Los espectaculares jardines de la Tamarita, situado en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona, son el legado de un espacio burgués que en su día formaron parte de una finca privada de dos hectáreas y que hoy está a disposición de los ciudadanos y visitantes de Barcelona. Está dividido en dos ámbitos diferenciados, uno más clásico y ordenado, que aprovecha el paso del Torrente del Frare Blanc, y otro más salvaje y espontáneo. Todo un oasis en el corazón de la ciudad.

  1. Un industrial del algodón, su anterior propietario
  2. Qué se puede ver en los Jardines de la Tamarita
  3. Especies y naturaleza

Un industrial del algodón, su anterior propietario

Fue a principios del siglo XX cuando el industrial del algodón Alfredo Mata adquirió los terrenos de los Jardines de la Tamarita a la familia aristocrática de origen belga Craywinckel para diseñar en este enclave de la parte alta de Barcelona una gran mansión rodeada de un bonito jardín. El diseño, realizado en 1918, fue obra del arquitecto y paisajista Nicolau Maria Rubió i Tudurí, que llegó a ser director de Parques y Jardines de Barcelona y que decidió proteger y mantener algunas formas y disposiciones vegetales de la finca original.

Los terrenos donde hoy lucen esplendorosos y radiantes los Jardines de la Tamarita, de dos hectáreas de extensión, quedaron prácticamente abandonados tras la Guerra Civil española hasta que pasaron a titularidad pública en 1993. Hoy, completamente restaurados, los jardines son un escenario de gran belleza donde, en verano, también se programan conciertos de música dentro del ciclo “Clásica en los parques”.

Qué se puede ver en los Jardines de la Tamarita

Los elementos decorativos abundan en los Jardines de la Tamarita de Barcelona para que tu experiencia sea más singular si cabe. Hay pequeños estanques con surtidores, figuras de terracota de leones durmientes, grandes copas de piedra, ornamentos de mármol y cerámica convertidos en fuentes, tiestos decorativos, etc.

Nada más traspasar la puerta de los Jardines de la Tamarita, cuyo acceso es gratuito, nos encontraremos con una fuente y un pequeño estanque festoneados por enredaderas, además de un pabellón que en la actualidad acoge una asociación del barrio de Sant Gervasi.

La casa señorial, obra de Melcior Vinyals, alberga la Fundación Blanquerna de la Universidad Ramón Llull y, en la plaza principal del edificio, podemos contemplar cuatro esculturas de Virginio Arias que originalmente representaban los distintos continentes, menos Oceanía. Como dato curioso, hay que decir que la figura emblema de Europa desapareció y en su lugar hay una estatua de un general romano. También podemos ver una fuente con niños esculpidos y en una plazoleta aledaña, otra fuente más con ranas desde las que surgen unos simpáticos surtidores.

Especies y naturaleza

Los Jardines de la Tamarita son uno de los lugares más escondidos de Barcelona y, en cualquier caso, un delicioso y refrescante espacio para descansar del ajetreo y el ruido de la ciudad. También para programar una tarde con niños o idear un plan romántico con tu pareja. Aquí podemos encontrar numerosas especies vegetales autóctonas y otras importadas. Hay laureles, tejos, naranjos amargos, bojes y una jacaranda. A medida que nos acercamos al torrente del Frare Blanc, aparecen los cipreses, los acantos, los bambúes, los grandes tilos argentados y hasta un carvallo centenario de 23 metros de altura. Y también existen otras variedades curiosas, como la araucaria o el roble sedoso oriundo de Australia. Merece la pena destacar también un raro ejemplar de “Wollemia nobilis”, un verdadero fósil viviente que vivió hace 200 millones de años y que se consideraba extinguido.

En la zona más clásica del jardín, también abundan los parterres de origen francés con bojes y rosales. En un lateral, encontramos una especie de plazoleta con una fuente ovalada y otra fuente en cascada hecha de rocalla y revestida de conchas marinas, para acabar en una pradera que conduce hasta la parte más salvaje del espacio ajardinado.