Cadavedo ha sido elegido como el pueblo más bonito de Asturias y como una villa ejemplar. Cuentan que es uno de los municipios más antiguos de la región, pero sobre todo es famoso por la vista que tiene sobre el mar Cantábrico al encontrarse encaramado en una colina entre dos cabos. No podemos dejar de ver sus preciosos palacios indianos.
- Historia y contexto de la localidad
- Qué ver en Cadavedo
- Playa de Cadavedo
- Dónde comer
- Entorno y naturaleza en los alrededores
Historia y contexto de la localidad
Las primeras informaciones de Cadavedo nos cuentan que era una villa propiedad de la famosa reina doña Urraca. Sin embargo, el municipio aparece más en las crónicas por ser un pueblo ballenero ya que en la cercana playa de La Ribeirona se sabe que vivían, en aquellos siglos medievales, muchos de estos cetáceos.
Si esta historia lo sitúa como uno de los más antiguos del concejo, es su situación geográfica la que le da fama en la actualidad. El municipio no supera los 500 habitantes, pero se ha convertido en un lugar de veraneo muy apreciado por quienes disfrutan con la naturaleza abrupta de esta costa.
Situado entre dos cabos, el de Vidio y el de Busto, cuenta con un mirador privilegiado sobre el Mar Cantábrico desde su famoso campo de La Garita.
En el siglo XIX, Cadavedo, como muchos pueblos de la zona, sufrieron la marcha de muchos jóvenes que emigraron a América del Sur. La mayoría ahorraron dinero y volvieron a su pueblo a levantar unas hermosas casas, los palacios indianos, que hoy en día son uno de los mayores atractivos del lugar.
Qué ver en Cadavedo
Un paseo por el pueblo nos llevará a las famosas casonas indianas. Entre ellas, la más destacada es la Casa Roja, que tiene una casa gemela, conocidas como las Gemelas de los Pérez. Hoy en día es fácil visitar este increíble lugar puesto que es un hotel que recuerda a sus primeros moradores: Leandro Pérez y su mujer, que volvieron en 1899 de Uruguay, donde habían hecho fortuna con el ganado. La otra vivienda fue levantada por un primo de Leandro que también emigró a Uruguay.
Otro edificio interesante es la torre de Villademoros. Es una construcción de carácter defensivo que tuvo que levantarse en la Edad Media, entre los siglos X y XI, durante las guerras por la defensa de los reyes de Asturias. Sin embargo, el lugar se volvió más conocido en el siglo XVIII cuando se construyó junto a ella el Palacio Villademoros.
En el pueblo se conservan en perfecto estado unos 95 hórreos y paneras, además de lavaderos y molinos. Esta riqueza etnográfica nos habla de cómo fue la vida de los habitantes de Cadavedo durante muchos años, qué comían, qué cultivaban y cómo lo conservaban.
Pero si hay un lugar querido y admirado por todos los habitantes del pueblo es, sin duda, la Ermita de la Regalina, que nos lleva a la fiesta más importante de esta villa, la peregrinación de la Virgen de Riégala.
Esta ermita fue levantada en 1931 por el Padre Galo, un personaje famosísimo en Cadavedo que tiene su propia casa museo, para que se convirtiera en lugar de rezo y peregrinaje. La construcción en blanco y azul destaca sobre el campo de césped donde está ubicada, La Garita, pero es perfecto para conectar con las increíbles vistas que guarda: playas y acantilados.
Playa de Cadavedo
La zona de baño más importante del pueblo es la playa de Cadavedo, con el mismo nombre. Está a unos dos kilómetros del pueblo y en ella desemboca el arroyo que cruza el municipio, el Frieira.
En total son unos 400 metros de largo que se ven desde la parte alta del pueblo. Para las familias o los que no quieran caminar es perfecta porque cuenta con un aparcamiento importante que facilita el acceso a cualquier tipo de visitante.
Otra playa muy famosa es la de Ribeirona. Es la zona de baño más cercana a la Ermita de La Regalina y uno de los lugares más impactantes de Cadavedo.
Más escondida está la playa de Campiechos, de piedras y arena gruesa, a la que se accede a pie por un camino de unos 500 metros. Aunque no es difícil llegar no suele estar muy concurrida ni siquiera en verano.
Lo mismo ocurre con los acantilados de Cabo Busto, que están muy cerca de Cadavedo y que pueden llegar a tener hasta 60 metros de alto.
Dónde comer
No podemos irnos de Cadavedo sin probar su famosa fabada con almejas e incluso con centollo o cualquier plato que incluya el queso de cabrales, muy rico en un pueblo en el que la ganadería sigue teniendo mucha importancia.
Entre los bares por los que tenemos que pasarnos está la Casa del Mar, de comida casera; el restaurante El Pescador, un lugar privilegiado para pedir marsico, y el Mesón La Granda,
Entorno y naturaleza en los alrededores
El entorno de Cadavedo nos permite disfrutar de una naturaleza viva y muy verde que coquetea con el mar Cantábrico en cuanto puede. Podemos subir hasta el Pico de Siete, con unas vistas increíbles, o recorrer el concejo de Valdés, que cuenta con un entorno privilegiado.
Otra opción es acercarnos a Luarca, que es la capital del concejo, y visitar la zona de la ría desde donde se puede, incluso, dar un paseo en barco para explorar su naturaleza.
Un poco más alejado se encuentra ya el Parque Natural de las Ubiñas, que también cuenta con rutas para senderistas y vistas panorámicas.