Barcelona esconde muchos lugares secretos que te encantará descubrir. No suelen aparecer en las guías turísticas, pero tienen un encanto especial. Desde los centenarios Jardines de la Tamarita hasta el artístico Cementerio de Poblenou, prepárate para encontrarte con los escenarios más originales que encierra la ciudad condal. Programa un recorrido fuera de lo trillado y, para ayudarte, aquí te enumeramos 10 lugares secretos de Barcelona para ir en pareja o con tus amigos.
Jardines de la Tamarita
Los jardines de la Tamarita, situados en el Paseo de Sant Gervasi, son un delicioso espacio que nos transporta a la Barcelona de la burguesía, aquélla que edificaba sus casonas en la parte alta de la ciudad y las rodeaba de jardines. Estamos ante una finca de dos hectáreas que perteneció primero a la familia Craywinckel y que a comienzos del siglo XX fue adquirida por el industrial del algodón Alfredo Mata. El diseño es del arquitecto y paisajista Nicolau M. Rubió i Tuduri. En él hay muchas especies exóticas, pero destaca un centenario roble carvallo de 23 metros de altura. Los jardines están jalonados por fuentes, estanques, surtidores, esculturas y pabellones.
Laberinto de Horta, un jardín museo
Templetes con columnas toscanas, fuentes y manantiales, esculturas de la mitología, un pabellón neoclásico dedicado a las musas… El Laberinto de Horta es el jardín más antiguo que se conserva en Barcelona. Comenzó como un jardín neoclásico italiano y acabó convirtiéndose en un jardín romántico. Ocupa los terrenos de una finca del marqués de Llupià, un hombre muy culto y adinerado que encargó el diseño al jardinero italiano Domenico Bagutti y al francés Delvalet. En los años 70, pasó a manos del Ayuntamiento de la ciudad, quien lo abrió al público. Desde su pabellón neoclásico se divisan las tres terrazas del jardín. Una sucesión de encinas da sombra al recorrido y sus paredes de ciprés aportan una dosis mayor de paz a uno de los más bonitos rincones de Barcelona.
Mirador de los Búnkers del Carmel
Ubicado en el Carmel, en la cima del Turó de la Rovira, es uno de los mejores miradores de Barcelona porque ofrece vistas en 360 grados al perfil de la ciudad. Tiene una altura de 262 metros y en este espacio hubo, durante la Guerra Civil, una batería antiaérea. Una curiosidad: a pesar de que este espacio es conocido como Bunkers, nunca hubo aquí ningún búnker, sólo la batería antiaérea mencionada. Es uno de los sitios más originales para visitar de Barcelona.
Refugios antiaéreos
Durante la Guerra Civil se construyeron en Barcelona unos 1.400 refugios antiaéreos que salvaron muchas vidas. En la actualidad, todavía perviven algunos tan emblemáticos como el Refugio 307 del Poble Sec, uno de los más grandes, con capacidad para unas 2.000 personas; el Refugio de la Plaza del Diamante, redescubierto en 1992 y uno de los mejor conservados; el Refugio de la Plaza de la Revolución, del que sólo se puede visitar una parte (una galería y dos salas de enfermería), o el Refugio del Palacio de Les Heures, que protegió al entonces presidente de la Generalitat, Lluís Companys. Hay que recordar que los pasadizos y las estaciones de metro y tren también se convirtieron en refugios improvisados.
El Umbráculo del Parque de la Ciutadella
Muy poca gente sabe que, dentro del parque de la Ciutadella, existe uno de los sitios más curiosos de Barcelona. Se trata de un espacio con plantas tropicales y subtropicales conocido como Umbráculo o Umbracle, un edificio centenario, construido entre 1883 y 1887, que alberga plantas originales y exóticas de una veintena de países de Asia, África, América y Oceanía. Fue diseñado por Josep Fonteré, quien se encargó de recuperar el Parque de la Ciutadella para la ciudad y eliminar su anterior uso como ciudadela militar. Junto al Umbráculo, merece la pena detenerse también en el Museo Martorell de Geología y en el Invernadero.
Castillo de Montjuic
A 173 metros de altura y con la mirada puesta en el puerto, el Castillo de Montjuic tiene una historia que se remonta al siglo XI, si bien la edificación actual es el resultado de una gran reforma efectuada en el siglo XVIII. Dispone de cuatro baluartes y su terraza es uno de los mejores miradores de Barcelona. Ha tenido numerosos usos. Hasta 1960 fue prisión militar, y fue entonces cuando se cedió a la ciudad. Desde 2007 es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y dentro de sus muros alberga el Museo Militar. En su foso, ahora ajardinado, se celebran diferentes actividades de tipo cultural.
Iglesia de Santa María Reina, en Pedralbes
Situada en el barrio de Pedralbes, exactamente en la avenida de Esplugues, la iglesia de Santa María Reina es uno de esos lugares con encanto de Barcelona. Fue concebida como residencia para los monjes de Montserrat a comienzos del siglo XX, aunque después los monjes no la utilizaron. Es conocida como “la Florencia de Pedralbes” porque en su edificación coinciden algunos de los grandes iconos de la arquitectura clásica florentina. Dicen que la cúpula imita el baptisterio de San Juan, que la nave de la iglesia es una copia de la capilla de los Pazzi y que el campanario recuerda al de Santa Maria del Fiore. Rodeada de un bonito jardín, la iglesia de Barcelona tiene una estructura simétrica con dos claustros y un campanario.
La Biblioteca Arús
Fundada en 1895 por voluntad del intelectual masón Rossend Arús i Arderiu en su propia vivienda, la Biblioteca Arús es un centro de referencia para la investigación de los movimiento sociales de los siglos XIX y XX. Situada en el Paseo de San Juan, en sus inicios tenía unos fondos de 24.000 volúmenes. Hoy, gracias a posteriores donaciones y adquisiciones, supera los 75.000 libros. El centro es de acceso público, por lo que el visitante puede admirar su magnífica escalera de honor, con la reproducción de la Estatua de la Libertad de Nueva York; la sala de lectura original, una sala de exposiciones y una sala de música, con un piano de tecla y un armónium, donde los usuarios pueden interpretar sus partituras. Es uno de esos mágicos rincones para hacer fotos en Barcelona
Cementerio de Poblenou
Si quieres pasear entre obras de arte en uno de los sitios más curiosos de Barcelona, tienes que dirigir tus pasos hasta el Cementerio de Poblenou, porque está jalonado de rincones de gran interés artístico e histórico y de esculturas de gran belleza, como el “Petó de la mort” (Beso de la muerte) de Jaume Barba, de 1930, un esqueleto con alas que besa a un joven en la mejilla. Con dos siglos de historia, este singular cementerio se inauguró en 1819 y representa un verdadero viaje por la Barcelona del siglo XIX. Podrás descubrir panteones monumentales y figuras de mármol de los mejores escultores y arquitectos de la época. A la entrada, te facilitan un mapa en el que está trazado un itinerario con los lugares que no te puedes perder.
Cementerio de los Libros
Con esta denominación se conocía la histórica librería Canuda, fundada el 14 de abril de 1931, que almacenaba más de 400.000 libros entre los que había obras raras y curiosas de todas las materias. En su vestíbulo, un cartel rezaba: “Cementerio de los libros” y hay quien dice que en el viejo local se inspiró el escritor Carlos Ruiz Zafón para su novela de éxito “La sombra del viento”. Aquel establecimiento cerró sus puertas en 2013 por razones económicas y se trasladó a un local más modesto cerca de la plaza Joanic, por lo que aquel “cementerio” irreal se desvanece en la memoria del lector. Los nostálgicos sólo pueden visitar el nuevo local de la Librería Canuda en la calle Pare Laínez.