Entre las más de 80.000 piezas que se muestran en el Museo Arqueológico de Alicante, o MARQ, están los ejemplos más sobresalientes de la riqueza cultural de la Costa Blanca. El legado de pueblos, como los Íberos o los Romanos, es esencial para conocer los orígenes provinciales.  

Uno de los mayores atractivos del MARQ es el carácter moderno de sus espacios expositivos, donde se emplean soportes audiovisuales para conseguir ser lo más didáctico posible y llegar también a los niños.

Además, el museo no termina entre las paredes de su sede principal, sino que propone visitas guiadas a los principales yacimientos arqueológicos de la provincia de Alicante para conocerlos in situ, una experiencia museística novedosa.  

 

  1. El edificio que alberga el Museo Arqueológico de Alicante
  2. El Museo MARQ de Alicante, un viaje por la historia

El edificio que alberga el Museo Arqueológico de Alicante 

El Museo Arqueológico Provincial de Alicante, inaugurado en 1932 por Niceto Alcalá Zamora, se encontraba en un primer momento en la planta baja del Palacio de la Diputación, en el centro histórico. Sin embargo, la llegada del siglo XXI evidenció que el museo necesitaba un emplazamiento de mayores dimensiones.  

 

 

El lugar elegido fue el Hospital provincial que el arquitecto Juan Vidal diseñó en 1924, en el actual barrio del Pla del Bon Repós. Se trataba de una construcción de proporciones considerables, con ocho largos pabellones, un cuerpo principal y dos cabezas en cada extremo, siguiendo unas líneas de corte clásico.  

En el año 2000 se decidió darle un nuevo uso y, tras adaptar el edificio con una profunda restauración interna, el MARQ se trasladó a esta ubicación. Sus innovaciones museísticas han sido premiadas por el Foro Europeo de Museos con el galardón ‘Museo Europeo del Año 2004’, un reconocimiento que solo ostentan en España museos como el Guggenheim de Bilbao o el CosmoCaixa de Barcelona.  

El Museo MARQ de Alicante, un viaje por la historia 

Este museo plantea una nueva visión de la arqueología, alejándose del sistema expositivo tradicional, para ser el primer Museo Arqueológico del siglo XXI. Sugiere una experiencia que sea a la vez didáctica, rigurosa y divertida. Por ejemplo, en algunas de sus salas ofrece la posibilidad de conocer cómo se trabaja en un yacimiento y cuáles son las técnicas utilizadas en función del entorno.  

A veces organizan visitas especiales a los sótanos del MARQ para profundizar en la labor que hace el museo y conocer los departamentos de ingresos o salidas, los depósitos anforarios, el almacén, el gabinete de investigación o el laboratorio de restauración. Es una oportunidad única de descubrir las entrañas de esta institución.

Un recorrido por el MARQ comienza mostrando la rica geografía alicantina, con la variedad de sus paisajes y tierras. Desde ese momento, el itinerario cronológico por las diferentes salas nos enseña las diversas culturas que han habitado la zona:  

  • Sala de Prehistoria. Hay que remontarse al Paleolítico Medio, hace 100.000 años, para encontrar los primeros vestigios humanos en Alicante. Podrás contemplar hasta un millar de piezas divididas en varias temáticas, como caza y recolección, agricultura o los primeros metales. Acaba con el período orientalizante en el siglo VIII a.C., cuando el contacto con los fenicios será el comienzo de la Cultura Ibérica.  
  • Sala de Íberos. A pesar de que los pueblos íberos del Sur y el Levante de la Península tenían algunas características en común, estos grupos no eran homogéneos y existían muchas diferencias entre ellos. En el caso de la provincia de Alicante destacan los contestanos, que habitaban la región de la Contestania. El espacio expositivo se esfuerza en presentar sus importantes yacimientos arqueológicos. Religión, economía, arte o ritos funerarios son algunos de los aspectos que aprenderemos sobre los íberos en esta sala que preside la ‘Dama de Cabezo Lucero’, también llamada ‘Dama de Guardamar’.  
  • Sala de la Cultura romana. Las piezas de esta colección se desarrollan en tres bloques diferentes: la Romanización, Roma durante el Imperio, y El cristianismo o el mundo tardorromano. En este espacio destacan las grandes pantallas que proyectan escenas de la vida en la ciudad de Lucentum, actual Tossal de Manises en el barrio de la Albufereta. Se puede comprobar el influjo de esta antigua urbe sobre Alicante.  
  • Sala de la Edad Media. La etapa medieval alicantina se centra en la convivencia de pueblos diversos, con distintas religiones, durante ocho siglos. Lejos de tópicos que tachan a este período de “época oscura”, se intenta dar una visión real sobre las culturas islámica, cristiana y judía que convivieron en pleno desarrollo de sus recursos. 
  • Sala de la Cultura moderna y contemporánea. Abarca un espacio de tiempo muy amplio y complejo, desde el año 1500 hasta 1931. Por ello, se ha dividido en varias etapas para presentarlo lo mejor posible: El poder de la corona (1500-1808), el Régimen Constitucional (1808-1874) y De la Monarquía a la República (1874-1931). El punto final se pone con el momento en el que se inaugura el Museo Arqueológico Provincial en el Palacio de la Diputación, en 1931. Más de 300 piezas se exponen en esta sala para dar voz al Alicante más próximo a nosotros.  

Una vez que se termina este recorrido, podrás conocer las salas temáticas. En la primera de ellas, que se denomina ‘Excavando una iglesia’, se presenta un escenario hipotético, una iglesia o monasterio gótico, cuyos restos más antiguos se remontan al siglo II a.C., a partir de los cuales se conoce el pasado.  

marq alicante
Las cuidadas salas de MARQ de Alicante

En la siguiente sala, ‘Excavando bajo el agua’, se sigue el mismo proceso para dar a conocer el trabajo arqueológico cuando se trata de una excavación subacuática. Un tercer caso se expone en la sala ‘Excavando en una cueva’, donde se enseña el exhaustivo trabajo de documentación que se lleva a cabo para interpretar la huella humana en este entorno. 

No olvides una de las iniciativas más interesantes que propone el MARQ: la visita guiada a diferentes yacimientos arqueológicos para conocerlos de primera mano. El santuario de Pla de Petracos, el Tossal de Manises o la Illeta dels Banyets ayudarán a situar las piezas del museo en su lugar original.