Asturias es un auténtico paraíso para el senderismo. Esta comunidad autónoma, una de las más montañosas de España, es atravesada por una multitud de vías, sendas y rutas que se deslizan entre un paisaje agreste y sublime. Un tercio de su territorio está protegido, y cuenta con hasta siete reservas de la biosfera declaradas por la Unesco. La más destacada de ellas es el Parque Nacional Picos de Europa, donde encontramos frondosos bosques, gargantas y desfiladeros esculpidos por el agua y el hielo glaciar, además de lagos tan icónicos como los de Covadonga. Es por esto que Asturias es famosa por ofrecer rutas de senderismo en un entorno monumental y emblemático. Pues es en esta accidentada región donde, en el siglo VIII, los visigodos consiguieron rechazar a las tropas del emir de Córdoba, dando inicio a la historia del Reino de Asturias. Más de mil años después, el encanto de este entorno tan especial y sorprendente no se ha perdido.

La ruta del Cares, la favorita de los senderistas

De las diferentes rutas de senderismo que ofrece Asturias, la ruta del Cares es la más visitada y, con seguridad, una de las más impresionantes. Se encuentra dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, un espacio que reúne elementos propios de los ecosistemas atlántico y mediterráneo. El camino acompaña el curso del río Cares, a través de un profundo desfiladero conocido como Garganta Divina.

Al abrigo de imponentes macizos, como el mítico Naranjo de Bulnes, el más elevado (2.519 metros) de los Picos de Europa, esta ruta de casi 12 kilómetros se abre paso mágicamente entre montañas de tierra caliza, desde el pueblo leonés de Caín hasta el asturiano de Poncebos. Su dificultad es fácil, lo que permite que puedan hacerla niños de ocho años o más –si están acostumbrados a la montaña–. El camino tiene un desnivel total de unos 600 metros. Podemos completar esta senda, la reina de las rutas de senderismo en Asturias, en unas 3 horas (o en 6 o 7 si decidimos hacer también el camino de vuelta a Caín).

 

 

Ruta del río Cares, Asturias

Si empezamos en el pueblo de Caín y seguimos el curso del río Cares, en la primera etapa de nuestra excursión encontraremos los saltos de agua y piscinas naturales más espectaculares que ofrece el río. Es un lugar donde refrescarnos e incluso bañarnos en sus pozas cristalinas. Poco después, dejamos atrás la presa para la que se construyó el canal de 1912 –que sigue de forma paralela nuestra ruta– para cruzar el río y por fin introducirnos en los impresionantes túneles que atraviesan la pared del desfiladero. Por los túneles se deslizan cascadas de agua natural, cuyo sonido nos acompañará una buena parte del camino.

Poco a poco, la garganta va abriéndose y descubriendo los imponentes picos nevados de la cordillera. Desde aquí, pasaremos por los famosos puentes de los Rebecos y Bolín, que cuelgan sobre la estrecha garganta ofreciendo una imagen inmejorable de su profundidad. Una vez llegamos a la majada de Culiembro, la mitad del camino está hecha; y tendremos unas hermosas vistas del valle y los bosques circundantes. Por último, y antes de descender hasta Poncebos, el punto de visita inevitable son Los Collaos y el mirador de Camarmeña. Desde aquí se contempla el Naranjo de Bulnes, el monte más elevado de la cordillera Cantábrica, con paredes lisas de piedra de hasta 500 metros. Desde allí, nos queda bajar hasta el pueblo de Poncebos para acabar esta ruta, la más visitada dentro del senderismo en Asturias.

Senda del Oso: a pie o en bicicleta

La conocida Senda del Oso, que se extiende entre los municipios de Tuñón y Entrago, es otra de las rutas de senderismo más visitadas y espectaculares de Asturias. Su recorrido, de unos 20 kilómetros, sigue las antiguas vías del ferrocarril del siglo XIX que, entre sinuosos precipicios, llevaba el carbón de las minas de Teverga y Quirós hasta la población de Trubia. Aquí también se encuentran los denominados valles del Oso (Quirós, Proaza, Santo Adriano y Taverga) donde se ha asentado la población de osos pardos. Por supuesto, en ellos está el refugio de las famosas osas Paca y Tola, y también Molina, una osezna de cinco años. En el camino, que no presenta apenas dificultad, salen al encuentro once puentes que atraviesan los ríos Trubia, Picarós, Teverga y Llanuces.

Dentro de las rutas de senderismo en Asturias, la Senda del Oso es la senda verde más transitada. El recorrido más frecuentado parte del pueblo de Tuñón, donde está bien señalizada la senda, sigue la corriente del río Trubia atravesando silenciosos túneles de hasta 100 metros de longitud y puentes de gran belleza que desafían la violencia del terreno. El trazado es suave y sin apenas desniveles, lo que la convierte en una ruta especialmente apreciada  por los amantes de las bicicletas de montaña o BTT. La zona también es famosa por los frutos de sus castaños, que la gente se acerca a recoger en otoño. Esta primera parte del camino, de unos 6 kilómetros, termina con la llegada a las poblaciones de Villanueva y Proaza, entre las cuales se encuentra el recinto de los osos, dos montes cercados que acogen varios ejemplares de oso pardo.

Siguiendo en dirección a Entrago, la ruta se prolonga otros 14 kilómetros, atravesando los desfiladeros de Valdecerezales y de Peñas Juntas. Aquí es imprescindible hacer un alto para contemplar las impresionantes formaciones rocosas y gargantas esculpidas por el agua. El tiempo estimado de esta parte del camino es de 4 horas.

Hoces del Esva, Asturias

Otras rutas de senderismo en Asturias

Ruta de las hoces del Esva.

Dentro de las rutas de senderismo en Asturias, la de las hoces del río Esva goza de buena fama por su belleza. El recorrido comprende unos 17,7 kilómetros, aunque su trazado en forma de ocho nos permite tomarla desde diferentes puntos, entre ellos los de Agüera, San Pedro de Paredes y Bustiello de Paredes. Se desarrolla a lo largo de bosques, pequeños pueblos y escarpadas paredes de roca cortadas por el río Esva en forma de desfiladeros.

Senderismo por Picos de Europa y los lagos de Covadonga.

Los lagos de Covadonga son, probablemente, los más conocidos y legendarios de nuestro país. De este idílico entorno de montaña parten algunas de las rutas de senderismo más apreciadas de Asturias. Si dejamos el coche junto al lago la Ercina hay una ruta que asciende hasta un mirador. Está bien señalizada, y desde dicho mirador podemos contemplar el lago Enol. Más adelante, la senda nos lleva hasta las minas abandonadas de la Buferrera, explotadas hasta mediados de los años 70. Por último, llegamos al mirador del Príncipe, volviendo cerca de nuestro punto de partida. Esta ruta tiene una longitud de 5,5 km, su dificultad es de un nivel medio y puede completarse en unas 2 horas.