Explorar la comida típica de Barcelona es una garantía para poder disfrutar de sabores de mesa deliciosos y muy diversos. Una cocina que hunde sus raíces, fundamentalmente en el Mediterráneo. Por eso triunfan los guisos marineros, entre ellos, las variadas formas de preparar el arroz, el delicioso suquet de peix o la esqueixada de bacallà.
Pero también tienen su espacio las preparaciones de tierra adentro, como la escudella i carn d’olla. A esta se suman las butifarras con mongetes, las cocas, los canelones y, por supuesto, los calçots, con su deliciosa salsa romesco.
- Pa amb tomàquet
- La escalivada
- Los calçots y su salsa
- El suquet de peix
- Más Bombas
- Arroz negro
- Bikini
- Coca catalana
- Escudella i carn d’olla
- Canelones
- Butifarra con mongetes
- Esqueixada de bacallà
- Fricandó
- Crema catalana
- Mel i mató
- Dónde dormir en Barcelona
Para empezar, pa amb tomàquet
Una comida típica en Barcelona comienza siempre con una buena rebanada de pan tostado acompañada de ajo y tomate restregados y regada con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Es el célebre pa amb tomàquet, una auténtica enseña de la gastronomía catalana, tan sencillo como jugoso y que hace las veces de omnipresente aperitivo, funcionando también como acompañante del resto de platos que se sirvan durante la comida.
Por lo general, este pa amb tomàquet se acompaña de un cuenco con allioli (o alioli), emulsión a base de ajo, aceite y sal. Algunas cocineras y cocineros le añaden una yema de huevo. En cualquier caso, es un buen acompañante tanto del propio pan como de ciertos platos de sabor intenso, entre los que destacan los arroces marineros.
El reino de la escalivada
Otra reina de la cocina típica de Barcelona, sobre todo en primavera y verano, cuando apetece tomar platos frescos, es la escalivada. Esta no es más que una ensalada a base de diversas verduras asadas. Fundamentalmente pimiento rojo, berenjena, cebolla y tomate. Estas hortalizas se asan, se cortan en tiras, se limpian de piel y pepitas y se sirven aliñadas con aceite de oliva virgen extra y unas lascas de sal.
La escalivada se puede servir como una ensalada o como acompañante de un plato principal a base de pescado o carne. Pero la forma más deliciosa de tomarla es sobre una tosta de pan payés (el pan típico del campo catalán), dejando que el aceite empape bien la miga. Sin duda, una tapa muy popular.
Los calçots y su salsa
Los calçots son uno de los platos más populares de la cocina típica de Barcelona durante los meses más fríos del año. Aunque conviene decir que se trata de una comida más asociada con el mundo rural que con la ciudad. Será, sobre todo, porque estas cebolletas largas y tiernas requieren de ser quemadas en fuego de leña (envueltas en papel de periódico) para darles su consistencia y, sobre todo, su delicioso sabor entre dulce y ahumado.
Pero un buen calçot no sería nada sin la salsa en que se moja: la romesco. Y no es tan fácil realizarla. Aparte de ser necesarios varios ingredientes, cada uno requiere de propia preparación. Estos son:
- Tomates y ajos asados, mejor si es en horno de leña.
- Pan, que puede o no freírse y que se acaba majando con el ajo.
- Pimientos rojos secos o ñoras.
- Almendras y avellanas tostadas, bien majadas.
- Romero
- Aceite de oliva.
- Vinagre.
- Sal y pimienta.
Todo ello se tritura bien hasta dar a la salsa una consistencia espesa. Los calçots se mojan en esta salsa, enteros, y se comen brazo en alto y con la boca bien abierta, en un ritual tan divertido como delicioso.
El suquet de peix
Como en otras regiones del Mediterráneo, en Cataluña y en particular en Barcelona, los guisos a bases de productos del mar tienen una gran importancia. Fundamentalmente, el suquet de peix, o sopa de pescado. Este es un plato que tiene su origen en la cocina que elaboraban los propios pescadores en sus barcos, utilizando los pescados de morralla. Es decir, los peces que por su tamaño o, por el hecho de ser muy espinosos, no podían venderse en las lonjas. A ese caldo de cocción se añaden patatas y alguna verdura. La combinación de todo ello da como resultado un guiso realmente delicioso.
Ese mismo caldo de pescado es el fumet con que se elaboran los arroces marineros. Éstos gozan de una gran popularidad en los restaurantes del litoral barcelonés, sobre todo en el barrio de La Barceloneta. De hecho, es raro el lugar donde no elaboren paellas, aunque conviene decir que este plato es más propio de la Comunidad Valenciana.
Más Bombas
Es la tapa por excelencia del barrio de la Barceloneta y, por extensión, de la ciudad de Barcelona. Su aspecto es similar al de una croqueta, y está rellena de puré de patata mezclado con carne picada aderezada con alguna salsa. ¿Lo mejor? Comerla cuando está recién frita, una vez que el rebozado a base de huevo y pan rallado está aún crujiente. No se sabe muy bien el origen de este manjar y tampoco cuál es el ingrediente secreto que la hace ser tan diferente.
Arroz negro
El arroz negro es un plato típico de Barcelona, pero también es un plato tradicional de la Costa Brava. A diferencia de la paella valenciana, los “arrossos” (arroz en catalán) se cocinan en cazuelas especiales de hierro fundido que se llaman “cassolas”. Además, lo que hace diferente al arroz negro es la cebolla, el ajo, la sepoa y la tinta natural de calamar. Se cocina con caldo de pescado y a los ingredientes principales se suman langostinos o almejas salteadas.
Bikini
Otro de los platos típicos de Barcelona es el Bikini. Básicamente consiste en un sándwich de jamón york y queso, pero lo que le diferencia es la cantidad de mantequilla con que se unta en cada una de las rebanadas y el punto al que se tuesta. Normalmente el sándwich viene acompañado de patatas fritas o un poco de lechuga.
Más platos de comida típica de Barcelona
Estos son solo algunos apuntes sobre la riquísima comida típica de Barcelona y Cataluña. Lo cierto es que la variedad de platos que pueden disfrutarse aquí es inabarcable para un viaje de unos pocos días. Pero algunas de las preparaciones más populares están aquí:
Coca catalana
es, fundamentalmente, una base de masa de harina, agua, sal y levadura (igual el pan), sobre la que se pueden agregar todo tipo de ingredientes salados y que se cocinan al horno. Las versiones dulces utilizan una masa a base de huevo, harina y azúcar. Es habitual comparar las cocas con las pizzas, aunque presentan notables diferencias en cuanto a texturas y sabores. Una de las más populares es la coca de Sant Joan (dulce) que se consume durante esa noche mágica.
Escudella i carn d’olla
Es el equivalente catalán de los diferentes tipos de cocido que se elaboran en España. Un plato, por tanto, ideal para el invierno, a base de carne de pollo y ternera, garbanzos, col, zanahoria, patatas, apio… Todo ello se cuece durante horas a fuego lento para extraer toda su sustancia y se añade al final la “pelota”, hecha con carne picada, ajo, perejil, huevo y pan rallado. Como el cocido, se sirve primero la sopa (con galets, en Navidad, es deliciosa) y luego el resto de ingredientes por separado: primero las verduras y luego las carnes.
Canelones
Con muchas similitudes a los que se preparan en Italia, es un plato laborioso y muy propio de días festivos. Sobre todo, el 26 de diciembre (festivo en Cataluña), cuando se aprovechan los restos de la comida y cena de los días anteriores para realizar el relleno.
Butifarra con mongetes
Plato sencillo que solo requiere de una buena cocción de las judías blancas (mongetes), que luego se saltean y se acompañan de la butifarra. Lo ideal es que esta se haga a las brasas del fuego de leña.
Esqueixada de bacallà
Es una ensalada de bacalao desalado, desmenuzado y aderezado con aceite de oliva virgen extra, vinagre, aceitunas negras, pimienta, tomate… También admite otras verduras, como pimientos rojos asados, incluso zanahorias.
Fricandó
Es un estofado de carne de ternera, preferentemente fileteada, acompañada de la salsa de su propia cocción, a la que se añaden setas. Muy suculento si éstas son moixernons (perrechicos).
Crema catalana
Es “el postre”, por definición, en toda Cataluña. Una especie de crème brûlée o natilla, cuya superficie se carameliza utilizando una plancha específica a gran temperatura.
Mel i mató
O lo que es lo mismo, miel y queso. Este debe ser fresco, preferiblemente de leche de oveja o cabra. Un plato muy sencillo y muy habitual en las casas de catalanas.