Las suaves temperaturas de la capital catalana hacen posible que recorrer sus calles, plazas y miradores resulte agradable incluso durante los meses más fríos del año. Así pues, su oferta de planes (exteriores e interiores) resulta inagotable. ¿No sabes por dónde empezar? Aquí te dejamos algunas propuestas:

Disfruta del Mediterráneo desde el Nou Passeig del Trencaones

Inaugurado en diciembre de 2018, este paseo de 400 metros de longitud aún resulta desconocido para muchos locales, siendo, curiosamente, una prolongación del paseo marítimo que cada día recorren miles de runners, ciclistas y paseantes. Se trata de una plataforma que avanza en paralelo a la costa brindando agradables vistas al mar, por un lado, y al puerto y a la ciudad, por el otro.

En cierto modo, la construcción del Nou Passeig del Trencaones ha permitido recuperar al barrio marinero de La Barceloneta su vínculo con el “Rompeolas”, espacio mítico de la ciudad al que las familias acudían en los años cuarenta para degustar los célebres mejillones y sardinas que se servían en el restaurante Porta Coeli.

 

 

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Nou Passeig del Trencaones

De dulces por Ciutat Vella

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Croissant

Dirígete hasta el número 22 de la calle Princesa, en pleno barrio del Born y a pocos metros de la hermosa basílica de Santa María del Mar, para probar el recientemente galardonado como mejor croissant de España en la pastelería Brunells. Dicho establecimiento, recuperado por tres socios el pasado mes de junio, se ha alzado ganador entre un total de 50 participantes de toda la geografía española. ¿Te lo vas a perder?

Ahora bien, si eres de los que prefiere un chocolate caliente y unos churros, solo tienes que caminar unos minutos hasta el corazón del barrio gótico y adentrarte en el carrer de Petritxol, la primera vía de toda Barcelona en ser declarada peatonal en 1959. Este entrañable callejón que desemboca en la iglesia gótica de Santa María del Pi acoge las granjas La Palleresa y Dulcinea, dos establecimientos imprescindibles para los amantes de los churros.

Mención aparte merece la tienda y cafetería Caelum (carrer de la Palla, 8). Este maravilloso local, situado en lo que fueran unos antiguos baños judíos, ofrece una nutrida selección de dulces conventuales procedentes de todo el país.

Descubre la tienda más mágica de la Navidad

Los fanáticos de la Navidad, que históricamente han recorrido los puestos de la Fira de Santa Llúcia —el mítico mercadillo de la plaza de la Catedral—, desde 2019 tienen otra parada obligada en Käthe Wohlfahrt (carrer dels Banys Nous, 15), una tienda ambientada como si de un pueblo típico de Baviera se tratara donde podrás encontrar más de 6.000 artículos navideños para adornar el árbol o el belén. La firma alemana ha sido sensible a las tradiciones locales, incluyendo, entre su amplio muestrario, ‘caganers’ y otras piezas con pequeños guiños a la Ciudad Condal.

Asómate a la plaza de Sant Felip Neri

Considerada por muchos uno de los rincones más románticos de Barcelona, esta pequeña plaza es uno de los secretos mejor escondidos de la capital catalana. Y es que el urbanismo laberíntico del barrio gótico hace que el ingreso a la misma responda en muchas ocasiones al simple azar.

Su hermosa fuente y el arco de acceso desde el carrer de Montjuïc del Bisbe resultan encantadores. No obstante, es la fachada del templo de Sant Felip Neri el elemento donde se concentran todas las miradas. El motivo es el siguiente: en ella aún pueden verse los restos de metralla causados por una bomba que lanzó la aviación fascista italiana durante la Guerra Civil.

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Sant Felip Neri

Redescubre a Gaudí

La menor densidad de turistas está permitiendo a los barceloneses volver a visitar el Park Güell con una calma que no recordaban y sin las habituales esperas para ingresar al mismo. Yo que tú no desaprovecharía la oportunidad para disfrutar de este espacio y recrearte en la magia creativa del arquitecto reusense. Muchos locales aseguran que nunca habían visto la escalinata del Drac, la plaza de la Natura o la sala Hipóstila con tan poco bullicio.

Y siguiendo la senda de Gaudí, otra alternativa es acercarse a la Casa Vicens (carrer de les Carolines, 18-24) para descubrir una de las obras menos conocidas del arquitecto catalán (fundamentalmente porque no hace ni un año que se abrió al público). Su colorista fachada, revestida con azulejos encontrados por el propio Gaudí en el solar donde se construyó, preludian ya en esta obra temprana la personalidad de un genio irrepetible.

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Mujer en el Park Güell.

Después de visitarla, nada mejor que bajar al centro de la ciudad paseando por las angostas calles de la Vila de Gràcia, barrio que en la época en que Gaudí levantaba la Casa Vicens aún se consideraba un municipio independiente de la ciudad.

Goza de las alturas

Els Tres Turons
Familia en Els Tres Turons

Si te apetece respirar aire puro y practicar un poco de deporte, la ruta de Els Tres Turons (que incluye la subida al Coll de les Tres Creus, el Turó del Carmel y el Turó de la Rovira) te permitirá disfrutar de vistas impresionantes a la Ciudad Condal. No hay que dejarse engañar por su aparente sencillez (no llega a los 7 kilómetros), pues presenta un desnivel acumulado importante. Ahora bien, ofrece unas panorámicas de Barcelona con el mar como telón de fondo que te harán olvidar el cansancio.

Disfruta de los artistas locales

Entre la amplia oferta museística de Barcelona siempre encontrarás opciones para seguir disfrutando del arte. En esta ocasión, te proponemos una aproximación a dos de las figuras trascendentales del arte contemporáneo local:

  • La Fundació Antoni Tàpies (carrer d’Aragó, 255). Este espacio museístico reúne más de 300 obras fundamentales para comprender la singular obra creativa de un artista en el que el sentido espiritual del arte y la exploración de la materia son esenciales.
  • La Fundació Joan Miró (Parc de Montjuïc, s/n). Más alejada del centro de la ciudad, en plena montaña de Monjuïc, la Fundació Joan Miró dispone de una espectacular colección de pinturas, esculturas, grabados y dibujos del barcelonés, contando asimismo con obras de artistas contemporáneos como Alexander Calder, Eduardo Chillida o José Guerrero. Al atractivo de su colección hay que sumarle las agradables vistas de la ciudad que pueden disfrutarse desde las terrazas del original edificio que la cobija, obra imprescindible del arquitecto y urbanista Josep Lluís Sert.

Como ves, la capital catalana ofrece innumerables alternativas para sorprender a foráneos y locales dispuestos a redescubrir sus encantos.