Inevitablemente, muchos asocian de inmediato la basílica de Santa María del Mar a la exitosa novela de Ildefonso Falcones —La catedral del mar (2006)—, una obra que revolucionó el sector editorial en España dando a conocer la increíble historia del templo y, al mismo tiempo, reforzando la creencia equivocada de que la construcción es, en realidad, una catedral. Más allá de Falcones (que en 2016 presentó la segunda parte de la novela, Los herederos de la tierra) la basílica —que no catedral— también ha aparecido en los bestsellers del barcelonés Carlos Ruiz Zafón (La sombra del viento y El juego del ángel) e incluso dispone de su propia serie televisiva.
- La historia de la catedral del Mar de Barcelona
- Así se construyó la catedral de Santa María del Mar
- Descubriendo Santa María del Mar por dentro y por fuera
- Dónde comer cerca de la basílica de Santa María del Mar
- Dónde dormir cerca de la basílica de Santa María del Mar
La historia de la catedral del Mar de Barcelona
El origen de este elegante templo se remonta a la época en que Barcelona era una colonia romana. Según indican las crónicas, a los pocos años de la llegada del cristianismo a la población, una comunidad de fieles se estableció en esta zona próxima al mar y formó una necrópolis en la que fue enterrada la mártir Santa Eulalia, que se convertiría posteriormente en la patrona de la Ciudad Condal. Así pues, este cementerio pudo ser el lugar donde se fundó la capilla de Santa María de las Arenas, una pequeña construcción que se fue ampliando poco a poco, y que, según refleja la documentación, en el siglo VII ya era conocida como la parroquia de Santa María del Mar.
Fue ya en el siglo XIII cuando Vilanova del Mar (o lo que más tarde empezó a llamarse el barrio de la Ribera) protagonizó un importante desarrollo; auge que animó a los vecinos a promover la construcción de una basílica de mayores dimensiones. En cierto modo, los moradores del barrio de la Ribera deseaban contar con una “catedral” que sintieran como propia, pues entendían que la auténtica catedral de Barcelona no era más que un templo destinado a las élites de la ciudad, y no a la feligresía de a pie.
Así se construyó la catedral de Santa María del Mar
Con este claro propósito, los habitantes del barrio se volcaron en la construcción de la catedral de Santa María del Mar, logrando erigirla en tan solo 55 años. En efecto, la primera piedra fue colocada en 1329, como rezan las dos cartelas que flanquean la portada lateral de la calle de Santa María, culminándose con la colación de la última clave de bóveda, que es precisamente la que se encuentra a los pies de la nave principal, con el escudo de la ciudad de Barcelona.
Si bien Berenguer de Montagut y Ramon Despuig fueron los directores de esta monumental obra, los verdaderos protagonistas de su construcción fueron los vecinos de la Ribera y, en particular, los bastaixos, es decir, los encargados de cargar a sus espaldas la piedras que alzarían la basílica. Estas previamente habían sido retiradas de la cantera real, situada en la montaña de Montjuic, y traídas en barca hasta las inmediaciones del templo.
Descubriendo Santa María del Mar por dentro y por fuera
El resultado de esta atractiva historia es una bellísima construcción que sorprende al paseante mientras deambula por las angostas calles del barrio del Born. Apenas hay espacio en la plaza de Santa María para contemplar como desearíamos su fachada principal, en la que destaca un arco ojival rematado en gablete, un colorido rosetón (reconstruido tras el terremoto que en 1428 provocó la muerte de una treintena de feligreses) y sus inconfundibles torres, que se alzan majestuosas hacia el cielo, permitiendo identificarla desde las terrazas más elevadas de la capital catalana.
Sin embargo, es lo que hallamos tras cruzar el dintel de su portada lo que hace de Santa María del Mar una iglesia única en el mundo. Su interior sobrecoge, pues genera en el visitante una sensación casi ascensional. La austeridad de sus muros horadados por vidrieras, la delgadez de sus vanos y la decisión de otorgar a las bóvedas laterales la misma altura que posee la central, hacen que ingresemos en un espacio diáfano que conecta verticalmente al fiel con la divinidad: la tierra con el cielo.
Los vitrales superiores de la basílica
La austeridad de la basílica no es incompatible con las espectaculares vidrieras que iluminan el interior del templo. El sobresaliente rosetón de la fachada, de 1459 y realizado por Pere Joan y Andreo Escuder, muestra la coronación de la Virgen. Y a lo largo de toda la nave, en la parte superior, las vidrieras acompañan al visitante en su caminar desde la entrada hasta el altar mayor.
Una de las vidrieras más buscadas, por la curiosidad, es la que contiene el escudo del FC Barcelona, en homenaje al club por una donación realizada para reconstruir una parte dañada durante la Guerra Civil. Al igual que esta última, hay muchas otras vidrieras renovadas tras la guerra, pero también sobrevivieron algunas antiguas, como la del Juicio Final (1474) o la de Pentecostés (1711). La más reciente es de 1995 y conmemora los Juegos Olímpicos de Barcelona.
El altar mayor y la cripta
El actual altar mayor de la basílica es de 1965 y está presidido por una talla de la Virgen con el niño Jesús del siglo XIV, junto con la reproducción de una coca de Mataró, un tipo de barco de la Edad Media, dada la vinculación de la basílica con el mar. El altar mayor anterior quedó destruido en el incendio de 1936.
Bajo el presbiterio se encuentra la cripta, donde se conservan las reliquias de Sant Cugat.
La capilla del Santísimo Sacramento
Otro elemento de referencia en el interior de la basílica es su capilla del Santísimo Sacramento, de 1790, estilo neoclásico y cuyo autor fue el arquitecto Francesc Vila. Venía siendo una ampliación de la anterior, mucho más pequeña. Destaca su cuadro de la Última Cena y el Lavatorio. Esta capilla está abierta al público.
Sin ningún atisbo de duda podemos afirmar que el esfuerzo de los bastaixos mereció la pena. Los amantes de la arquitectura no deberían abandonar la Ciudad Condal sin pisar esta impresionante basílica.
Dónde comer cerca de la basílica de Santa María del Mar
Para comer cerca de Santa María del Mar, puedes acercarte al cercano barrio de la Barceloneta, a escasos cinco minutos, donde encontrarás numerosos restaurantes para todo tipo de públicos. También puedes comer por el entorno de El Born, una de las zonas de moda de la ciudad.
Dónde dormir cerca de la basílica de Santa María del Mar
Muy cerca de Santa María del Mar se encuentra el Barceló Raval, un sensacional hotel urbano ubicado en el el barrio del Raval barcelonés, en plena Ciutat Vella. De categoría cuatro estrellas superior, este hotel cuenta con 182 habitaciones, cuatro suites y una sensacional terraza con piscina desde donde poder disfrutar de maravillosas vistas de la ciudad.