La Colonia Güell se encuentra a algo menos de 20 kilómetros desde el centro de Barcelona. Y, desde luego, la excursión merece mucho la pena. Casi todos vienen a esta antigua colonia de viviendas para trabajadores para conocer la Cripta. ¿La razón? En esta iglesia inacabada el genial arquitecto catalán Antoni Gaudí experimentó algunos de los conceptos que luego trasladaría a su gran obra: el templo expiatorio de la Sagrada Familia.
Pero, además, la Colonia Güell es uno de los mejores ejemplos de lo que supuso el estilo modernista aplicado a la Cataluña industrial de finales del siglo XIX y principios del XX. Casi un catálogo de ese estilo, en el que intervinieron algunos de los principales arquitectos y artistas locales de la época.
Qué es la Colonia Güell
El origen de la Colonia Güell es la fábrica textil creada por el empresario Eusebio Güell en su finca Can Soler de la Torre. Una factoría industrial que trajo hasta la localidad de Santa Coloma de Cervelló como una forma de alejarse de la conflictividad laboral y social que sacudía la Barcelona de finales del siglo XIX.
Así pues, el objetivo del empresario fue edificar unas viviendas en las que pudieran alojarse los obreros de su industria junto a sus familias. Pero no a la manera habitual de aquella época, sino ofreciéndoles alojamientos dignos y con notables mejoras sociales. Al tiempo, Eusebio Güell, amante de la cultura y de la arquitectura, quiso convertir su proyecto en una oportunidad para aquellos creadores que estaban despuntando en la Cataluña de aquella época por su originalidad.
Por tanto, el núcleo principal de la Colonia Güell es la fábrica textil, pero junto a ella, destacan las viviendas de los trabajadores y, desde luego, la iglesia-cripta, de la que se encargó Antoni Gaudí.
La cripta de la Colonia Güell
Aunque comúnmente se la conoce como Cripta de Gaudí, lo cierto es que no se trata propiamente de una construcción subterránea. En realidad, es la planta baja de una iglesia que nunca llegó a completarse. La importancia de este espacio es que, según comunicó el propio arquitecto, de haberse terminado el proyecto habría sido una maqueta a escala de la Sagrada Familia. Algo muy importante, teniendo en cuenta que Gaudí no trabajaba con planos, sino con bocetos e ideas que iba modificando en función del desarrollo de la obra.
Así, en la Cripta, comenzada en 1910, pueden contemplarse muchos de los elementos característicos del templo expiatorio. Por ejemplo, las bóvedas catalanas de la nave principal, aupadas sobre columnas de ladrillo y piedra. Un espacio sencillo, incluso austero, enriquecido gracias a la luz y el color que se esparce en la nave a través de las vidrieras.
La cripta, cuyas ventanas dan todas al exterior, parece más una gruta natural. De hecho, la decoración de todo el espacio está plagada de motivos relacionados con la naturaleza. Por ejemplo, las columnas se asemejan a los troncos retorcidos de un bosque.
De hecho, este homenaje a lo natural fue la forma que tuvo Gaudí de integrar el conjunto en el entorno boscoso en que se situaba la Colonia Güell. Como anécdota, la escalinata exterior que debía conducir a la parte superior de la iglesia se retuerce para poder conservar un pino. Al fin y al cabo, como dijo el propio arquitecto, “una escalera se hace en poco tiempo, pero un pino tarda mucho en crecer”.
Otras construcciones de la colonia
Del resto de obras de la Colonia Güell que se conservan destaca la fábrica. Se empezó a edificar en 1890 y estaba dedicada a la producción de terciopelos y lanas. Estuvo en activo hasta 1973. En la actualidad se ha transformado en un centro de negocios, por lo que no está abierta a la visita del público. Aun así, sí pueden contemplarse desde el exterior buena parte los diferentes módulos que conformaban el complejo productivo.
En cuanto al resto de construcciones, estas son algunas de las más destacadas:
- Ca l’Espinal: es la vivienda más llamativa de la colonia, habitada por el encargado de la administración del complejo, el señor Espinal. El responsable de su construcción fue Joan Rubió i Bellver, discípulo de Gaudí.
- Ca l’Ordal: recuerda a las masías catalanas y la construyeron Francesc Berenguer y Joan Rubio como residencia para los agricultores que trabajaban las tierras de esta propiedad.
- Can Soler de la Torre: es la construcción más antigua de la colonia, una masía del siglo XVII. Fue la residencia de la familia Güell. Adosada a la propia vivienda, tiene una capilla con una torre barroca. El encargado de la rehabilitación de la masía fue Francesc Berenguer.
- La Casa del Secretario: construida a principios del siglo XX (se desconoce el arquitecto que firmó el proyecto), fue la residencia del secretario del Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló. Es muy llamativa la entrada a la vivienda, en forma de chaflán.
- La Cooperativa: también obra de Berenguer y Rubió, era el lugar donde los trabajadores de la Colonia Güell adquirían su compra de comida semanal. Llama la atención la utilización de ladrillos como decoración de las barandas de los balcones.
- El Teatro Fontova y el Ateneo: suponían el núcleo social de la Colonia Güell, escenario de los principales acontecimientos. Destacan en el complejo, precisamente, por su sencillez, sin apenas elementos ornamentales en la fachada.
- La Fonda: aquí se alojaban los técnicos y los representantes de las empresas suministradoras y clientes de la fábrica en sus visitas a la Colonia Güell. En su arquitectura destacan las aberturas de arco apuntado rematadas con ladrillo.