Muy cerca de la ciudad monumental de Cáceres, el castillo de Trujillo asoma por la carretera de Madrid y se impone en tu camino para invitarte a detenerte y conocer su centro histórico. En él, vestigios romanos, árabes y medievales coexisten en armonía y participan del ajetreado día a día de sus habitantes.
Disfruta de un aperitivo en su animada Plaza Mayor, recorre sus estrechas callejas, asciende por la cuesta de la Sangre hacia la villa y el castillo, visita la Casa Museo de Pizarro y detente a cada paso para descubrir sus iglesias y torreones medievales.
Tierra de conquistadores y arquitectos, cada piedra del camino podría contar una historia de tiempos inmemoriales. ¿Te quedas a descubrirlo?
Qué visitar en Trujillo
La riqueza arquitectónica de este pueblo de menos de 10.000 habitantes lo convierte en una visita obligada si estás de turismo por la zona. Se asienta sobre una ciudad romana, Turgalium, y también fue un enclave importante bajo el reinado del emirato Omeya de Córdoba.
Pero su importancia histórica, aquella que ha permanecido durante más siglos, tuvo lugar durante la Reconquista y los siglos XIV y XV. Cuna de conquistadores, un halo mágico une Trujillo con Perú. Las casas, palacios y fortalezas que vemos hoy, promovidas por la riqueza traída de las Américas, hicieron y hacen que Trujillo siga brillando con una luz especial.
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Plaza Mayor de Trujillo
Animada de día y de noche, la Plaza Mayor de Trujillo es el centro neurálgico de la ciudad, punto de encuentro de los trujillanos, constante ir y venir, y lugar donde acontecen las festividades más importantes.
Con una planta irregular, herencia de su origen arrabalero, la Plaza Mayor que vemos hoy está enmarcada por soportales que sustentan algunos de los palacios más importantes de este pueblo: el palacio de los Duques de San Carlos, residencia de Felipe II cuando se hospedaba en la ciudad, o el palacio de los Marqueses de la Conquista, con su bello balcón esquinado de estilo plateresco. Y conviviendo con ellos, la iglesia de San Martín, un templo del siglo XIV de estilo gótico y moderno.
En la misma plaza, como icono de la ciudad, se encuentra la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, una de las estatuas ecuestres más famosas de España cuya hermana gemela descansa en Lima, Perú.
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Castillo de Trujillo y Casa Museo de Pizarro
Levantando la vista desde la Plaza Mayor, el castillo de Trujillo se alza imponente. Llegar hasta él no será difícil, solo hay que emprender cualquier camino cuesta arriba y dejarse sorprender por lo que se encuentra al paso. Recorre, por ejemplo, la ronda de las Almenas y entra a la villa por alguna de las cuatro (de siete) puertas medievales que se conservan. Dedica unos minutos para conocer la iglesia de Santa María la Mayor (siglo XIII) y su bello retablo de Fernando Gallego. Busca, también, La Alberca, una poza islámica de 14 metros de profundidad que, aún llena de agua, se sigue manteniendo intacta.
Muy cerca del castillo se alza la Casa Museo de Pizarro, vivienda familiar del conquistador. Dentro encontrarás una pequeña colección que, más allá de mostrarnos su vida y obra, objetos que le pertenecieron, muebles recuperados, documentos y recreaciones de su conquista, nos acerca también a lo que descubrió cuando llegó a Perú por primera vez.
Poco a poco llegarás hasta el castillo, una alcazaba árabe construida en el siglo IX, durante los años del emirato Omeya de Córdoba. Su puerta con arco de herradura, sus muros de sillería y sus altos torreones almenados, te trasladarán a otras épocas. O eso mismo debieron de pensar los productores de Juego de Tronos, que eligieron el castillo de Trujillo como enclave para representar la ciudad de Desembarco del Rey en la séptima temporada de la serie.
Sube a uno de sus torreones para contemplar la villa en todo su esplendor y la belleza de los campos interminables de la llanura extremeña.
Huellas latinoamericanas en el centro histórico de Trujillo
A comienzos del siglo XVI, Francisco Pizarro partió de Trujillo para cruzar el Atlántico en busca de un territorio inexplorado. Los que viajaron con él se empaparon de las costumbres que conocieron y volvieron con otra mentalidad. Enriquecidos y cautivados por el mundo colonial, comenzaron a construir sus palacios fortaleza en las zonas principales de Trujillo con algunas singularidades únicas en España, como sucede en plena Plaza Mayor con el palacio de los Marqueses de la Conquista.
Mandado construir por Hernando Pizarro y su mujer, Francisca Pizarro Yupanqui, es todo un monumento a la fusión de dos culturas, dos razas, la española y la inca. En su gran balcón esquinado destaca junto a los escudos de Carlos V y Pizarro, una representación alegórica de la conquista de Perú.
Dónde comer en Trujillo
La riqueza gastronómica extremeña se respira en cada rincón de la región: migas, moraga, pimentón de la Vera, torta del Casar, patatera (un embutido parecido a la sobrasada), jamón ibérico… Estas y otras especialidades típicas se pueden encontrar en casi todos los restaurantes de Trujillo, especialmente en los que están en la Plaza Mayor y aledaños.
No dejes de visitar La Troya, que con la fama adquirida en los 80 y los 90 es probablemente el restaurante más conocido de Trujillo. No hay deportista, estrella de cine o televisión, político o artista que no se haya fotografiado con su dueña, que en paz descanse, como puedes ver en los retratos que cuelgan de sus paredes.
Si vas en busca de platos típicos, no dejes de visitar el restaurante Bizcocho, también en la Plaza Mayor; Corral del Rey, o El 7, ambos situados en la calle Sillerías y con una estupenda relación calidad-precio, o el Mirador de las Monjas, para reponer fuerzas de camino al castillo.
Todos los años durante el puente de mayo se celebra en la Plaza Mayor de Trujillo la Feria del Queso, un evento que es el paraíso de los amantes de este manjar. Cuenta con más de un centenar de puestos, puedes degustar quesos de todo el mundo y vinos extremeños, por un precio muy asequible.
Salir de fiesta en Trujillo
Si le preguntas a un extremeño por algún pueblo que tenga “buena marcha”, te responderán inmediatamente: Trujillo. ¡Y no se equivocan! En la misma Plaza Mayor, las terrazas y veladores invitan a tomar una copa. En Gloss, por ejemplo, puedes disfrutar tranquilamente de tu bebida con una perspectiva única del ambiente en la plaza.
Continúa después en alguno de los sitios de la calle Sillerías pero, sobre todo, recorre los pubs de la calle García hasta llegar a La Abadía, la discoteca de Trujillo. Tendrás música hasta la madrugada en varios espacios entre los que destaca su patio, con otra bella perspectiva para mantener en el recuerdo: el castillo de Trujillo iluminado.