Situada en la costa norte de la provincia de Alicante, Denia (o Dénia, en valenciano) es la capital de la comarca de la Marina Alta. La localidad que se presenta hoy ante nuestros ojos es el resultado de las diversas culturas que han pasado por aquí: los íberos, los romanos, los musulmanes y los cristianos han dejado una huella imborrable en los diferentes monumentos, yacimientos arqueológicos y calles de Denia.
Sin olvidar sus playas o el incomparable Parque Natural del Montgó, una vez que descubras los secretos del casco histórico, la iglesia de la Asunción o el Museo Etnológico, lo mejor es que dirijas tus pasos hacia uno de los símbolos más icónicos de esta bella población, el Castillo de Denia. En este lugar podráremontan a la época islámica, y que alberga un museo arqueológico de lo más interesante. Vamos a abrir sus puertas para que conozcas esta construcción a fondo.
Pongamos en contexto el Castillo de Denia
En los alrededores del castillo se han hallado restos de construcciones romanas, s descubrir una auténtica fortaleza cuyos orígenes se cuando a esta localidad se la conocía como Diannium. Sin embargo, el origen de esta fortificación hay que buscarlo entre los siglos XI y XII, en época islámica. A partir de ese momento, serán diversos los añadidos que se le hagan al Castillo de Denia.
El uso principal en un primer momento era como alcazaba o residencia del gobernador. Es decir, un palacio árabe. Se dividía en dos recintos concéntricos: el inferior se llamaba Al-bacar, el lugar donde se guardaba el ganado, y el superior era el palacio propiamente dicho. En la parte exterior se localizaba la medina o ciudad árabe.
Hacia el año 1304 –y ya en período cristiano–, el castillo se fue transformando cuando los habitantes se trasladaron al recinto amurallado y se formó la Vila Vella. Así, se convirtió en el núcleo urbano más importante hasta la Guerra de Sucesión.
En los siglos correspondientes al renacimiento tuvieron lugar algunos de los añadidos más destacados del castillo, como la Torre Roja. Se intensificaron los sistemas defensivos y también se reconstruyó el palacio del Gobernador, residencia temporal del duque de Lerma, valido de Felipe III.
Con la Guerra de Sucesión se destruyeron el palacio y la Vila Vella. El Castillo de Denia dejó de utilizarse con fines defensivos o militares en el siglo XIX y pasó a manos privadas. Ya en el siglo XX, se le volvió a dar un uso público y se realizaron diversas tareas de restauración, al considerarse un patrimonio destacado de la población.
Una visita al Castillo o Castell de Denia
Hoy en día, tras sufrir graves destrozos en guerras y ataques piratas, son varios los estilos que se entremezclan en los muros del castillo. Lo más recomendable para acceder a este monumento es que vayas a pie, recorriendo la calle San Francisco en el barrio de Les Roques. Una vez en el interior, hay numerosos y bellos elementos que podrás admirar:
- Portal de la Vila. La puerta de acceso al castillo se remonta al siglo XII y su procedencia almohade se deja ver en la bóveda de cañón y los arcos apuntados.
- La Torre Roja. Levantada en el siglo XV, es una de las construcciones más destacadas del castillo. Se sitúa a un lado de la puerta de entrada y llama poderosamente la atención por su material, piedra arenisca rojiza.
- Torre del Cos de Guardia. La encontrarás al otro lado del portal de la Vila y, aunque es originaria del sigloXII, ha sufrido diversas alteraciones en los siglos XVI y XVII. Aquí se alojaba la guardia.
- Torre del Consell. Data del siglo XV y es la más sobresaliente de todo el recinto amurallado. Era el sitio donde se reunía el Consejo de la Vila y su interior guarda una sala gótica con una hermosa bóveda de crucería.
- La Vila Vella. En esta zona al aire libre podrás ver restos de casas medievales en el núcleo que fundó Jaime II a principios del siglo XIV.
- El Baluard. El baluarte defensivo con el que te toparás se remonta al siglo XVIII y era uno de los de mayores dimensiones de todo el castillo, que controlaba los accesos principales a la vila.
- Portal del Baluard. El origen de esta construcción es islámico y servía para comunicar el Al-bacar con la alcazaba. Observa los tres arcos, pues pertenecen a épocas diferentes. Entre ellos, destaca el de herradura.
- Palacio del Gobernador. En la explanada donde se situaba el palacio que sirvió de residencia al duque de Lerma es donde ahora hallamos el Museo Arqueológico. Se compone de cuatro salas que corresponden a los períodos íbero, romano, musulmán y cristiano. Ofrece un itinerario por la evolución de Denia, desde su origen hasta el siglo XVIII. Las colecciones de bronces islámicos o las cerámicas andalusíes son algunas de las más preciadas.
- Camino empedrado. Esta era la principal vía de la Vila Vella, que conectaba con el palacio del Gobernador y por la que hoy puedes caminar mientras disfrutas del entorno, pisando un pavimento del siglo XIV.
- Punta del Diamant. Es otro de los baluartes defensivos del recinto, perteneciente a la época renacentista y con una peculiar forma angulosa, de ahí su nombre.
- Torre del Galliner. Fíjate bien en el basamento de esta torre, pues todo apunta a que es uno de los elementos romanos que se conserva.
- Torre del Mig. Construida en el siglo XI, es una de las estructuras islámicas que se mantiene, aunque con algunos añadidos renacentistas.
- Portal dels Reis. Se trata del acceso oriental a la Vila Vella, que en este caso conectaba con el puerto. Por esta puerta puedes concluir tu visita al Castillo de Denia y continuar caminando hacia el barrio Baix la Mar, de claro influjo marinero, para relajarte en alguna terraza que mire hacia la costa.