La capital del Principado de Asturias, la antigua Ovetum, fundada en el siglo VIII, es una ciudad que muestra esa parsimonia, es especie de circunspección, de profunda personalidad, que solo el paso del tiempo, de mucho tiempo, es capaz imprimir en ciertos lugares. Es como si sus gruesas raíces llegasen a tocar profundidades insospechadas. Pero Oviedo, Uviéu, además de elegante, tranquila y señorial, es también un lugar en el que el arte, la cultura, la naturaleza y, desde luego, la mejor gastronomía, han ido marcando el paso de una constante evolución hacia el siglo XXI.
En cualquier caso, disfrutar de un día en Oviedo supone vivir 24 horas inolvidables descubriendo tesoros históricos, interesantes museos, animadas calles y plazas, rincones llenos de encanto y todo el sabor de la mejor cocina asturiana, entre tantas otras posibilidades que conectan el dilatado pasado de la ciudad con su animado presente. Echa un vistazo a esta serie de lugares imprescindibles y comienza a planear tu próxima visita a este maravilloso destino.
- Catedral de Oviedo
- Mercado y plaza del Fontán
- Restaurante La Palmera del Indiano
- Campo de San Francisco
- Santa María del Naranco
- Bulevar de la Sidra
Catedral de Oviedo
El Antiguo, como se conoce coloquialmente al casco histórico de Oviedo, es el corazón de la ciudad, y la torre gótica de la Catedral de San Salvador marca su epicentro. La catedral ovetense es una proeza arquitectónica y artística, por dentro y por fuera; un resumen de la historia de la ciudad que comienza en el siglo XIII y continúa en nuestros días, pasando por los más diversos estilos: el prerrománico, el románico, el gótico, el renacentista, el barroco…
Visitar esta pieza fundamental del Camino de Santiago –Oviedo y la Sancta Ovetensis son el Km 0 del Camino Primitivo y el punto de partida del rey Alfonso II, el Casto, el primer peregrino a Compostela– supone descubrir joyas tan asombrosas como el Retablo Mayor, una de las obras más bellas del gótico español; como la Capilla del Rey Casto y el Panteón de los Reyes; el hermoso Claustro gótico y la Cámara Santa, una capilla palatina del siglo IX declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que guarda algunas de las más importantes reliquias de la tradición católica.
Mercado y plaza del Fontán
Tras quedar totalmente obnubilado por la Catedral, toca bajar de los cielos a la tierra, y nada mejor que hacerlo en uno de los lugares más emblemáticos, y animados, de la ciudad. Antiguo lugar de manantiales, de recreo de los nobles ovetenses y corral de comedias, El Fontán sigue siendo una plaza de abastos en la que gente de campo vende sus productos los jueves y sábados, pero también es el lugar perfecto para tomar el vermú, comer algo y, desde luego, disfrutar de un “culín” de sidra entre sus soportales.
Además, cruzando la calle del mismo nombre, el Mercado El Fontán (sí, también homónimo) es otra visita imprescindible. Fue construido a finales del siglo XIX, adosado a la iglesia de San Isidoro, y rehabilitado en 1994, y en su interior alberga puestos de frutas y verduras, carnes, pescados, charcutería, productos típicos asturianos y opciones de restauración, entre otras opciones. El mercado exterior y el rastro dominical también están ligados a este singular punto neurálgico de Oviedo.
Restaurante La Palmera del Indiano
Oviedo es, por supuesto, sinónimo de la mejor gastronomía, y este restaurante ubicado en pleno centro, muy cerca del Campo de San Francisco, es un buen ejemplo de ello. Tras una fachada con más de 100 años de historia se esconde un espacio moderno pero que recuerda una antigua casa de indianos, de aquellos que se fueron a “hacer las Américas”. Sensaciones que se trasladan a la mesa gracias a platos que combinan lo más tradicional con la nueva cocina, siempre con un pie en cada orilla del Atlántico.
Alojado en el hotel Barceló Oviedo Cervantes, el restaurante La Palmera del Indiano ofrece una deliciosa experiencia gastronómica desde el desayuno hasta la cena, y su espectacular brunch de los domingos es todo un must.
Campo de San Francisco
Corazón verde de la ciudad, este gran jardín urbano es uno de los parques más clásicos y conocidos de España, y uno de los lugares más emblemáticos de Oviedo. Sus 90.000m2 corresponden al antiguo huerto del desaparecido convento de San Francisco y hoy en día incluyen amplios paseos arbolados, estanques, fuentes, zonas de ocio para los más pequeños, áreas deportivas y distintos monumentos, como la divertida estatua de Mafalda, el célebre personaje creado por el historietista argentino Quino.
Este agradable espacio verde es ideal para pasear y percibir el pulso de la ciudad, pero también es sede habitual de propuestas artísticas y culturales, de todo tipo, desde espectáculos de títeres y magia para niños hasta conciertos, entre otras opciones.
Santa María del Naranco
A las afueras de la ciudad, en las faldas del monte que la vigila por el norte, se encuentra otra de las visitas imprescindibles para cualquiera que se acerque a Oviedo, una invaluable joya prerrománica que hunde sus raíces en lo más profundo del viejo Reino de Asturias. Santa María del Naranco tiene más de mil años de historia, y durante todo ese tiempo ha sido tanto el gran salón del trono de un antiguo palacio real como una iglesia dedicada a la Virgen; la constante es, y será siempre, que este edificio es una auténtica maravilla.
De planta rectangular y dos alturas, austero, esbelto, pero singularmente armónico y muy bien conservado a pesar de su dilatada edad, este antiguo monumento decorado con relieves de animales y caballeros en combate está reconoció como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1985.
Bulevar de la Sidra
Visitar la capital del Principado y no disfrutar de la bebida asturiana por excelencia es, francamente, imperdonable. Y uno de los mejores lugares para encontrarte con la mejor sidra y todo el sabor de la deliciosa gastronomía asturiana es la calle Gascona, mejor conocida como “El Bulevar de la Sidra”.
Más de una docena de sidrerías se alinean en esta calle del centro histórico de Oviedo y ofrecen, además de la mejor cocina local, un ambiente muy especial y todo tipo de actividades en torno a la cultural sidrera asturiana, desde música en directo hasta la famosa “Preba de la sidra” (entre abril y mayo), en la que innumerables “catadores” elijen la mejor sidra. En definitiva, el lugar perfecto para “echar un culín”.