Al noroeste de la provincia de Almería se sitúa una zona montañosa que recibe el nombre de Sierra de Filabres. En la superficie que ocupa, unos 63 kilómetros de largo y 28 de ancho, se dan cita montes y cimas con más de 1.900 metros de altitud, vestigios paleolíticos y un buen número de poblaciones que se agrupan en dos comarcas, la de Almanzora y la de Filabres-Tabernas. Conozcamos un poco mejor esta sierra que también aporta su granito de arena a la historia de Almería.

¿Por qué es buena idea si viajas a Almería conocer la Sierra de Filabres? Se podrían exponer muchas razones históricas pero basta saber que de sus montes y montañas salió parte del mármol que se empleó en emblemáticas construcciones como la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba.

Y, también, porque la fisonomía de sus pueblos nos habla de una etapa nazarí, muy enriquecedora al menos en términos de innovación agraria. Si miramos al futuro de esta sierra de Almería, su mejor representante es el Observatorio Astronómico de Calar Alto, situado en Gérgal, que parece salido de otro planeta.

  1. Sierra de los Filabres, pueblos y rutas poco transitados
  2. Pueblos de la Sierra de los Filabres
  3. Rutas de senderismo en la Sierra de los Filabres
  4. Presta atención a la fauna y la flora serrana

Sierra de los Filabres, pueblos y rutas poco transitados

La Sierra de Filabres, como destino turístico, ofrece al viajero una serie de actividades complementarias que será del agrado tanto de los amantes de la naturaleza, por su interesante fauna y flora; de quienes adoran pasear por pueblos que parecen anclados en el pasado; y también de aquellos que les gusta profundizar en la geología.

En el imaginario popular, Almería se sitúa entre playas, desiertos e invernaderos pero pocas personas ajenas al territorio andaluz saben que también dispone de cumbres que llegan casi a los dos mil metros, o que sus montañas cobijan grandes cuevas idóneas para espeleología. Te invitamos a recorrer áreas naturales y poblaciones para conocer la auténtica Sierra de Almería.

Pueblos de la Sierra de los Filabres

Si hay algo que caracteriza a los municipios que integran la Sierra de los Filabres es su carácter tranquilo, sus pocos habitantes y cuestas empinadas. Por su fisonomía se podrían definir como pueblos encalados y villas de pizarra. Como no podemos recorrerlos todos hemos elegido seis que destacan por motivos justificados. Si bien, como la distancia entre ellos no es mucha, te sugerimos dar un paseo por muchos otros que os salgan al paso. Todos tienen algo especial como Albox, Albánchez, Alcudia de Monteagud, Bacares, Benitagla, Castro de Filabres, Chercos, Cóbdar, Gérgal, Laroya, Lubrín, Líjar, Olula de Castro, Tahal, Uleila del Campo y Velefique.

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Las Menas Poblado Minero

El antiguo núcleo de Las Menas, hoy día Las Menas Poblado Minero, es uno de los testimonios históricos de la labor minera en la Sierra de los Filabres. Este poblado, perteneciente al municipio de Serón, fue un importante punto de extracción de hierro entre finales del siglo XVIII y el año 1968.

En este lugar, hoy día abandonado, llegaron a trabajar 2.900 personas, muchas de las cuales habitaban aquí, y otras se desplazaban a localidades cercanas como Serón, Alcóntar o Bacares.

En un paseo por Las Menas se pueden distinguir algunas edificaciones restauradas, otras siguen ancladas en el momento de su abandono. Incluso las hay que “se han reciclado” y ahora se dedican a otras funciones como hotel o camping.

Aunque en cierto modo su aspecto sea fantasmagórico, merece la pena visitar Las Menas para constatar cómo pueden cambiar los tiempos de un día para otro.

Qué visitar en Serón, un bonito pueblo serrano

El pueblo de Serón, perteneciente a la comarca del Valle de Almanzora, es uno de los más bonitos de la zona. Situado en la ladera norte de la Sierra de Filabres, y con un núcleo urbano que se adapta a la orografía del terreno, regala unas preciosas vistas del valle y del entorno de naranjos y parrales.

El zigzagueo de sus estrechas calles da una pista crucial de su ascendencia árabe. A pesar de la dificultad de subir por sus cuestas, merece la pena recorrer el camino de casas encaladas que lleva hasta la fortaleza nazarí que corona el pueblo. También se debería visitar la iglesia de la Anunciación, y si hay oportunidad, hablar con los vecinos de su pasado minero. Esta actividad tuvo especial relevancia ya que de la extracción de hierro se pasó a la de ‘nitro’ en el Angosto, lo que atrajo capital inglés a estas tierras. Aún así, en 1968 cerró la explotación, como hemos comentado anteriormente en Las Menas.

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Sierra de los Filabres

Senés, entre moros y cristianos

Senés, otro pueblo encantador de casas encaladas, se sitúa en la falda sur de la Sierra de los Filabres, en la comarca de Los Filabres-Tabernas. Al igual que Serón también está marcado por su trazado urbano árabe y calles estrechas. Lo más llamativos son sus tejados de pizarra que contrastan con el color inmaculado de sus paredes y se funde con el tono oscuro de la montaña. En invierno, cuando nieva en Senés, la estampa no puede ser más espectacular.

A nivel turístico, os recomendamos visitar la iglesia parroquial, de estilo mudéjar, y el Centro de Interpretación de la Historia a la Leyenda. Tampoco podemos dejar de mencionar una fiesta que cada año cuenta con más adeptos: la representación de Moros y Cristianos, que se celebra el último fin de semana de agosto en el Monte Icarada.

Macael, la cuna del oro blanco

Si hay un lugar que destaca en la Sierra de Filabres por su relevancia histórica ese es Macael.

Podría no haber pasado de ser un humilde pueblo serrano pero se ha convertido en una ciudad próspera gracias a sus canteras de mármol. De este lugar ha salido parte del material que hoy día podemos admirar en el Teatro romano de Mérida, en el monasterio de El Escorial, en la Alhambra, en la Mezquita de Córdoba, y en muchos otros monumentos.

El mármol de Macael ya era empleado por los fenicios para hacer ataúdes y su valor ha ido incrementándose desde entonces. Con el paso del tiempo, las labores manuales han cedido paso a la industrialización que ha sido la que ha mantenido la rentabilidad de esta actividad. Dicho todo esto, sólo podemos recomendarte que la primera visita que hagas en esta ciudad sea al Centro de Interpretación del Mármol de Macael, un espacio de 250 m2 donde se describe la historia completa. Y si tienes interés, apúntate a una visita guiada para conocer las canteras y los talleres artesanos.

Otros lugares imprescindibles que se pueden ver desde Macael son el mirador de las Canteras, desde donde se abre un paisaje marcado por el mármol; la iglesia de Santa María del Rosario, con varias tallas del siglo XVII; el mirador Virgen del Rosario, en la parte alta del pueblo, que brinda vistas del pueblo y del valle de Almanzora; y el Bulevar, un agradable paseo jalonado por esculturas de mármol.

Benizalón, una villa de postal

Este es un pueblo de postal, pequeño y coqueto, rodeado de almendros, atravesado en parte por un barranco y recortado contra la montaña. Apenas trescientos vecinos, cada vez menos, disfrutan de la calma y la belleza de Benizalón. Quienes eligen este pueblo para pasar sus vacaciones lo hacen de forma consciente, vienen para desconectar, realizar algunos paseos por los alrededores y respirar el aire puro de la montaña.

Además de este núcleo, el municipio cuenta con otros pequeños, algunos incluso deshabitados. Y un poco a las afuera, una de las pocas visitas turísticas que podrás hacer aquí es al santuario de Monteagud, dedicado a la Virgen de la Cabeza. Es un centro de peregrinación provincial, ya que, según cuenta la leyenda, en una encina del monte se pareció la virgen.

Rutas de senderismo en la Sierra de los Filabres

Si, además de hacer una ruta por los pueblos anteriores, te quedan ganas de estirar las piernas e interactuar con la naturaleza, hay algunos itinerarios que se pueden hacer a pie o a caballo. Si quieres hacer la caminata por tu cuenta, puedes comenzar con la Senda de las Menas, que parte del poblado de Las Menas y es un recorrido fácil de unos 4,5 kilómetros.

La segunda opción, un poco más larga, es la Ruta del Barranco de las Morcillas, que comienza en Collado del Conde y tiene una extensión de 12 kilómetros (unas 5 horas de caminata).

Otra propuesta que puede ser interesante es la Ruta de la Minería, que permite descubrir el pasado minero de Bédar. El camino, de unos 11 kilómetros, comienza en el cargadero de Tres Amigos (cerca de Bédar), y transcurre por túneles, puentes, minas, etc.

Lo más recomendable, para ir sobre seguro, es descargarse en el móvil las rutas completas porque a veces no hay cobertura. En la web de Senderos de Almería encontrarás más detalles.

Presta atención a la fauna y la flora serrana

Los observadores de aves encontrarán en esta sierra de Almería una amplia colonia de rapaces, en la que se incluye el águila perdicera. Otros animales que habitan en la zona y que son endémicos son la hormiga Rossomyrmex minuchae y algunos anfibios y lepidópteros. Entre los mamíferos, con un poco de suerte, se pueden ver conejos, zorros, ginetas o, incluso, gatos monteses.

Si lo tuyo son las plantas y los árboles, en Serón se encuentran dos Monumentos Naturales: la encina del Marchal del Abogado y la encina de la Peana. Además de matorrales, jaras, retamas y bosques de pinos, alcornoques o quejigos, también es interesante detenerse en las plantas aromáticas, como tomillo, cantueso, poleo y zajareña.