El Funicular de Montjuïc realiza un trayecto de 759 metros entre las estaciones de Paralelo y Parque de Montjuïc, conectando de esta forma la ciudad con la montaña. Dispone de dos trenes de tres coches cada uno con capacidad para 400 personas que puede alcanzar una velocidad máxima de 10m/s (36km/h) lo que le permite recorrer el trayecto en tan solo dos minutos. En 2002 se integró a la red de metro por lo que ahora enlaza la estación de Paralelo, de las líneas 2 y 3, con la avenida Miramar. Es una forma de hacer más accesible la Montaña de Montjuïc.
El impulso de los Juegos Olímpicos de Barcelona supuso para el funicular un renacimiento tras unos años de semi abandono. Con la mirada puesta en el evento y en el acceso al Anillo Olímpico de Montjuïc, el 11 de marzo de 1991 se cerraba el tradicional funicular de Montjuïc para remodelarlo completamente. 15 meses después la montaña estrenaba uno de los funiculares más modernos del mundo.
Herencia de la Exposición del 29
El funicular es otra de las herencias que la gran Exposición Internacional del 29 dejó a la Ciudad Condal. Hasta aquel momento, llegar desde la ciudad hasta la montaña era complicado y el abogado Elies Rogent impulsó la iniciativa del funicular que fue inaugurado el 24 de octubre de 1928 y presentado como “el funicular más rápido del mundo”. En su origen permitía el acceso a la cumbre mediante dos tramos enlazados por escaleras mecánicas. El primer tramo iba de Paralelo a la Estación de Miramar y el otro de Miramar al castillo. Era extremadamente moderno para la época como destacaba el hecho de disponer de apertura automática en las puertas de los trenes. En los años posteriores siguió funcionando y se creó arriba un restaurante y un parque de atracciones. Pasó por años difíciles y de inactividad, hasta que en 1985 la compañía de Transportes Metropolitanos de Barcelona recuperó el servicio del primer tramo dentro de su oferta de transportes singulares dirigidos al turismo. Su resurgir se completó con los Juegos Olímpicos.
Tras cumplir 25 años de funcionamiento desde los Juegos y superar las 22.500 horas de funcionamiento se han renovado sus trenes, el sistema de mando, la sala de máquinas, la sala de contrapesos y la plataforma de vía. Con lo que reabre completamente actualizado.
El funicular como acceso a los atractivos de Montjuïc
El funicular da acceso al Estadio Olímpico, a la Fundación Joan Miró y al Museo Nacional de Arte de Cataluña. Todos tenemos en la memoria esa flecha que iluminó el pebetero en la Inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona el 25 de julio de 1992, que todavía puedes ver en el Estadio Olímpico Lluís Companys, pero en realidad este se construyó para la Exposición Universal de Barcelona de 1929. Para las Olimpiadas de 1992 se renovó completamente, con lo que sólo se conserva del proyecto original la fachada y las dos esculturas de jinetes realizadas por Pablo Gargallo. La pista se rebajó y la piedra que se extrajo en esos trabajos se utilizó en la Sagrada Familia. El nombre actual de Lluís Companys se le dio en 2001 en homenaje al presidente de la Generalitat asesinado durante la Guerra Civil.
La Fundación Joan Miró merece una visita no sólo por las obras del pintor catalán que tiene en su interior, sino por el propio edificio creado por el arquitecto Josep Lluis Sert en complicidad con el mismo Miró para crear un lenguaje común entre obra y espacio. Se trata de una construcción de vidrio y hormigón blanco de espacios abiertos, grandes terrazas y patios interiores. Discípulo de Le Corbusier, Sert integra el edificio en el paisaje de Montjuïc. Aquí se exponen más de 14.000 piezas de Miró a través de las cuales se puede hacer un recorrido de toda la obra del autor, desde las primeras pinturas hasta las etapas completamente surrealistas o sus collages, además de sus obras sobre la Guerra Civil.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña está en el Palacio Nacional de Montjuïc y cuenta con una de las más completas colecciones de arte Románico del mundo, además de piezas del Gótico, Renacimiento, Barroco y Moderno. Aquí podrás ver el famoso Pantocrátos o Cristo en Majestad, obra cumbre del siglo XII que pertenecía al ábside de Sant Climent de Taüll. El edificio del museo se construyó para la Exposición Universal de 1929 y su gran cúpula está inspirada en la de San Pedro del Vaticano.
Combinación del funicular con el teleférico
La estación de Montjuïc del funicular te permite comunicar con el Teleférico de Montjuïc para subir hasta el castillo. Durante el recorrido por los cielos de Barcelona podrás disfrutar de unas vistas inigualables de la Sagrada Familia o el puerto. Un recorrido de 750 metros en cabinas para 8 personas en el que llegarás a la cima de la montaña a 173 metros de altura. El Castillo de Montjuïc, construido durante la guerra de los Segadores en 1640, ofrece unas vistas de 360 grados sobre Barcelona, el puerto, la costa y el Baix Llobregat.
En el interior del foso del castillo verás una escultura en homenaje a la unidad de longitud del metro. Fue aquí donde el geógrafo francés Pierre-André Méchain definió la nueva unidad de medida en 1792.