Encargada por el gobernador abasí de Egipto, Ahmad Ibn Tulun, en la segunda mitad del siglo IX, la imponente Mezquita de Ibn Tulun es una de las joyas islámicas más antiguas y mejor conservadas de El Cairo y, por lo tanto, de toda África. En concreto, es la mezquita más antigua de la ciudad en la que todavía se mantienen las características arquitectónicas y decorativas originales y, además, es la de mayor extensión (26.300m2). Cualidades que le han valido para ser declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, junto con otros elementos del conocido como Cairo Histórico. En cualquier caso, se trata de uno de los lugares que, sí o sí, hay que ver en El Cairo.
Ubicada sobre la pequeña colina de Gebel Yashkur, en el barrio de Sayeda Zeinab –entre la Ciudadela de Saladino y la ribera del Nilo–, la Mezquita de Ibn Tulun es uno de los monumentos más emblemáticos del corazón del Cairo Islámico o Cairo Histórico, junto con la propia Ciudadela, los restos de la antigua Fustat, la mezquita de Amr y la de al-Azhar, la Iglesia Colgante, la Sinagoga de Ben ‘Ezra y el conjunto de necrópolis conocido como la Ciudad de los Muertos, entre muchos otros, así como uno de los atractivos turísticos más visitados de la capital egipcia. Pasear por su enorme patio porticado, recorrer los largos pasillos bajo las arcadas…, supone adentrarse en una pieza clave para entender el abigarrado puzle histórico que conforma la capital egipcia.
- Origen de la Mezquita de Ibn Tulun
- El Mihrab de la Mezquita de Ibn Tulun
- Subir al minarete de Ibn Tulun
- Dónde comer cerca de la Mezquita de Ibn Tulun
- Dónde dormir cerca de la Mezquita de Ibn Tulun
Origen de la Mezquita de Ibn Tulun
A partir de finales del siglo VIII, el califato abasí se convirtió en el gran poder de Oriente Medio y el norte de África, incluyendo entre sus dominios, por supuesto, a Egipto. Pero en el año 868, el propio Ahmad Ibn Tulun, entonces gobernador de la zona, aprovechó las convulsiones políticas en el corazón del imperio abasida para establecer una dinastía independiente en Egipto, los Tuluníes.
En este sentido, la construcción de una gran mezquita en la efímera capital tuluní de Egipto, la ciudad de al-Qata’i –uno de los núcleos históricos del actual Cairo, junto con al-Askar y Fustat–, fue una clara muestra de la independencia que el propio Ahmad Ibn Tulun buscaba consolidar con respecto al califato abasí. Así, la obra del colosal complejo, adyacente al palacio del propio Ibn Tulun y destinado a servir como la principal mezquita congregacional de la ciudad, comenzó en el año 876 y finalizó en 879.
Diseñada bajo el clásico estilo de Samarra (Irak), característico del imperio abasí, el lugar parece más bien una fortaleza, protegida por su imponente muralla coronada por hermosas almenas. Sin embargo, los arcos de los pórticos y las ventanas que se abre tanto a su enorme patio central como al exterior de la mezquita presentan intrincados diseños geométricos, caligráficos y florales realizados en estuco, que ya señalan el carácter sagrado del edificio. Sobre todo el pórtico oriental (el de la quibla o dirección a La Mecca), que consta de cinco naves profusamente decoradas –a diferencia de los tres pórticos restantes que solo tienen dos.
Además, la gran fuente de abluciones (sabil) situada en el centro del patio –una adición posterior realizada por el sultán mameluco Al-Mansur Lajin, a finales del siglo XIII– está coronada por una gran cúpula sostenida por cuatro arcos.
En cualquier caso, el enorme conjunto de Ibn Tulun ofrece una agradable armonía revestida de ese singular halo que solo ostentan los lugares que realmente han visto pasar el tiempo; en este caso, más de 11 siglos.
El Mihrab de la Mezquita de Ibn Tulun
El interior de la mezquita contiene seis mihrabs (los nichos que indican la quibla) de distintas periodos históricos (tuluní, fatimí y mameluco); seis de ellos son planos, a diferencia del principal, que es cóncavo. En este sentido, el mihrab principal es una auténtica obra de arte que presenta una decoración muy elaborada, realizada en época del sultán Lajin, en la que se incluyen trabajos en estuco, maderas nobles, columnas de mármol, mosaicos vidriados… Al costado derecho, el minbar o púlpito islámico también es una pieza clave del conjunto.
Subir al minarete de Ibn Tulun
Uno de los elementos más llamativos de esta gran mezquita es, sin duda, su minarete. A pesar de cierta controversia, todo parece indicar que el robusto alminar fue construido como una estructura adicional en 1296, también por órdenes del sultán Lajin, y su característica más especial es la singular escalera exterior helicoidal (única en Egipto), que conduce a lo alto de la torre, un detalle que remite inmediatamente al diseño de las mezquitas abasíes de Samarra.
Pero es aún más singular que hoy en día está permitido subir a lo alto del minarete, de unos 50 metros de altura; un lugar desde el que se contemplan unas vistas maravillosas no solo de la propia mezquita sino de la bulliciosa ciudad que la rodea.
Dónde comer cerca de la Mezquita de Ibn Tulun
El entorno de la mezquita, sobre todo hacia la plaza Sayeda Zeinab, y el Cairo Histórico en general, es una zona bulliciosa en la que se encuentran todo tipo de propuestas gastronómicas, desde cocina tradicional egipcia hasta pizzerías, cafés y locales de comida rápida.
Además, desde la Mezquita de Ibn Tulun también es posible acercarse hasta La Corniche (La Cornisa) del Nilo, en donde también hay todo tipo de opciones para comer algo. O dirigirse a la otra ribera del río, la occidental, para descubrir y disfrutar de la oferta gastronómica del hotel Barceló Cairo Pyramids, que en sus tres restaurantes ofrece una variada oferta de platos locales e internacionales pensados para satisfacer a los paladares más exigentes.
Dónde dormir cerca de la Mezquita de Ibn Tulun
Ubicado en el corazón de la céntrica avenida Al Haram, una de las vías más importantes de El Cario, que conecta la ribera del Nilo con las Pirámides de Giza, el hotel Barceló Cairo Pyramids cuenta con 236 amplias y modernas habitaciones, y, en general, con todo lo necesario para disfrutar de una estancia de primera clase en la capital egipcia.
Sus 3 restaurantes y 3 bares, su espectacular piscina exterior climatizada, su sofisticado spa y su gimnasio totalmente equipado, entre otros servicios disponibles in situ, terminan por hacer de este excepcional 4 estrella de Barceló Hotel Group el lugar ideal para reponer fuerzas después de un largo día descubriendo los tesoros del El Cairo.