Les Fonts del Llobregat son un espacio natural realmente atractivo, enclavado en pleno Pirineo catalán, a caballo entre las provincias de Lleida, Girona y Barcelona. Un entorno que llega a su máximo esplendor en primavera, en cuanto empieza el deshielo. Es entonces cuando también se concentran la mayor parte de los excursionistas en esta zona. Personas que vienen hasta aquí a admirar las cascadas naturales que forma el río Llobregat justo en el lugar en el que nace.

Lo cierto es que una excursión a Les Fonts del Llobregat no estaría completa sin disfrutar del empedrado del casco urbano de la localidad de Castellar de n’Hug, junto a las que se encuentran. Y, ya de paso, se podría culminar la aventura con una ruta senderista o en bicicleta por uno de los entornos más espectaculares de los Pirineos: la Sierra del Cadí.

Nacimiento del río Llobregat

El río Llobregat nace a unos 1.300 metros de altitud. Antes de aflorar al exterior realiza un largo camino subterráneo, sumando las aguas de lluvia y del deshielo en las cercanas cimas de Puigllançada y Tossa d’Alp.

 

 

El afloramiento del río tiene lugar en forma de cascadas, muy caudalosas en primavera y durante los años de mayor pluviometría: son Les Fonts del Llobregat. Para poder admirar el espectáculo y, al tiempo, preservar al máximo este entorno natural, existe un mirador de madera frente a las cascadas, que regala fotos de auténtico impacto.

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Les Fonts del Llobregat

A este punto se puede llegar en coche, pero lo ideal es realizar el camino que parte desde el propio pueblo de Castellar de n’Hug. En unos 20 minutos de ruta relajada y sin alejarse del curso del río se llega hasta Les Fonts del Llobregat, disfrutando de un entorno de naturaleza pura. Un recorrido de apenas un kilómetro de longitud que resulta ideal para familias con niños.

Más datos sobre el río Llobregat

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Les Fonts del Llobregat

Así pues, aquí nace el río Llobregat, el mismo que desemboca al sur de la ciudad de Barcelona, recorriendo antes decenas de municipios. Muchos de ellos situados en el área metropolitana de la capital catalana, una zona donde la mano del hombre ha modificado el curso del río en diversos lugares y maneras.

En total el río Llobregat recorre unos 175 kilómetros antes de morir en el Mediterráneo, formando un humedal de gran valor. De hecho, esta zona final del río está considerada como Reserva Natural.

El Llobregat ha sido fundamental para la industrialización y crecimiento económico de Cataluña. Junto a su curso surgieron desde mediados del siglo XIX una gran cantidad de industrias. Fundamentalmente textiles, pero también plantas hidroeléctricas, aprovechando las represas y pantanos que se construyeron a lo largo de su recorrido y de las que hay 36.

Buena parte de los recursos hidroeléctricos del Llobregat se sitúan en la propia Sierra del Cadí y muy próximos al nacimiento del río.

La Sierra del Cadí

Por lo tanto, la Sierra del Cadí es el entorno en el que se encuentran Les Fonts del Llobregat. Una de las particularidades más llamativas de este lugar es que se sitúa en el punto de encuentro de las provincias de Barcelona, Lleida y Girona. Y también este es el lugar en el que confluyen tres de las comarcas con más personalidad del llamado Pre-Pirineo: Berguedá, Alt Urgell y Cerdanya.

Un entorno de gran riqueza natural. Como tal, goza de una especial protección bajo el paraguas del Parque Natural Serra del Cadí-Moixeró. Este parque tiene una extensión de unas 41.000 hectáreas y en él se engloban los términos de hasta 18 municipios.

La Sierra del Cadí es uno de los lugares de Cataluña con mayor oferta en materia de turismo rural. Porque también las opciones de senderismo y actividades al aire libre son muy numerosas. De alguna forma, esta es la “capital del senderismo” de la región.

En este sentido, tiene una gran importancia el Pedraforca, una de las montañas más emblemáticas de Cataluña para senderistas y escaladores. Su cima alcanza los 2.500 metros de altura y ofrece rutas de diferentes longitudes y dificultades.

Valores naturales de la Sierra del Cadí

Ya junto a Les Fonts del Llobregat es fácil comprender que los reyes de la Sierra del Cadí son los pinares. Extensos bosques de pino silvestre y pino negro que cubren estas montañas desde el cauce mismo del río hasta, aproximadamente, los 1.500 metros de altitud.

Junto a ellos, las plantas más habituales en la zona son hayas, acebos, robles pubescentes, encinas, sabinas. En las cotas más elevadas de la sierra habitan plantas como el rododendro, la genciana alpina o el azafrán de montaña.

Además, en la zona hay 13 especies catalogadas como amenazadas o en peligro de extinción. Entre ellas la Woodsia pulchella, un pequeño helecho que solo crece en el Pedraforca; o la orchis spitzelli, un tipo de orquídea de la que existen dos poblaciones en la Sierra del Cadí.

En cuanto a la fauna, en el Parque Natural y su entorno se han catalogado 60 especies de mamíferos. Entre ellos, murciélagos, lobos y jabalís (con muy raros avistamientos). Más fácil es contemplar las evoluciones de rebecos, ciervos, corzos, liebres, garduñas, tejones y ginetas.

En cuanto a las aves, en la Sierra del Cadí hay en torno a 130 especies. Algunas de las más significativas son: curruca carrasqueña, pito negro, urogallo, lechuza de Tengmalm, carbonero garrapinos, piquituerto, mirlo capiblanco y verderón serrano.

Muy importante es el capítulo de rapaces, entre las que se encuentran el buitre, el quebrantahuesos (un tipo de buitre que es endémico de la cordillera pirenaica), el águila real y el cernícalo. Muy raro es el avistamiento de treparriscos, pero lo cierto es que la Sierra del Cadí es uno de los mejores lugares para encontrar huella de la presencia de esta esquiva ave.