantas otras posibilidades que hacen del casco histórico de Stade un maravilloso escenario. Por cierto, las visitas guiadas temáticas son una excelente, y divertida, manera de descubrir Stade.
Iglesia de San Cosme y San Damián
Uno de los lugares más icónicos de Stade es esta iglesia, original del siglo XIII y con importantes adhesiones en los siglos XV, XVI y XVII, sobre todo después del gran incendio de 1659, así como importantes trabajos de restauración realizados ya en pleno siglo XX.
Además de su característico crucero octogonal, coronado por una gran torre (62 metros de altura), esta iglesia cuenta con interesante elementos decorativos, como el altar de Santa Gertrudis, de principios del siglo XVI, un relieve de la Crucifixión de 1580 y un gran candelabro; de finales del XVIII es su impresionante chapitel, que hoy es un símbolo de la ciudad, y su excepcional altar mayor, obra de Christian Precht, es de 1677. Sin embargo, la pieza clave de este hermoso edifico no es otra cosa que su órgano barroco. La construcción del extraordinario instrumento musical comenzó en 1668, a cargo del maestro Berendt Huß, y fue concluida, en 1675, por uno de sus aprendices más aventajados, Arp Schnitger. Hoy en día se le considera uno de los mejores órganos construidos en el siglo XVII.
Distintas visitas guiadas permiten descubrir todos los tesoros de este singlar joya arquitectónica e incluso es posible subir a la torre para disfrutar de las increíbles vistas del casco antiguo, el cercano río Elba y más allá.
Alten Hafen, el puerto viejo
Al igual que en Hamburgo, la historia de Stade está íntimamente ligada a su viejo puerto. Incluso, el propio nombre de la localidad hace referencia a un lugar cuyas características naturales le convierten en un punto ideal para desembarcar; una especie de pequeño puerto o abrigo natural para pequeñas embarcaciones. En cualquier caso, las huellas de su dilatada historia (¡más de mil años!) aún se pueden observar a ambos lados del río Schwinge a su paso por el casco histórico de Stade.
Lo primero que llama la atención es, por supuesto, su inigualable colección de viejas casonas de entramado de madera, muchas de ellas antiguos almacenes y casas de comerciantes del siglo XVII, algunas incluso de los siglos XV y XVI. La Casa del Bürgermeister Hintze y la Casa Goeben son solo dos de las más emblemáticas.
La réplica de una antigua grúa de madera y la histórica plaza del mercado de pescado (Fishcmarkt), rodeada de cafés, restaurantes y bares, marcan uno de los extremos del puerto, y en el lado opuesto se encuentra el histórico almacén Schwedenspeicher, un enorme edificio de típico ladrillo rojo, construido en época de la dominación sueca de Stade (1645 – 1712), que hoy alberga un interesante museo sobre la historia de la ciudad, incluyendo una espléndida exposición sobre la Liga Hanseática que es única en Alemania.
Además, aunque el Puerto Viejo dejó de ser navegable en 1968, desde otras instalaciones próximas al casco antiguo se pueden realizar todo tipo de actividades náuticas, desde paseos en barco, en góndola, en canoa, en kayak o en stand up paddle por los canales de la ciudad hasta travesías en velero por el Elba. Una manera muy auténtica para descubrir este bonito lugar.
Dónde comer en Stade
El casco histórico y sus alrededores están repletos de cafés, bares y restaurantes, cada cual más acogedor que el anterior, aunque quizás la zona más concurrida es la vieja plaza del mercado de pescado (Fischmarkt), en el Alten Hafen. El restaurante LiLA’S Bistro, el Die Bohne/Café Petit Filou y la Pannekoken-Hus son solo algunos buenos ejemplos de las delicias que se pueden disfrutar en el Puerto Viejo de Stade.
Fuera del puerto pero aún en el casco antiguo, el restaurante Knechthausen, en la calle Bungenstraße, es todo un clásico de calidad excepcional; el Barbarrosa, en la Salzstraße, y el Apropos, un poco más hacia el sur, en la Kleine Schmiedestraße, son también buenas opciones para disfrutar de los sabores más típicos de esta pintoresca villa hanseática.