Boa Vista, la tercera isla más grande de Cabo Verde y seguramente la más salvaje, es una extensión de 55 kilómetros cuadrados llenos de contrastes extremos: dunas que se pierden en el horizonte, playas desiertas de arena blanca y un océano que despliega todas las tonalidades del azul. Más allá de sus paisajes hipnóticos, la isla guarda una historia marcada por la navegación, la alfarería y la vida pausada de sus pequeños pueblos. Desde su capital, Sal Rei, hasta los restos del naufragio del Cabo Santa María, en Boa Vista la naturaleza, la historia y la cultura criolla conviven en una síntesis perfecta. Recorrer la isla es perderse entre aldeas donde la vida sigue el ritmo de las mareas, atravesar el Desierto de Viana con su arena traída del Sáhara o descender a las grutas de Varandinha, donde la roca ha sido esculpida por siglos de embates marinos. Quienes la visitan buscan algo más que sol y playa: aquí se encuentran con una tierra de vientos cálidos, ‘morabeza’ caboverdiana y una esencia salvaje que aún resiste la llegada del turismo masivo.

  1. Sal Rei: el corazón colonial de Boa Vista
  2. Fundo de Figueiras: la Boa Vista más tradicional del interior
  3. Cabo de Santa María: el naufragio que se convirtió en postal
  4. El Desierto de Viana: un pedazo de Sáhara en el Atlántico
  5. Las Cuevas de Varandinha: una ‘catedral’ de roca esculpida por el Atlántico
  6. Mejores playas en Boa Vista: kilómetros y kilómetros de arenales vírgenes
  7. Mejores actividades en Boa Vista: naturaleza, aventura y cultura

Sal Rei: el corazón colonial de Boa Vista

Sal Rei, con apenas 10.000 habitantes,  es la principal población de Boa Vista y el punto de entrada a la isla. Su puerto, antaño clave para la exportación de sal—de ahí su nombre—sigue siendo el corazón de la ciudad, con los pescadores descargando su captura diaria y las barcas meciéndose al ritmo de la marea. El centro histórico conserva un aire colonial, con calles de arena y casas de colores que recuerdan el pasado portugués. La Praça de Santa Isabel, con su mercado de artesanía y su pequeña iglesia de tonos pastel azul y blanco, es el mejor lugar para empezar a conocer la vida cotidiana de la isla.

Frente a la costa de Sal Rei se encuentra el islote de Djeu, donde aún se conservan las ruinas del Fuerte Duque de Braganza, construido por los portugueses en el siglo XIX para defender la isla de los ataques piratas. Desde la playa, se puede organizar una excursión en barco hasta el islote, hoy un excelente lugar para practicar snorkel o simplemente disfrutar de sus playas solitarias.

Que ver y hacer en Boa Vista
Primer plano de los barcos desmeteorológicos estacionados en la playa de Sal Rei en Boa Vista

Fundo de Figueiras: la Boa Vista más tradicional del interior

Entre la aridez del interior de Boa Vista, entre colinas y palmerales, Fundo de Figueiras aparece como un pequeño milagro. Este pueblo, cuyo nombre hace referencia a las higueras que en otro tiempo crecían en la zona, es uno de los más verdes de la isla, gracias a su cercanía con el Ribeira do Rabil, un curso de agua estacional que permite la existencia de pequeños huertos y vegetación más abundante que en otras partes de Boa Vista. La iglesia de São João Baptista es uno de sus edificios más representativos, un reflejo de la religiosidad de la comunidad local.

Lo que hace especial a Fundo de Figueiras no es solo su entorno, sino su ambiente pausado, su gente hospitalaria y su gastronomía casera. Aquí es posible degustar el cachupa, el plato nacional de Cabo Verde, en su versión más auténtica. Las casas de colores vivos contrastan con el paisaje desértico y las calles están llenas de vida, sobre todo durante las festividades de São João Batista, el 23 de junio, que incluyen una misa vespertina, procesión, carrera de caballos, almuerzo popular, subasta parroquial y baile. Es un lugar donde aún se conservan las tradiciones más auténticas de Boa Vista y donde el ritmo pausado de la isla se siente en cada conversación y cada gesto de sus habitantes.

Que ver y hacer en Boa Vista
Calles de Fundo de Figueiras, Boa Vista, Cabo Verde

Cabo de Santa María: el naufragio que se convirtió en postal

En la costa norte de Boa Vista, los restos oxidados del Cabo Santa María emergen como un esqueleto de acero entre las aguas turquesas. Este buque mercante de origen español encalló aquí en 1968 cuando transportaba mercancías hacia Sudamérica. Con el tiempo, su estructura corroída por el salitre y el oleaje se ha convertido en un símbolo de la isla, una postal inconfundible de Boa Vista que despierta la imaginación de quienes se aventuran hasta sus ruinas.

Más allá del naufragio, esta zona es un paraíso para los amantes del mar. Sus aguas albergan una fauna marina diversa, con bancos de peces tropicales que se mueven entre los restos del barco. En la temporada adecuada, es posible ver tortugas que llegan a desovar a la playa y ballenas jorobadas surcando el océano no muy lejos de la costa. La playa que rodea el Cabo Santa María es de una belleza casi irreal, con su arena dorada y su horizonte infinito, ideal para quienes buscan un rincón apartado donde el Atlántico se muestra en su estado más puro.

Que ver y hacer en Boa Vista
Boa Vista, Cabo Verde de la playa de piedra cairns en el Cabo de Santa María naufragio beach, Boa Esperanca o costa de la buena esperanza

El Desierto de Viana: un pedazo de Sáhara en el Atlántico

Formado por finísimas arenas arrastradas desde África por los vientos alisios, el Desierto de Viana, que se extiende a lo largo de unos cinco kilómetros, es uno de los paisajes más sobrecogedores de Boa Vista. A diferencia de los desiertos continentales, aquí las dunas no son interminables, sino que emergen de manera inesperada en medio de la isla, creando un paisaje que parece sacado de otro mundo.

Explorar el Desierto de Viana es una experiencia sensorial única: el sonido del viento moviendo la arena, la sensación de caminar sobre un terreno que cambia con cada ráfaga, el juego de luces y sombras al atardecer. En algunas zonas, la vegetación lucha por abrirse paso, con pequeñas acacias que desafían la aridez. Es un lugar ideal para quienes buscan experiencias únicas: desde recorrer las dunas en quad hasta deslizarse sobre ellas haciendo sandboarding por este paisaje efímero. Al atardecer, la luz dorada transforma el paisaje, acentuando el contraste entre el blanco de la arena y el azul profundo del cielo.

Que ver y hacer en Boa Vista
Desierto de Viana, Boa Vista, Cabo Verde

Las Cuevas de Varandinha: una ‘catedral’ de roca esculpida por el Atlántico

Al suroeste de Boa Vista, la costa se vuelve agreste y salvaje. Aquí, el Atlántico y los vientos alisios han esculpido en la roca a lo largo de milenios impresionantes formaciones: un paisaje de arcos naturales y galerías que se abren hacia el océano conocido como las Cuevas de Varandinha. Se trata de un escenario mágico, a menudo comparado con una “catedral” natural. 

Las cuevas son accesibles en marea baja y ofrecen un refugio de sombra y frescura en contraste con el sol abrasador del exterior. La mejor hora para visitarlas es al amanecer o al atardecer, cuando la luz se filtra entre las rocas, creando un juego de sombras y reflejos en el agua. Varandinha es también un lugar donde anidan varias especies de aves marinas, lo que lo convierte en un destino interesante para los amantes de la naturaleza. Se trata, sin duda, de una de las zonas más fotogénicas de Boa Vista, perfecta para quienes buscan un paisaje único lejos de las rutas más transitadas.

Que ver y hacer en Boa Vista
Rocas pintorescas en la playa de Varandinha en la isla de vacaciones de Boa Vista, Cabo Verde – Foto de stock

Mejores playas en Boa Vista: kilómetros y kilómetros de arenales vírgenes

Boa Vista es un edén para los amantes de las playas vírgenes. Su litoral, de más de 50 kilómetros, está salpicado de arenales dorados donde el océano Atlántico despliega una paleta de azules infinita. Entre las más espectaculares se encuentra Praia de Chaves, una franja de arena fina que se extiende junto a dunas moldeadas por el viento, creando un paisaje que parece flotar entre el desierto y el mar. Aquí se encuentran las ruinas de una antigua fábrica de cerámica, un vestigio del pasado industrial de la isla..

Más al sur, la imponente playa de Santa Mónica se extiende a lo largo de más de 20 kilómetros sin apenas presencia humana. Es una playa salvaje, sin apenas construcciones, donde la sensación de aislamiento es absoluta, perfecta para quienes buscan la sensación de tener un paraíso privado. Sus aguas cristalinas y su fuerte oleaje la hacen ideal para largas caminatas junto al mar. 

En la costa norte, la playa de Atalanta es conocida por albergar los restos del naufragio del Cabo Santa María, cuyos hierros oxidados emergen de la arena como un recordatorio del paso del tiempo. También merece mención Praia das Gatas, un enclave donde el mar ha esculpido piscinas naturales entre las rocas volcánicas, creando un pequeño refugio de aguas tranquilas y cristalinas.

Para quienes buscan un ambiente más animado, Estoril y Praia de Cruz, en las cercanías de Sal Rei, son opciones con más servicios y la posibilidad de practicar deportes acuáticos.

Que ver y hacer en Boa Vista
Chaves playa playa de Chaves en Boavista cabo Verde

Mejores actividades en Boa Vista: naturaleza, aventura y cultura

Boa Vista no solo es un destino para el descanso, sino también para la aventura. Su riqueza marina la convierte en un paraíso para el buceo y el snorkel, con fondos repletos de corales y bancos de peces de colores que se mueven entre pecios hundidos. Durante los meses de marzo a mayo, el océano que rodea la isla se convierte en el escenario de un espectáculo impresionante: el avistamiento de ballenas jorobadas, que cruzan estas aguas con sus crías en una migración majestuosa. Además, de junio a octubre, las playas de Boa Vista se convierten en uno de los mayores santuarios de anidación de tortugas marinas del mundo. Participar en una excursión nocturna para observarlas desovar es una de las experiencias más emocionantes que ofrece la isla.

En tierra firme, las dunas del desierto de Viana ofrecen la oportunidad de recorrer paisajes de arena blanca en quad o en todoterreno, sintiendo la inmensidad de este Sahara en miniatura. Quienes prefieren una experiencia más pausada pueden optar por recorrer los senderos que serpentean entre los pequeños pueblos del interior, descubriendo la vida local y el contraste entre la aridez del paisaje y los oasis escondidos. Para los interesados en la cultura local, un recorrido por los talleres de alfarería en Rabil permite conocer una de las tradiciones artesanales más antiguas de Boa Vista. La música también forma parte del alma de la isla, y no hay mejor forma de cerrar el día que disfrutando de una noche de morna y funaná en los bares de Sal Rei.