Tazones es, probablemente, uno de los pueblos más importantes para la Historia de España. Puede sorprender esta afirmación, pero es muy real. Corría el año 1517 y, Carlos, el nieto mayor de los Reyes Católicos, nacido en Flandes, había sido llamado a la Corte de sus abuelos para hacerse cargo del trono ante la incapacidad de su madre, Juana ‘la Loca’.
Para evitar los peligros que conllevaba atravesar el continente europeo, sobre todo por la enemistad con el rey francés Francisco I, se decidió que aquel periplo se realizara por mar. Y quiso la casualidad que, tras extraviarse la nave real tras una tempestad, ésta llegara hasta el pequeño puerto de Tazones.
De esta forma, esta modesta localidad (también en aquella época) se convirtió en el primer lugar de España que conoció aquel joven de apenas 17 años, que acabaría convirtiéndose en el emperador Carlos V.
En Tazones, para conmemorar ese efemérides, cada 17 de agosto se celebra la fiesta de San Roquín. Durante la misma se recrea aquel desembarco con personajes vestidos de época que luego desfilan por el resto del pueblo.
Qué ver en Tazones
Está claro que Tazones no puede competir con localidades de la costa asturiana de gran afluencia como puede ser Gijón. Desde luego, no puede hacerlo en tamaño ni en diversidad de reclamos turísticos, pero sí puede hacerlo en encanto y autenticidad. Tazones sigue siendo una localidad marinera que mira al Cantábrico y recuerda aquellos tiempos en los que recalaban en su puerto los barcos balleneros. La captura de los enormes cetáceos supuso durante siglos su principal sustento.
Extinta aquella fuente de economía, Tazones hoy vive en parte de la pesca y en parte del turismo. En este último aspecto, hay que señalar que las parroquias (barrios) de San Roque y San Miguel están declaradas Conjunto Histórico Artístico por el Principado de Asturias. Quienes se animen a venir hasta este bonito pueblo pueden disfrutar de la visita a los siguientes lugares:
- Iglesia parroquial de Tazones. Está situada en el casco urbano de San Miguel. Aunque es de mediados del siglo XX, ha sido construida siguiendo los cánones de la arquitectura rural tradicional del Principado: uso de la piedra, paredes encaladas, contrafuertes de sillería, etc.
- Casas de San Miguel. Las calles de esta parroquia están flanqueadas por típicas viviendas de pescadores. Casi todas son de reducido tamaño pero decoradas con vivos colores, sobre todo, las puertas y contraventanas.
- El puerto. Mantiene su ambiente marinero y, de hecho, aquí sigue estando la cofradía de Pescadores. En el entorno hay también algunos restaurantes que nutren sus cocinas con productos del mar.
- Casa de las Conchas. Nada que ver con el palacio renacentista de Salamanca, aunque la casa de las Conchas de Tazones no resulta menos llamativa. Toda la fachada de esta vivienda moderna está cubierta por completo por conchas reales de todo tipo de moluscos.
El faro de Tazones
Uno de los elementos arquitectónicos más llamativos de Tazones es su faro. Se encuentra en la aldea de Villar, en la llamada Punta del Olivo (o de las Ariceras), a 127 metros sobre el nivel del mar, desde donde se domina el espigón del puerto de la localidad.
Se puede acceder a él, bien a través de un empinado sendero desde la playa, bien en vehículo propio, a unos tres kilómetros. La construcción alcanza los 11 metros de altura y se caracteriza por su llamativa torre octogonal, construida en piedra arenisca.
Levantado en 1864, se alimenta con energía eléctrica desde el año 1928 y es, sin duda, uno de los mejor conservados de cuantos jalonan la costa asturiana.
Linterna aparte, uno de los elementos más llamativos del faro de Tazones es la escalera de caracol que permite el acceso. Está construida en hierro pintado de gris y tiene 37 escalones.
La playa de Tazones
No hay que alejarse de la localidad de Tazones para disfrutar de su playa de arena. De hecho, se encuentra junto al propio puerto. Así pues, se trata de una playa urbana, que tiene una longitud de unos 200 metros.
Se supone que fue en la propia playa donde tuvo lugar el desembarco de Carlos V y su séquito. Hoy no son pocos los bañistas que se animan a refrescarse en sus aguas durante el buen tiempo. Con la marea baja se puede llegar caminando hasta el pedrero de la playa (el desnivel del terreno que la delimita por su parte derecha). En el estrato de este murallón natural se han encontrado numerosas ignitas (huellas de dinosaurios). Pertenecían a dinosauros bípedos tridáptilos (tres dedos). Y en el camino que conduce hasta el faro también se han encontrado ignitas dejadas por dinosaurios cuadrúpedos.
La presencia de las huellas de estos animales demuestra que hace 150 millones de años el mar se encontraba algo más lejos que en la actualidad. Así, el espacio que hoy ocupa Tazones debía ser la fértil desembocadura de un río.
Dónde comer en Tazones
Como buen pueblo de pescadores que es, la mayor parte de los viajeros que llegan a comer a Tazones van en busca de los frutos del mar que se capturan en esta costa. Algunos de los locales más destacados de la localidad son:
- La Nansa (Barrio de San Roque, 20): restaurante sin pretensiones pero con una cocina típica asturiana muy auténtica y sabrosa. Si hay que decantarse por un capítulo de la carta, sin duda, es el de los mariscos.
- El Pescador de Tazones (San Miguel, 6 bajo): junto al puerto de la localidad, es un lugar ideal para disfrutar, por ejemplo, de un buen arroz con bogavante.
- Rompeolas (Barrio de San Roque, 21): como los anteriores, este local resulta muy recomendable por sus platos de pescado, tanto al horno como a la sartén. Los lugareños que lo frecuentan suelen pedir sus fritos de pixín (rape).
- El Portal de Tazones (Barrio de San Roque, 3): cocina asturiana y marinera con un producto de calidad y unos precios realmente interesantes.