Edificada sobre los restos de una mezquita, en estilo renacentista herreriano, la catedral de San Nicolás de Bari, de Alicante, se muestra sobria en su aspecto exterior ante la mirada del viajero, si bien su claustro tardogótico del siglo XV, perteneciente a una iglesia medieval anterior y comunicado por el templo por suntuosas portadas barrocas, llama la atención por su espectacularidad. En el interior de este claustro de San Nicolás se puede disfrutar de un pequeño jardín y del impresionante silencio de este espacio místico, que contrasta con el animado bullicio de las calles cercanas. 

La catedral de Alicante, situada en el corazón de la ciudad, fue considerada concatedral en 1959 y desde entonces comparte la sede catedralicia con la Santa Iglesia Catedral del Salvador de Orihuela. 

 

  1. Concatedral de San Nicolás de Bari, territorio de calma en Alicante
  2. La capilla barroca de la catedral de Alicante
  3. Un rico patrimonio artístico
  4. El reloj solar de la catedral de Alicante

Concatedral de San Nicolás de Bari, territorio de calma en Alicante 

La catedral de Alicante es un territorio de calma en el que puedes disfrutar del silencio y del halo místico que desprenden sus muros. Fue diseñada por Agustín Bernardino, discípulo de Juan de Herrera, quien decidió que su interior tuviera grandes proporciones y una cúpula que encargó al arquitecto alicantino Miguel del Real y que alcanza los 45 metros de altura. Su mayor singularidad es su color azul, algo que entusiasma a los amantes del diseño y la arquitectura que miran hacia lo alto admirando este singular y característico detalle del templo. 

 

 

La que fue hasta 1959 colegiata de San Nicolás se construyó en el siglo XVII, entre los años 1616 y 1662, básicamente en estilo herreriano, aunque conserva detalles barrocos. Como curiosidad diremos que el mármol que se utilizó en la escalinata que conduce hasta el altar barroco procede de Génova. 

 

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Interior de la Catedral de Alicante.

La capilla barroca de la catedral de Alicante

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Interior de la catedral de Alicante

Uno de los elementos que merece la pena destacar del interior de la catedral es la capilla de la Comunión, considerada una de las más hermosas del alto Barroco español, con sus dos puertas, la Negra y la de la Santa Faz. Este espacio comenzó a construirse medio siglo después de acabada la iglesia y se configura como un pequeño templo de planta de cruz griega, cubierto por bóvedas de cañón en los laterales. La capilla, obra de Juan Bautista Borja (1695-1738), está presidida por un retablo en el que está representada en mármol la Anunciación.  

El visitante tampoco debe perderse las portadas y la rejería de los arcos del claustro y, sobre todo, el retablo de San Nicolás, patrono de la ciudad, realizado por Juan de Villanueva en 1676. Al lado se encuentran el busto-relicario de la alicantina Santa Felicitas (siglo XV) y las tallas de los copatronos San Roque y San Francisco Javier. 

Un rico patrimonio artístico 

Entre el valioso patrimonio artístico de la catedral de Alicante, destacan el retablo de las Ánimas, de Nicolás Borrás (siglo XVI), el Cristo de la Buena Muerte, de Nicolás de Bussy (siglo XVII), un baldaquino de mármol y jaspe, de 1688, y el órgano del siglo XVI, el más antiguo de la Comunidad Valenciana. También sobresale ‘La cena de Emaús’, de Juan Ribalta (siglo XVI), el ‘San Guillermo’ de Pedro Orrente (1639), la ‘Adoración de los Reyes’, de Senen Vila (siglo XVII) o el ‘San Vicente Ferrer’ de Bautista Vera (1702). 

Situado entre la girola y el centro, se encuentra el Camarín de la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad. Se trata de una preciosa talla renacentista de mediados del siglo pasado, a la que se tiene acceso por unas escaleras interiores desde la sacristía. El camarín está ejecutado en mármol y labrado en madera policromada.  

El reloj solar de la catedral de Alicante 

En la fachada exterior de la concatedral de San Nicolás de Bari, existe un reloj solar y diversas inscripciones realizadas con la técnica del almagre, un pigmento rojo utilizado antiguamente en la decoración.  

La catedral tiene planta de cruz latina y una gran cabecera con girola. Y como la planta se duplica en el nivel superior, alcanza una altura considerable.  

Como San Nicolás es el patrón de Alicante, cada 6 de diciembre se da un misa solemne en su honor en la catedral y, más tarde, se celebra una procesión por las calles de la ciudad, con un San Nicolás viviente montado a la grupa de su caballo.