Ubicado estratégicamente en el centro de Asturias, Siero es un concejo que va más allá de su aparente modestia. A pesar de su proximidad a grandes núcleos urbanos como Oviedo y Gijón, este municipio alberga una sorprendente variedad de atractivos que combinan su rica herencia rural con un desarrollo industrial notable. Desde la Plaza de Les Campes, corazón de su vida social y escenario de mercados tradicionales, hasta la Iglesia de San Pedro de Pola de Siero, Siero se enorgullece de su patrimonio cultural. Además, la oferta gastronómica y las rutas naturales que serpentean por sus bonitos alrededores rurales convierten a este concejo en una parada obligatoria para aquellos que desean explorar el auténtico pulso de Asturias, alejado del bullicio de las grandes ciudades.
- Historia y contexto de la localidad: Siero, encrucijada de caminos y culturas
- Qué ver en Siero: un paseo entre casonas rurales medievales y castros prehistóricos
- Dónde comer: sabores auténticos del campo asturiano
- Entorno y naturaleza en los alrededores: verdes paisajes y vistas panorámicas de la región
Historia y contexto de la localidad: Siero, encrucijada de caminos y culturas
El concejo de Siero ha sido habitado desde tiempos prehistóricos, con yacimientos que evidencian la presencia humana desde el Paleolítico. En zonas como Limanes y Vega de Poja se han encontrado importantes restos arqueológicos, entre los que destacan túmulos en el Alto de la Mayá (Espinera) y en el «Cantu Negru» (Bobes). Estos vestigios confirman que Siero fue un área clave en la antigüedad.
Además de la cultura prehistórica, la cultura castreña dejó una huella significativa en la región, con varios castros repartidos por el territorio, como los de Pico Castiello, El Castiello, La Canterona y Les Muries, que evidencian la importancia defensiva y estratégica del concejo durante esa época. La colonización romana también fue relevante, con la construcción de infraestructuras como caminos y puentes que facilitaron el desarrollo de la zona, y es que por aquí pasaba la vía romana que comunicaba las tierras de Cantabria con Gallaecia, con un ramal hacia la cercana Lucus Asturum (Lugo de Llanera). Algunos de estos puentes, como los de Colloto, Bergueres, Lugones y Pola de Siero, fueron fundamentales para las comunicaciones en la región, aunque muchos han sido destruidos o reconstruidos a lo largo de los siglos.
El nombre de Siero aparece por primera vez en documentos escritos en el siglo X, y en 1270, el rey Alfonso X El Sabio otorga una carta de población a los habitantes de la zona, reconociendo la importancia de este territorio. A lo largo de los siglos, Siero ha estado marcado por su fuerte tradición agrícola y ganadera, siendo un centro de producción de maíz, legumbres, frutas y escanda, y destacándose por su industria harinera, con numerosos molinos, fábricas de curtidos y telares.
En la Guerra de la Independencia en 1808, la participación de Siero fue crucial para la causa asturiana contra la invasión francesa. A lo largo del siglo XIX, el descubrimiento de carbón impulsó el desarrollo industrial del concejo, diversificando su economía. En las últimas décadas, Siero ha experimentado un crecimiento económico significativo, con la expansión del sector terciario debido a su posición estratégica entre Oviedo y Gijón, lo que ha contribuido al aumento de su calidad de vida y servicios.
Qué ver en Siero: un paseo entre casonas rurales medievales y castros prehistóricos
El concejo de Siero es rico en patrimonio cultural y arquitectónico, con numerosos monumentos y edificios históricos que vale la pena descubrir. Comienza tu recorrido en Pola de Siero, la capital del concejo, donde se concentra buena parte del patrimonio arquitectónico de la región. El Ayuntamiento de Siero, con su imponente estilo neoclásico, se alza como uno de los edificios más destacados. Muy cerca de allí, la Plaza de Les Campes es otro punto esencial, un espacio de encuentro tradicional donde se celebran mercados y eventos, que ha sido clave en la vida social de la localidad durante siglos.
En Pola de Siero también encontrarás la Iglesia de San Pedro, un templo de origen medieval que ha sufrido varias remodelaciones, la más significativa en el siglo XVIII. Su interior alberga un retablo barroco que es una de las joyas de la localidad. No te pierdas el Mercado de Ganados de Pola de Siero, considerado uno de los más importantes de España en cuanto a volumen, una tradición viva que muestra la relevancia histórica de la actividad ganadera en la región.
El núcleo de Lugones, uno de los más poblados del concejo, destaca por su desarrollo industrial y su patrimonio reciente. Aquí se encuentra el Parque de La Cebera, un amplio espacio verde ideal para pasear y disfrutar de la naturaleza. Aunque la historia de Lugones está vinculada a la industrialización, también conserva ejemplos de arquitectura civil, como el Palacio de Meres, a las afueras, un espectacular palacete rural originario del siglo XV, rodeado de jardines que reflejan la opulencia de la aristocracia asturiana.
Otro ejemplo destacado de palacete asturiano es la Casona de Argüelles, una construcción de origen renacentista que pertenece a la familia González Argüelles. Estas edificaciones reflejan la prosperidad agrícola y ganadera de Siero durante siglos, conservando la esencia de la vida rural asturiana.
Los castros y huellas prehistóricas Siero también es rico en patrimonio arqueológico. La presencia de castros, como el Castro de El Picu Castiello y Les Muries evidencian la importancia de las culturas prerromanas en el concejo. Además, en los alrededores se han encontrado restos tumulares en lugares como Limanes y Vega de Poja, que confirman la existencia de asentamientos humanos desde la Prehistoria. Estos vestigios ofrecen una ventana fascinante al pasado antiguo de la región, mucho antes de la influencia romana.
Para los amantes de la naturaleza, Siero también cuenta con rutas de senderismo que permiten disfrutar de los paisajes montañosos de Asturias. La Sierra de Fumarea ofrece una excelente oportunidad para realizar caminatas con vistas panorámicas sobre el concejo. Además de su riqueza natural, esta ruta cuenta con varios miradores desde donde se puede apreciar la diversidad paisajística de la región.
Dónde comer: sabores auténticos del campo asturiano
Siero es un lugar donde la gastronomía asturiana brilla con fuerza. Aquí podrás disfrutar de algunos de los platos más tradicionales de la región, como la famosa fabada asturiana, el cachopo o la sidra natural. La cultura sidrera tiene una presencia notable en Siero, con varias sidrerías locales que ofrecen la oportunidad de degustar esta bebida típica en su forma más auténtica, acompañada de platos tradicionales.
Uno de los lugares más recomendados para comer es la Sidrería Mesón Siero, ubicada en Pola de Siero, donde la fabada y el cachopo son los platos estrella. Otro establecimiento de renombre es la Taberna Cuévano, que destaca por su cocina casera y su ambiente acogedor.
Además de estos restaurantes, no debes dejar de probar los productos locales en los mercados de Siero, donde las frutas, verduras y embutidos de la región son los protagonistas. Estos mercados son una muestra más de la fuerte conexión de la zona con su tradición agrícola.
Entorno y naturaleza en los alrededores: verdes paisajes y vistas panorámicas de la región
El entorno natural de Siero es otro de los grandes atractivos de este concejo asturiano. Rodeado de valles y montañas, el paisaje de Siero invita a los amantes de la naturaleza a explorar sus rutas y senderos. Entre las rutas más destacadas se encuentra la que lleva hasta el Monte Naranco, desde donde se puede disfrutar de espectaculares vistas panorámicas de los alrededores, incluyendo las ciudades de Oviedo y Gijón.
Para los que prefieren una actividad más relajada, un paseo por el Parque Fluvial de La Fresneda es una excelente opción. Este espacio natural protegido está formado por un conjunto de humedales y bosques que son el hogar de numerosas especies de aves y mamíferos. Además, el parque cuenta con varias áreas de descanso y merenderos, perfectos para disfrutar de un picnic en plena naturaleza.
Otra excursión interesante es la visita a La Collada, un mirador natural desde el cual se pueden observar algunas de las mejores vistas de los montes asturianos. Este lugar es especialmente recomendable al amanecer o al atardecer, cuando la luz del sol resalta los tonos verdes y dorados del paisaje.