¿Cómo sería vivir sin comodidades? ¿Sin teléfono móvil o sin televisión? Los Rabelados de Cabo Verde tienen la respuesta. Literalmente significa los que se rebelaron y se refiere a unas comunidades cristianas que en los años 40 se instalaron en zonas del interior de la isla para evitar las imposiciones de la Iglesia y el Gobierno de Portugal. Hoy en día siguen manteniendo su humilde modo de vida.
- Qué son los Rabelados. Historia y contexto
- Retos y preservación
- Visitar Rabelados. Consejos y opciones
Qué son los Rabelados. Historia y contexto
Los Rabelados de Cabo Verde son una comunidad cultural y religiosa en la zona de Espinho Branco, en São Miguel, el interior de la isla de Santiago. Literalmente significa los rebeldes y se refiere al grupo de personas que en los años 40 cortaron lazos con la Iglesia Católica y la sociedad caboverdiana del momento y decidieron aislarse de todos.
Aunque no cuentan con una identidad étnica, sí se trata en su mayoría de criollos descendientes en su mayoría de esclavos de origen africano continental, que buscaban proteger sus ancestrales tradicionales y que se basan en una interpretación única de la Biblia en la que, por ejemplo, rechazan el bautismo de los bebés.
Los Rabelados optaron por un modo de vida humilde y tradicional, apartado de toda modernidad como la luz eléctrica o la radio, la televisión o el teléfono.
Su actividad laboral se basa principalmente en la agricultura y la pesca, pero utilizando métodos tradicionales, lo que les ha convertido en una comunidad totalmente sostenible.
Hasta sus casas están hechas en la mayoría de los casos de la paja de la caña de azúcar y siguen utilizando la cocina y el hornillo fuera de las viviendas como se hacía hace casi 100 años en la isla.
El gran cambio en esta comunidad surgió hace unas décadas, y sobre todo desde 1997, cuando se creó el espacio Rabelart, en el que venden muchas de sus obras de arte en pintura y en objetos hechos de paja.
El turismo también es una vía de ingresos en los últimos años para una comunidad que cuenta con casi 1.000 miembros todavía.
Retos y preservación
A pesar de que estas comunidades fueron perseguidas por la dictadura de Salazar, cuando Cabo Verde era colonia portuguesa, y muchos de sus líderes acabaron en prisión, los Rabelados supieron defenderse de los ataques y se mantuvieron con un fuerte sentimiento de pertenencia a la comunidad.
Ahora, sin embargo, muchos miembros de estas comunidades se han ido separando del camino más tradicional al buscar accesos a los servicios médicos o a la educación. En algunos casos, la falta de paja ha hecho que hayan empezado a construir alguna vivienda con ladrillo y cemento, aunque las distintas comunidades siguen esforzándose mucho por mantener su estilo de vida en auténtica conexión con la naturaleza y la sostenibilidad.
De hecho, estas nuevas filosofías que ahora están tan en auge, como la de volver al pasado y recuperar modos de vida tradicionales, han hecho que surjan nuevos proyectos que buscan mantener a estos Rabelados, sobre todo a través de su arte y de mostrarse a los demás cuando alguien les visita. Y es que el turismo está jugando un papel muy importante en su mantenimiento como comunidad.
Visitar Rabelados. Consejos y opciones
Para visitar algunas de estas comunidades se puede contratar una excursión privada que se ofrecen en cualquier hotel y agencia; llegar con tu propio vehículo o coger el autobús que va desde Tarrafal a Caleta de Sao Miguel y pedirle al conductor que pare cerca de la comunidad, aunque en este caso hay que caminar hasta el poblado ya que está ubicado en un lugar aislado.
La vecindad más accesible es, sin duda, Rabelart, en Espinho Branco. Cuando llegas al poblado alguien siempre se ofrece a hacer de guía y, en la mayoría de los poblados, es el jefe el que suele recibir a los turistas y explicarles no sólo su historia, sino también cómo viven y cómo se expresan a través de la artesanía o las pinturas que producen.
Además, no es difícil que el jefe nos invite a tomar un grogue, que es una especie de ron caboverdiano, que en el caso de las comunidad de los Rabelados cuenta con uno de los que mejor sabor tienen en toda la isla ya que lo fabrican con un proceso totalmente natural y sostenible.
La visita es totalmente gratuita, pero lo habitual es que o bien compremos algún objeto de arte que nos interese o que directamente le dejemos una propina al guía que nos ha mostrado el poblado ya que, como hemos dicho antes, el turismo se ha convertido en una de sus principales fuentes de ingresos en muchos casos.