Situada a los pies de las colinas de Mokattam, al oriente de El Cairo, la Ciudad de los Muertos es una gran necrópolis islámica de origen medieval o, mejor dicho, un enorme conjunto de necrópolis históricas en el que se intercalan tumbas de todo tipo, y distintas épocas, desde humildes enterramientos de gente común hasta sofisticados mausoleos de miembros de la élite local. Incluso, el lugar forma parte de la declaratoria como Patrimonio Mundial de la UNESCO de “El Cario Histórico”, junto con joyas como la Mezquita de Ibn Tuluny la Ciudadela de Saladino, entre tantas otras.

Hasta aquí todo parece bastante normal, incluso muy interesante, pero hay algo más que hace de este lugar un sitio único: se estima que entre 500.000 y 1 millón de personas viven dentro de estos enormes cementerios en los que la línea que separa el ayer del hoy es notablemente delgada.

En cualquier caso, visitar la Ciudad de los Muertos supone adentrase en una de las caras más fascinantes de la polifacética capital egipcia para apreciar sus múltiples aristas, desde antiguas leyendas y misterios hasta auténticas joyas arquitectónicas encargadas por poderosos sultanes, pasando por los agudos contrastes que definen el día a día en El Cairo.

  1. Breve historia de la Ciudad de los Muertos
  2. Tipos de tumbas: de lo más modesto a los opulentos mausoleos
  3. Viviendas entre tumbas
  4. Datos prácticos para la visita
  5. Dónde comer cerca de la Ciudad de los Muertos
  6. Dónde dormir cerca de la Ciudad de los Muertos

Breve historia de la Ciudad de los Muertos

Conocida por los locales simplemente como al-‘arafa o Qarafa, que significa «el cementerio», el origen de la Ciudad de los Muertos se remonta a tiempos de la antigua Fustat, la primera capital egipcia bajo dominio musulmán, fundada en el siglo VII. Desde entonces, el área se fue convirtiendo en una especie de distrito funerario cada vez más grande, en el que fueron surgiendo, entre tumbas menores, los grandes mausoleos de gobernantes, importantes imanes islámicos e incluso varios descendientes directos del profeta Mahoma, entre otros personajes relevantes de época abasí, fatimí y ayubí.

 

 

El gran Qarafa fue un lugar de creciente importancia, llegando a contar también con mezquitas y madrazas, talleres de todo tipo e incluso con tumbas que incluían habitaciones adyacentes utilizadas por las familias para visitar a sus difuntos en días festivos. Poco a poco, y casi desde sus orígenes, la Ciudad de los Muertos se fue convirtiendo también en una ciudad viva.

Para finales del siglo XIII, ya bajo dominio mameluco, y en particular durante el largo reinado del sultán An-Nasir Muhammad, el conjunto de necrópolis cairotas alcanzaron su máximo esplendor. Sobre todo, la expansión de la zona funeraria al norte de la Ciudadela de Saladino fue notoria durante los siglos XIV y XV. Y si bajo dominio otomano las necrópolis cayeron en una especie de apacible letargo, la dinastía del valí Mehmet Alí se encargaría, tras la ocupación napoleónica, de dar nuevo lustre a la Ciudad de los Muertos –salvo el propio sultán, la familia real está enterrada en el gran mausoleo de Hosh al-Basha, en el Cementerio Sur.

Sin embargo, para finales del siglo XIX y principios del convulso siglo XX todo cambiaría, y la vieja Ciudad de los Muertos comenzaría a experimentar los complejos cambios que definen su situación actual.

ciudad de los muertos
Ciudad de los muertos

Tipos de tumbas: de lo más modesto a los opulentos mausoleos

Durante siglos, el extremo oriental de la ciudad, lejos de las zonas inundadas anualmente por el Nilo, se fue convirtiendo en una sucesión de cementerios de más de 6 kilómetros de largo, tanto al sur (más antiguo) como al norte (más reciente) de la Ciudadela. Una enorme necrópolis que cuenta con todo tipo de tumbas, desde lo más modesto hasta los más opulentos mausoleos.

En este sentido, además de pequeños sepulcros aislados aquí y allá, el tipo de tumbas más comunes corresponde a las típicas parcelas cercadas construidas para albergar tumbas familiares (también conocidas como hawsh); pequeñas casitas, más o menos ornamentadas, algunas con patios ajardinados, que, precisamente, han facilitado su “conversión” en austeras viviendas.

La otra cara de la moneda es, por supuesto, la que representan los grandes mausoleos-mezquita. Algunos son relativamente modestos y otros, auténticas obras de arte y piezas clave del patrimonio histórico egipcio. Entre estos últimos destacan, por ejemplo:

  • Mausoleo del Imán al-Shafi’i.- Quizás la estructura más importante del Cementerio Sur y un hito de la arquitectura ayubí en la Ciudad de los Muertos.
  • Hosh al Basha.- El gran mausoleo de la familia real del sultán Mehmet Alí; construido a finales del siglo XIX, también en el Cementerio Sur.
  • Mezquita y mausoleo de Sayyida Nafisa y tumbas de los califas abasíes.- Centrado en la tumba de una mujer descendiente de Mahoma, erudita y maestra del Islam, el recinto y sus zonas aledañas incluyen distintas tumbas de herederos del profeta, así como distintos personajes relevantes de la época.
  • Complejo funerario del sultán Qaitbey.- Ubicado en el Cementerio Norte, es el mausoleo de quien fuera quizás el mayor promotor de las artes y la arquitectura durante el periodo mameluco.
  • Mausoleo de Faraj ibn Barquq.- Recinto funerario del sultán An-Nasir Faraj (s. XV); una de las obras más destacadas de la arquitectura mameluca en El Cairo y uno de los principales monumentos del Cementerio Norte.

Los cementerios de Bab al-Wazir y Bab-al Nasr, separados de las dos grandes necrópolis (Sur y Norte) también contienen varios monumentos, de mayor o menor envergadura y, desde luego, en distintos estados de conservación.

ciudad de los muertos el cairo
Ciudad de los muertos de El Cairo

Viviendas entre tumbas

Más allá de mitos y leyendas, el hecho de que la Ciudad de los Muertos es una ciudad viva, un barrio más del El Cairo, se debe a muchos factores y eso hace, por supuesto, que las singulares viviendas entre tumbas sean igual de diversas. Históricamente, lo primeros habitantes de estas antiguas necrópolis fueron los propios encargados de sus construcción y mantenimiento. Fueron los sepultureros, los distintos artesanos funerarios y los guardianes de las tumbas más opulentas, pero también los religiosos dedicados a velar por los que ahí descansan, quienes se encargaron de llenar de vida al cada vez más extenso laberinto fúnebre.

Sin embargo, desde finales del siglo XIX y, sobre todo, durante el siglo XX, la imparable expansión demográfica de la capital egipcia y la falta de límites claros entre las crecientes zonas urbanas y las antiguas necrópolis, así como la difícil situación económica de muchos, hicieron que cada vez más personas ocuparan aquellos recintos funerarios y mausoleos –en algunos casos familiares, en otros, ajenos– como viviendas improvisadas.

De cualquier manera, las distintas áreas de Qarafa cuentan con sencillas viviendas, originalmente concebidas como tal, y más o menos formales, que cuentan con servicios básicos, y también con estructuras funerarias adaptadas como lugar de residencia. Incluso, en algunas áreas se han llegado a construir edificios de varias alturas, difuminando aún más esa delgada línea que separa la Ciudad de los Muertos de los lugares de los vivos.

Datos prácticos para la visita

A pesar de que la Ciudad de los Muertos es, de cierta manera, un barrio más de la ciudad, su ubicación y, sobre todo, su enorme extensión, hacen que sea prácticamente imprescindible contar con un guía local para poder visitar la zona.  Sobre todo, para acceder con facilidad a los puntos más relevantes dentro de esta gigantesca necrópolis.

En este sentido, se puede contratar un guía local con transporte para visitar el lugar y, por supuesto, distintos tours y visitas organizadas, privadas o en grupo, suelen incluir la Ciudad de los Muertos dentro de sus itinerarios (aunque en algunos casos solo son recorridos panorámicos y el turista no baja del autobús). Incluso, hay visitas de medio día específicamente diseñadas para explorar de manera más amplia esta peculiar zona de El Cairo.

Dónde comer cerca de la Ciudad de los Muertos

Disfrutar de la mejor gastronomía egipcia o de todo tipo de cocinas del mundo es posible en el entorno de las antiguas necrópolis de El Cairo. Un buen ejemplo son los distintos restaurantes del moderno Parque Al-Azhar, situado entre el cementerio de Bab al-Wazir y el Cementerio Norte.

Otra excelente opción para probar la mejor gastronomía es dirigirse a cualquiera de los tres restaurantes del hotel Barceló Cairo Pyramids. La mejor concina internacional y los sabores locales más destacados hacen de los restaurantes Nefertari, Horus y Sphinx una alternativa perfecta incluso para los paladares más exigentes.

Dónde dormir cerca de la Ciudad de los Muertos

Por supuesto, el hotel Barceló Cairo Pyramids es la opción perfecta para disfrutar de una estancia de primera clase en una de las zonas más atractivas de la capital egipcia, a escasos 4 km de las incomparables pirámides de Keops, Kefrén y Micerino.

Gracias a sus 236 modernas y totalmente equipadas habitaciones, así como a sus 3 restaurantes y 3 bares, terraza panorámica, piscina exterior climatizada, spa, gimnasio y demás servicios e instalaciones disponibles, este singular 4 estrellas de Barceló Hotel Group es el lugar ideal para cualquiera que visite El Cairo.