Situado junto a la ría de Avilés, el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer es el gran emblema internacional del arte y la cultura en Asturias. Fue inaugurado el 26 de marzo de 2011, pero su vistosa cúpula de color blanco quedó finalizada unos meses antes, exactamente el 15 de diciembre de 2010, el mismo día que el autor de este complejo arquitectónico de líneas futuristas cumplía 103 años. Hablamos del arquitecto brasileño Óscar Niemeyer, seguidor de las ideas de Le Corbusier y una de las figuras con mayor influencia en la arquitectura moderna internacional, que se estrenaba a esa edad y con esta obra en España.
El Centro Niemeyer de Avilés es, en palabras de sus gestores, “una puerta abierta a todas las artes y manifestaciones culturales”, ya que dentro de su programación multidisciplinar tienen cabida la música, el cine, el teatro, la danza, las exposiciones, la gastronomía y la palabra. Eso sí, matizan que con un denominador común: la excelencia.
El Centro Niemeyer de Avilés, origen y desarrollo
El origen de este innovador edificio hay que situarlo en una reunión que la Fundación Príncipe de Asturias convocó, en su 25 aniversario, con todos los premiados con sus prestigiosos galardones, Óscar Niemeyer entre ellos. Aquel día, el arquitecto brasileño esbozó unos trazos rápidos en rotulador negro que iban a ser el germen de lo que hoy es este singular conjunto arquitectónico, el más importante de Europa y su obra más querida fuera de Brasil, según Niemeyer, también Premio Pritzker de Arquitectura.
Centro Niemeyer: de la cúpula a la torre-mirador
El Centro Niemeyer, que es también un referente en la gestión cultural en Iberoamérica, ocupa nada menos que 44.000 metros cuadrados de un espacio que antes estuvo ocupado por los altos hornos de Avilés, un territorio por el que se distribuyen cinco espacios independientes con distinto uso:
- El auditorio. Tiene forma de caracol y su escenario de 500 metros cuadrados se abre hacia el patio de butacas y también puede orientarse hacia la plaza exterior, para acoger representaciones al aire libre. En su fachada sobresale una gran silueta, pintada con trazos curvos, de una figura femenina sobre un fondo amarillo. Tiene capacidad para 1.000 personas y no hay palcos ni anfiteatro, sólo una grada continua. Todas las butacas tienen buena visibilidad y se paga lo mismo por cada una de ellas, independientemente de donde esté.
- La plaza. Comunica el Centro Niemeyer con la ciudad a través de una pasarela. Está abierta al público durante el día y refleja el espíritu de Óscar Niemeyer de lugar abierto.
- El edificio polivalente. alberga el Film Centre, el gastrobar, las salas de eventos y conferencias, la tienda y un espacio educativo. También se hallan aquí las oficinas y el centro de visitantes.
- La cúpula. Espacio diáfano de 4.000 metros cuadrados y 18 metros de altura concebido para realizar exposiciones de todo tipo. Una de las muestras que ha tenido mayor aceptación ha sido la dedicada a Joaquín Sorolla en vinculación con Pedro Masaveu, el principal coleccionista español del pintor valenciano.
- La torre-mirador, con vistas al casco antiguo de la ciudad y a la ría. Se accede a la misma por una escalera exterior de caracol, de 18 metros de altura, o por un ascensor interior. Aquí se ubica el restaurante.
De Woody Allen a Annie Leibovitz
Evidentemente, el programa educativo y cultural que brinda el Centro Niemeyer es espectacular y, desde su inauguración, han sido numerosas las figuras de prestigio internacional que han mostrado su arte en esta institución. Woody Allen, Kevin Spacey, Brad Pitt, Wim Wenders, Carlos Saura, Paulo Coelho, Wole Soyinka, Vinton Cerf, Paco de Lucía, Yo-Yo Ma, Joan Manuel Serrat, Fernando Arrabal, Julian Schnabel, Jessica Lange, Annie Leibovitz, Carlos Cruz Díez… son sólo algunos de los protagonistas de la cultura y el arte que han participado de este sueño de educación, cultura y paz.
El Centro Niemeyer cuenta, como no podía ser de otro modo, con un importante espacio educativo, Educa Niemeyer, con propuestas de ocio para todas las edades. A través del mismo se celebran experiencias didácticas para escolares, como Art-Kids-Tectos, con las que se divulga a los estudiantes el importante legado de Óscar Niemeyer. También hay visitas taller para el público familiar, vinculadas a las exposiciones programadas, además de presentaciones de libros. Y en el apartado “Creatividades” los niños interactúan y comparten sus procesos de creación con escritores, ilustradores, diseñadores, pintores o músicos vinculados de una u otra forma con el Centro Niemeyer.
Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, otra imagen para Avilés
¿Y por qué se eligió Avilés como sede del Centro Niemeyer? La razón hay que buscarla en la dura reconversión industrial que sufrió esta localidad, que exigía por parte del Gobierno regional modificar su perfil económico, cultural y social. Así que se pensó que, al igual que el Museo Guggenheim fue fundamental para mejorar la imagen de Bilbao, el Centro Niemeyer podría hacer de revulsivo también en Avilés.
Así que, desde que se colocó la primera piedra del edificio en abril de 2008, los avilesinos pudieron contemplar con sus propios ojos cómo los elegantes contornos curvos del Centro Niemeyer se insertaban en medio del paisaje que un día ocupó la industria siderúrgica, gracias a un arquitecto, Óscar Niemeyer, que había diseñado la sede de Naciones Unidas en Nueva York, junto a Le Corbusier, y los edificios más singulares de Brasilia.
Niemeyer y su concepción del espacio
Para terminar, unas palabras del arquitecto Óscar Niemeyer que definen su concepción del espacio: “No es la línea recta lo que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las nubes del cielo y en las olas del mar. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein”.