Los apasionados de la buena gastronomía, sobre todo la mediterránea, no deberían dejar pasar la oportunidad de visitar el Mercado Central de Alicante. Un auténtico mercado popular repleto de productos frescos y elaborados, distribuidos en dos plantas de un bonito edificio de principios de siglo XX situado al final de La Rambla alicantina.
En sus puestos se muestran (y venden) los mejores frutos de las huertas levantinas, los de la costa mediterránea y también muchos otros productos llegados de tierras lejanas, con los denominadores comunes de la calidad y la variedad.
En cualquier caso, y aunque uno no se considere un gran apasionado de la gastronomía, merece la pena pasear, aunque solo sea por curiosidad, entre los cientos de puestos del Mercado Central de Alicante, para observar y disfrutar de su magnífico ambiente diario.
- La historia del Mercado Central de Alicante
- Productos típicos de Alicante en un mercado ecléctico
- Puestos en el Mercado Central de Alicante
La historia del Mercado Central de Alicante
El Mercado Central de Alicante es, sin duda, el gran mercado de esa ciudad. Porque en ningún otro lugar de esta bonita urbe se puede encontrar semejante cantidad y diversidad de productos, presentados de las formas más diversas y atractivas.
Además, a excepción de los mercados mayoristas, también es difícil encontrar en otro lugar artículos tan frescos y con tanta calidad como los que hay a la venta en los diferentes puestos del Mercado Central de Alicante. De hecho, esas son las principales señas de identidad de este mercado, que comenzó su andadura a principios del siglo XX.
Lo cierto es que el Mercado Central de Alicante es heredero de otros dos mercados existentes a finales del siglo XIX (el de la Puerta del Mar y el de García Calamarte), bastante más pequeños. También resultaban muy insalubres, lo que llevó a las autoridades locales a la decisión de construir un nuevo centro de venta, acorde con las normas higiénicas imperantes.
Para la construcción del nuevo Mercado Central de Alicante se utilizaron parte de los terrenos que ocupaba la muralla del siglo XVII, levantada a su vez para defender a la ciudad de los ataques de todo signo y que suponían frecuentes sobresaltos para la vida de sus habitantes.
Del proyecto y construcción se encargaron sucesivamente los arquitectos Juan Vidal Ramos y Francisco Fajardo Guardiola. Ambos plantearon un edificio con forma rectangular, con grandes pasillos distribuidores y altos techos, al estilo de otros mercados de la época. Por ejemplo el Mercado Central de Valencia o el barcelonés de La Boquería.
Productos típicos de Alicante en un mercado ecléctico
El edificio de este mercado de abastos se debate entre el Modernismo y el eclecticismo. Fue construido, en parte en ladrillo, con una cubierta a varias aguas, distribuido en dos plantas y con grandes vitrales bajo la techumbre que logran un agradable efecto de iluminación natural.
Una de las partes más significativas de este Mercado Central de Alicante es la llamada Rotonda, que ocupa uno de los laterales de la fachada principal y que está cubierta por una llamativa cubierta semiesférica. Los casi 11.000 metros cuadrados de este mercado los ocupan cerca de 300 puestos (unidades comerciales). La mayor parte de ellos se dedican a la venta de frutas y verduras, pescados y mariscos (que ocupan la parte baja), carnes y chacinas, aves y huevos (que ocupan la parte alta).
A ellos hay que sumar los puestos de salazones, encurtidos… Muchos de estos espacios se han reformado en lo últimos años cambiando tanto su distribución como su apariencia, para adaptarse a los nuevos tiempos y atraer a un nuevo público, más joven y exigente.
En este sentido, también han ido surgiendo puestos especializados en otro tipo de ingredientes, como aceites, cafés, vinos y toda clase de productos gourmet. Algunos de los puestos tradicionales han sido reemplazados por bares y pequeños restaurantes, ideales para la llamada costumbre del tardeo (el aperitivo).
Es decir, cada vez más vecinos y visitantes de la ciudad entran en el Mercado Central de Alicante no con la intención de hacer aquí su compra diaria, sino para tomar el aperitivo de mediodía o el posterior al trabajo.
En este sentido, este es un magnífico lugar donde encontrarse con amigos y familiares en torno a una cerveza, un vino o un vermú y disfrutar, in situ, de algunos de los mejores productos de la gastronomía mediterránea.
Puestos en el Mercado Central de Alicante
Es tal la variedad de productos del Mercado Central de Alicante que resulta difícil hacer una selección de puestos, bares o restaurantes sin temor a dejar en el tintero alguno de los fundamentales. Aun así, estas son algunas de las mejores propuestas, tanto para comprar como para comer en el propio mercado:
- Cafetería Anamar: un buen lugar para tomar un piscolabis; aunque, eso sí, bastante contundente. Por ejemplo, sus bocadillos de huevos revueltos con jamón de York y queso.
- José Fuster: este puesto es uno de los más conocidos del Mercado Central de Alicante. Y lo es por la calidad de sus pescados de bahía y porque aquí han comprado varias generaciones de alicantinos, incluidos varios cocineros de prestigio.
- Juanelo: memorable su selección de las mejores piezas de pescado local y de temporada. Los precios pueden resultar algo más elevados que los de otros puestos del mercado, pero la calidad también lo justifica.
- Juncal: este puesto es un auténtico templo del marisco. Buena parte de las piezas a la venta proceden de las no lejanas bahías de Santa Pola y Villajoyosa (o Vila Joiosa).
- Salzillo: cafés de las más diversas procedencias, tés exóticos, infusiones con todo tipo de sabores y combinaciones y gran cantidad de hierbas y especias. Todo ello es la especialidad de este aromático puesto.
- Katana: sin duda es una de las mejores experiencias gastronómicas del Mercado Central de Alicante. Y también de las más sorprendentes. Cocina fusión peruana, mexicana, asiática y mediterránea a partir de la materia prima que lo rodea, es decir, lo que se encuentra en los propios puestos del mercado. Todo según la genial idea del italiano Davide Bersan.