Conocer en profundidad a Joan Miró, uno de los artistas catalanes más importantes del siglo XX, es tan sencillo como visitar la Fundació que lleva su nombre y que muestra gran parte de su obra. Esta Fundación, creada por el propio pintor a partir de su colección privada, pretendía convertirse en el mayor espacio mironiano del mundo. En este lugar, además de exhibir su obra, se debía estudiar el arte contemporáneo y se impulsaría la investigación. Desde 1975, ha cumplido fielmente sus objetivos y es una cita imprescindible para los amantes del arte en cualquier viaje a Barcelona.

Quién era Joan Miró

Además de ser un hijo predilecto de la capital catalana y un artista de renombre internacional, este barcelonés nacido en 1893 fue uno de los máximos representantes del surrealismo. Sus estancias fuera de la ciudad son las que más le marcaron, sobre todo en Mont-roig, París, Mallorca, Nueva York y Japón. Cada uno de esos lugares tan dispares y la convivencia con otras líneas de arte y de pensamiento estimularon y dirigieron su trayectoria pictórica. Poco dado a la rebeldía en sus manifestaciones públicas, Miró aprovechaba el arte para reflejar sus pensamientos. Su particular estilo también ha marcado la obra de innumerables artistas posteriores.

 

 

Nace la Fundación Joan Miró

Una vez que este pintor, escultor, ceramista y grabador decidió que quería crear una fundación, el siguiente paso fue elegir el espacio arquitectónico idóneo. Para esa tarea, Joan Miró confió en Josep Lluís Sert que, además de ser un buen amigo, era arquitecto y urbanista. Este profesional se había formado en Barcelona y en París, donde conoció el racionalismo arquitectónico en el despacho de Le Corbusier. Fue uno de los promotores de la arquitectura de vanguardia en Cataluña. Si te interesa esta tendencia también puedes pasarte a ver otros proyectos suyos, como el edificio de viviendas de la calle Muntaner y el Dispensario Central Antituberculoso.

El edificio que acoge la Fundació Joan Miró está situado en Montjuïc y es una de las construcciones racionalistas más significativas de Barcelona. En el exterior lo que más sorprende son sus formas onduladas y el omnipresente color blanco. El arquitecto concibió el espacio con un patio central, alrededor del cual se distribuirían las salas de exposiciones, lucernarios que aportarían luz indirecta al interior y una azotea. La distribución interior es tan acertada que no es necesario pasar dos veces por la misma sala para continuar la visita. Los diversos niveles del museo también permiten que tengas perspectivas diferentes de las obras según desde donde las observes.

Los expertos en este campo aseguran que esta construcción es de las pocas en las que un artista ha colaborado tan estrechamente con un arquitecto para crear el que será el contenedor de su obra. En esta pinacoteca las estancias y patios se adaptan a las necesidades creativas de una obra pictórica y escultórica específica. El conjunto obtuvo en 1977 el premio Council of Europe Museum Prize y en el año 2002, el Twenty-five Year Award.

Una década después, en los años 1988 y 2000 se acometieron ampliaciones para aumentar el espacio útil y poder ofrecer otros servicios como el de biblioteca y el de auditorio. Esta reforma la dirigió Jaume Freixa, discípulo y amigo de Josep Lluís Sert, siguiendo los dibujos esbozados inicialmente por el arquitecto.

La obra de Miró

La Fundació Joan Miró, considerado el primer museo de arte contemporáneo de la ciudad condal, cumple no solo la función de mostrar las vanguardias sino que ofrece un programa educativo completo. El centro de esos estudios se articula en torno a la obra de Miró y la colaboración con otros museos con los que organiza exposiciones temporales donde se establece un diálogo entre varios artistas. Por otro lado, también merece ser destacada su predisposición a ayudar a aquellos jóvenes con inquietudes por la experimentación artística.

La exposición permanente se divide en nueve espacios que muestran de forma individual parte de su arte. En total, la colección está formada por 217 pinturas, 178 esculturas, 4 cerámicas, 9 textiles, unos 8.000 dibujos y mucha obra gráfica. Más de 14.000 obras, que fueron en su mayoría donadas por el propio artista; por Pilar Juncosa, su esposa; otros familiares; Joan Prats, un amigo de Miró que impulsó la idea de crear la Fundació; y Kazumasa Katsuta. Posteriormente, otros donantes cedieron sus obras para que hoy todos podamos disfrutar del talento y creatividad de Miró.

Con la visita a este museo realizarás una inmersión en la vida del artista, un itinerario que recorre desde su periodo de formación hasta los cuadros de grandes dimensiones realizados en sus últimos años. Si no cuentas con mucho tiempo, en su web oficial encontrarás un apartado con una selección de sus obras destacadas, algunas por su significado, en torno a la guerra civil española, y otras por ser telas llenas de color en los años sesenta.

Una visita a la Fundació

La ubicación en un medio natural como la montaña de Montjuïc y en el entorno de otros museos, convierten esta visita en algo fundamental para los amantes del arte contemporáneo. Desde la Fundació promueven el conocimiento tanto del artista como del edificio que alberga la obra, por lo que organizan periódicamente visitas guiadas que te recomendamos solicitar.

Los centros educativos y los grupos familiares no solo son bienvenidos a la Fundació Joan Miró sino que se crean talleres y espectáculos para que aprovechen aún mejor la visita. El resto de visitantes también disponen de actividades especiales y exposiciones comentadas que acercan la figura de Miró al público actual.

La Fundació dispone de una librería especializada en la obra del artista, en temas arquitectónicos, de diseño y de arte contemporáneo. Además de libros, también venden otro tipo de publicaciones, cartelería, etc. Por último, aunque no menos importante, también dispone de un restaurante con una bonita terraza y jardín. Este es un buen lugar para despedirse de la Fundació Joan Miró mientras se degusta un menú mediterráneo fusionado con sabores de otras culturas.

Más obras de Miró en Barcelona

 Si tras observar de cerca la obra de Miró te quedas con ganas de más estarás de suerte, porque en Barcelona se encuentran repartidas algunas muestras interesantes. Para empezar, tendrás que dirigirte al Parque de Joan Miró donde se ubica la escultura Mujer y pájaro. En Las Ramblas verás un mosaico del artista frente a la placita de la Boquería, y en la terminal 2 del aeropuerto de El Prat, se sitúa un inmenso mural de cerámica que da la bienvenida a los viajeros que acuden a Barcelona.