Uno de los mejores miradores de Barcelona es a la vez un codiciado lugar para los fans de la historia bélica. La cima de la colina del Turó de la Rovira, en el barrio del Carmel de Barcelona, alberga los llamados bunkers del Carmel, los restos de una batería antiaérea de la Guerra Civil que se ha revitalizado en los últimos años como lugar de esparcimiento y ocio para locales y visitantes.
El llamado lado montaña de Barcelona , es decir, todo el frente interior de la ciudad que se encuentra rodeado por la Sierra de Collserola , tiene en el casco urbano varias pequeñas atalayas que sirven de miradores sobre el entramado perpendicular del Eixample barcelonés y el Mediterráneo. El más famoso y conocido es el Parc Güell, obra del genio Gaudí, pero no muy lejos de él se encuentra el Parque del Guinardó con el Turó de la Rovira y los bunkers.
Vamos a aprovechar este artículo para hacer un pequeño viaje al pasado y comprender qué sucedió allí en la Guerra Civil, qué queda de aquella batería militar y cómo llegar hasta el Turó de la Rovira.
Historia de los bunkers
Marzo de 1938, plena Guerra Civil Española. La aviación del bando nacional asedia Barcelona con constantes bombardeos. El ejército republicano decide instalar cuatro cañones antiaéreos Vickers de 105 mm en la colina del Turó de la Rovira, desde donde se obtiene una posición perfecta sobre Barcelona para defender la ciudad de los ataques desde el aire.
Barcelona sufrió más de 200 bombardeos durante los dos primeros años de la Guerra Civil por parte de la aviación italiana que formaba parte del bando nacional. Eran bombardeos de saturación o de alfombra, con gran cantidad de bombas, de los que buscaban desmoralizar a la población. Se estima que los ataques provocaron entre 900 y 1.300 muertos, además de medio centenar de edificios dañados.
Curiosamente, el bombardeo de marzo de 1938 fue ordenado por Benito Mussolini, cuyas fuerzas gozaban de cierta autonomía en las bases aéreas de Mallorca. Se cree que Franco desconocía la orden del Duce, cuya actitud podía responder a celos por la anexión nazi de Austria, o simplemente como advertencia.
Junto a la instalación de los cañones, en el Turó de la Rovira se construyeron algunas instalaciones anexas para dar servicio a la batería, tales como salas de mando o dormitorios. Hoy tan solo quedan las ruinas. Los republicanos inutilizaron las piezas de artillería en su retirada, en enero de 1939, y la batería pasó a un estado de abandono durante décadas.
Aunque popularmente se conocen como los bunkers del Carmel, en el lugar no ha existido ningún búnker propiamente dicho. Lo que allí se instaló fue una batería antiaérea de las muchas que se construyeron durante la contienda española.
Pese al devenir de la Guerra Civil, esta batería antiaérea libró a Barcelona de sufrir muchas más víctimas por los bombardeos.
Qué hacer en los búnkers del Carmel
Lo primero que se te ocurrirá al llegar a los búnkers del Carmel es hacer fotografías sin descanso. Si miras en dirección al mar, descubrirás las chimeneas de la Central Térmica del Besòs, los edificios de Diagonal Mar, la Torre Mapfre y el Hotel Arts, el Parc de la Ciutadella, la Sagrada Familia, la catedral, la Torre Jaume I, el puerto y la montaña de Montjuic. Si miras hacia la montaña, descubrirás la montaña de Collserola, con la Torre de Telecomunicaciones y el Templo del Sagrado Corazón en la cima del Tibidabo, además de los barrios del Carmel, Horta, Villapicina, La Clota o la Font d’en Fargues.
Si te interesa la arquitectura, puedes acercarte hasta las dos casas modernistas que hay junto a los búnkers. En una de ellas, hay una placa que indica que fue construida por Josep Maria Jujol, discípulo de Gaudí.
Los búnkers son un espacio ideal también para dar una caminata con amigos, con la familia o en pareja, ya que también son un escenario “romántico” donde muchas parejas sellan su amor con buenas vistas hacia el centro de Barcelona.
Mirador del Carmel
El mirador de los bunkers del Carmel ofrece una de las mejores vistas de la ciudad de Barcelona. Su posición por encima de la horizontal del Eixample, permite disfrutar de la característica planificación urbana de la Ciudad Condal, con sus famosas calles paralelas y perpendiculares con el mar Mediterráneo detrás.
Este mirador ofrece una vista en 360 grados de Barcelona, a 262 metros de altitud. Se pueden divisar edificios como la Sagrada Familia , la Torre Agbar o las torres del Puerto Olímpico.
En la actualidad, el mirador del Carmel es un lugar muy concurrido tanto por barceloneses como por turistas. Cobra especial interés en el amanecer y al atardecer para poder disfrutar del cielo sobre Barcelona.
Consejos para visitar los búnkers del Carmel
Los búnkers del Carmel se han convertido en todo un reclamo turístico. Se han puesto de moda tanto entre los barceloneses como entre los turistas, así que te recomendamos que realices la visita de lunes a jueves para evitar las aglomeraciones que se producen durante los fines de semana y días festivos. Son muchas las personas, especialmente jóvenes, que llegan hasta aquí pertrechados con bebidas y picoteo para amenizar las espectaculares puestas de sol que se divisan desde aquí.
Si quieres disfrutar de una excelente luz en tu visita a los búnkers del Carmel, te recomendamos dos momentos especiales para subir: el amanecer y el atardecer. Es entonces cuando la luz es más bonita, pero si decides ir en otro momento, no te preocupes. También disfrutarás de excelentes vistas, pero debes recordar que no hay sombra en los búnkers, por lo que si “pega” mucho el sol, deberías llevar una gorra o un sombrero.
Cómo llegar a los bunkers del Carmel
Los bunkers del Carmel se encuentran en un extremo del Parque del Guinardó, a caballo entre los barrios del Carmel y del Guinardó, en una de las zonas altas del interior de Barcelona. Para llegar, se recomienda hacerlo utilizando el transporte público.
- En metro: estaciones de El Carmel (línea 5) o Alfons X (línea 4).
- En autobús: líneas 22 (Plaza Catalunya – El Carmel), 92 (El Carmel – Mühlberg) o 119 (El Carmel – Penitents).
- En coche: los bunkers cuentan con un aparcamiento. Desde la Ronda de Dalt, coger la salida 4 (Horta).
Exposición del MUHBA del Turó de la Rovira
El acceso a los bunkers del Carmel es gratuito y está abierto las 24 horas del día. Junto a ellos se encuentra una exposición organizada por el MUHBA (Museo de Historia de Barcelona), que permite conocer un poco más acerca de esta batería militar. El Turó de la Rovira es uno de los 15 espacios museográficos que pertenecen al MUHBA y que se reparten a lo ancho de la geografía barcelonesa.
A través de varios paneles explicativos situados en el mismo recinto, se profundiza en el contexto histórico vinculado a los cañones del Carmel, la situación de Barcelona en la Guerra Civil y los bombardeos que sufrió la ciudad en aquellos años.
También se aborda el extinto barrio de Los Cañones, un conjunto de chabolas que se construyó allí en la postguerra reutilizando las propias construcciones de la batería, y que fue desmantelado en 1990, en plena efervescencia urbanística previa a los Juegos Olímpicos de 1992. Todavía quedan algunos restos de las barracas, como baldosas.
EL MUHBA organiza diferentes visitas guiadas a los bunkers del Carmel desde las temáticas de la defensa de Barcelona en la Guerra Civil, la situación de la ciudad en el conflicto bélico o la historia del Turó de la Rovira como zona alta de la ciudad.
Dónde comer cerca de los búnkers del Carmel
Hay numerosos restaurantes junto a los búnkers del Carmel, algunos de ellos de reciente creación, surgidos al ponerse de moda este espacio urbano. Te recomendamos Gust (Gran Vía, 633), de cocina mediterránea y francesa; Las delicias del Carmelo (Carretera del Carmelo), de comida tradicional; Terra Mia (Ramiro de Maeztu, 31), de cocina italiana y mediterránea; El Mirador del Carmelo (Pasteur, 1), una propuesta informal con tapas típicas; El Rincón Sevillano (Calderón de la Barca, 129), donde hay que probar el rabo de toro; Delicias (Muhlberg, 1), un bar de tapas; o Bar Xato (Praga, 1), donde se puede comer barato con raciones de calidad.
Dónde dormir cerca de los búnkers del Carmel
Si quieres disfrutar de los búnkers del Carmel y del centro de Barcelona, te hacemos cuatro recomendaciones que, con toda seguridad, no te defraudarán. Se trata de:
Barceló Raval. Este hotel cosmopolita de cuatro estrellas se halla junto a las Ramblas y muy cerca de la plaza de Catalunya. El hotel Barceló Raval cuenta con 182 habitaciones y 4 suites con vistas al barrio del Raval y una terraza 360 grados desde la que se puede contemplar el “skyline” de Barcelona. Los restaurantes y bares del hotel incluyen una variada oferta gastronómica de platos locales e internacionales pensados para satisfacer cualquier tipo de paladar.
Occidental Diagonal 414. Con categoría cuatro estrellas superior, este alojamiento se halla en plena avenida Diagonal, uno de los ejes comerciales más importantes de Barcelona, exactamente frente al icono modernista de La Casa de les Punxes. Este hotel boutique cuenta con 100 acogedoras habitaciones, un gimnasio de 25 metros cuadrados abierto las 24 horas del día, 3 salas multifuncionales y un aparcamiento privado. Además, la oferta gastronómica del Occidental Diagonal 414 es amplia y variada, tanto en su restaurante buffet como en el snack-bar.
Barceló Sants. El Hotel Barceló Sants se presenta ante el viajero con una imagen futurista, ya que simula ser una estación orbital que permite emprender un viaje espacial imaginario. Está ubicado justo encima de la Estación de Sants y cuenta con acceso directo al AVE y al transporte público de Barcelona. Sus 312 Orbital rooms, 52 Stratosphere rooms y 14 Orbital suites ofrecen un ambiente cósmico que persigue la comodidad del cliente.
Occidental Atenea Mar – Adults Only. Este hotel urbano de cuatro estrellas está a 150 metros de la playa Nova Mar Bella y muy bien comunicado con el centro de Barcelona. Tiene 191 habitaciones modernas y con todo lujo de detalles. La sala de fitness es gratuita y en su restaurante se puede saborear la más alta cocina mediterránea. Además, el Occidental Atenea Mar – Adults Only dispone de una terraza con snack-bar y piscina infinity view de 48 metros cuadrados con camas balinesas, hamacas y pufs de alquiler.