Desde 1962, la Cruz de Benidorm ha estado observando con el ceño fruncido a los bañistas de la ciudad. Muchos son los que se acercan hasta esta cima de la Sierra Helada (o Serra Gelada, en valenciano) para disfrutar de la mejor panorámica de Benidorm y de las sierras que la rodean. Pero, salvo los habitantes de las cercanías, pocos recuerdan que fue colocada para protestar por la autorización del gobierno franquista para lucir bikinis, y otros pecaminosos trajes de baño, en sus playas.  

En un principio, el obispo de Orihuela-Alicante había amenazado al alcalde con colocar un cartel a la entrada del pueblo con el mensaje de bienvenida: “El Infierno”. Afortunadamente, se optó por una solución menos arriesgada de cara al turismo. Se organizó una procesión en la que participó una buena parte del municipio, que llevó a hombros a la Cruz de Benidorm hasta la cima del monte. 

 

  1. El espectacular mirador de la Cruz de Benidorm
  2. ¿Cómo subir a la Cruz de Benidorm?
  3. Un antídoto contra los bikinis
  4. Otras rutas desde la Cruz de Benidorm en el Parque Natural de la Sierra Helada

Hoy día, esa misma Cruz de Benidorm que se ilumina de noche, ha sido aprovechada por el cine gracias a su fotogenia y es un espectáculo único para los que emprenden el ascenso a esta montaña. En definitiva, es toda una atracción turística por sus impresionantes vistas y por su entorno natural, una manera diferente de relajarse en esa ciudad de rascacielos que es Benidorm. 

Y es que, además de un mirador y de un espectacular paseo, la Cruz de Benidorm es la puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra Helada/ Serra Gelada. Desde su camino salen además otras rutas, algunas de las cuales guardan recompensas como la del romántico faro del Albir, solitario en un barranco frente al mar y con unas vistas arrebatadoras. 

 

 

El espectacular mirador de la Cruz de Benidorm  

El Parque Natural de la Sierra Helada, que cubre la costa desde Benidorm hasta Alfaz del Pi, es una zona de relieve muy accidentado, con impresionantes acantilados recortados en la piedra inclinándose sobre el mar. En muchos casos, su perímetro nos regala sorpresas, como una vegetación exuberante esperándonos en alguno de sus rincones. En el extremo sur del parque encontramos la Cruz de Benidorm, marcando el final de éste. 

La serranía de su entorno presenta acantilados con caídas de hasta 434 metros de altura, pero se trata de un monte de vegetación escasa, entre otras cosas por la acción del viento de Levante. Es por ello que nos encontraremos una visión despejada durante todo el camino, con arbustos y escasos árboles como el pino. Toda la subida podría considerarse, por tanto, un largo mirador; pero, además, tenemos algunos oficiales ya señalizados, para que no nos perdamos ningún detalle de la experiencia.

cruz de benidorm
Sin duda, un mirador inigualable

A la caída de la noche, desde la cima en la que se encuentra la cruz, Benidorm cambia los resplandores de sus elevados rascacielos por la penumbra, con el cielo ambarino reflejándose en las aguas de la costa. Durante el día, aquí estaremos rodeados por el eterno azul del mar y del cielo mediterráneos, con el perfil de las montañas que rodean la ciudad recortado en el horizonte. 

¿Cómo subir a la Cruz de Benidorm? 

La ruta que nos lleva hasta la Cruz de Benidorm asciende por lo más elevado de las crestas que forman la sierra. Si lo deseamos podemos realizar el recorrido en coche y aparcar a pocos metros de la misma, pero sugerimos hacerlo andando para poder disfrutar de las vistas que nos envuelven. Es una ruta recomendable para hacer en bici y muy fácil de realizar incluso con calzado deportivo. Además, una vez al año se organiza “La Subida a la Cruz”, una carrera de 10 km hasta la cima.  

Durante esta ruta que parte del paseo marítimo, y que está perfectamente señalizada, dejaremos a nuestra derecha varias calas como Lusera o Ti Ximo. Después de salir de la parte urbanizada, el camino asfaltado nos conduce directamente hasta la Cruz de Benidorm, siempre rodeados de las impresionantes paisajes que el monte nos concede conforme vamos ganando altura. 

  • Longitud: 5 kilómetros. 
  • Dificultad: Muy fácil. 
  • Tiempo: unas 3 horas.  

Un antídoto contra los bikinis 

Como decíamos, a finales de 1961 los ánimos estaban muy caldeados en el sector más religioso de Benidorm. España empezaba a abrirse al exterior, fracasada la autarquía o autosuficiencia del país, habiendo sido el último bastión del cristianismo en Europa. Y para demostrar al resto del mundo que la ciudad no se contagiaba del libertinaje reinante, se organizó una semana con varios actos de carácter piadoso. Esta fue la “Gran Misión” del padre Salvador Perona, llevada a cabo por él mismo junto con otros misioneros y religiosos.

Cruz de benidorm noche
La Cruz de Benidorm iluminada de noche

Como colofón a esa semana, el último día, el “Día del Perdón”, los organizadores pretendían subir a cuestas una cruz de madera hasta la Sierra Helada. Y la aceptación popular fue grande: todos los niños se disfrazaron, los adultos iban en procesión turnándose el madero para llegar arriba y, al final, la Cruz de Benidorm fue instalada en la cima. En un lugar desde el que los heréticos veraneantes no tuviesen más remedio que verla… siempre que levantasen la vista hacia el cielo. 

Esta primera cruz fue fruto de las circunstancias y se hizo con dos postes de la luz, de madera. En 1975, un fuerte temporal se la llevó por el aire, con lo que hubo de ser sustituida. Esta vez, el mismo sentido práctico fue adoptado y la cruz se fabricó a partir de traviesas ferroviarias. Con la llegada de la democracia se planteó quitarla de su lugar, pero la reclamación no llegó a prosperar. Finalmente, la Cruz de Benidorm se quedaba allí, para seguir controlándolo todo desde las alturas. 

Otras rutas desde la Cruz de Benidorm en el Parque Natural de la Sierra Helada 

En punta de L´Escaleta y muy cerca de la Cruz de Benidorm tenemos, a las orillas del mar y sobre los acantilados, el mirador Serra Gelada/ Sierra Helada y la torre Vigía, también llamada punta del Cavall o Seguró, del siglo XIV. Además, desde la misma cruz sale otra ruta que recorre toda la sierra por sus crestas, en un recorrido de algo más de 8 kilómetros (sólo ida), y que nos lleva hasta El Albir en unas 4 o 5 horas.  

Igualmente, desde la Cruz de Benidorm encontraremos señalizada la ruta al evocador faro del Albir. De unos 6 kilómetros (unas 4 o 5 horas de recorrido), nos llevará a través de diferentes cumbres de la sierra, incluido el Alt del Governador, de 438 metros de altura. Una vez pasemos por las antiguas minas de ocre, de las que se extraía antiguamente este material para usarlo como colorante, habremos llegado al faro del Albir. Su estampa solitaria frente al mar, sobre los rocosos y afilados barrancos de la costa, sigue pareciendo obra de la fantasía del Romanticismo europeo.