Como La Boquería no hay otro mercado en Barcelona. Y eso que en la capital catalana hay muchos y muy buenos lugares donde proveerse de productos frescos. Pero con esa curiosa mezcla entre lo local y lo cosmopolita, imposible. Porque este auténtico templo de la gastronomía conjuga en sus casi 2.600 metros cuadrados de superficie y en los más de 300 puestos los mejores ingredientes y sabores llegados de los lugares más insospechados del planeta. 

Tan singular es esta combinación que entre los compradores se mezcla tanto la población local, que viene a hacer la compra de diario, como grupos de turistas nacionales e internacionales y algunos de los grandes chefs de la ciudad. Estos últimos lo visitan tanto para proveerse de los mejores productos para sus cocinas, como para inspirarse en nuevas preparaciones e ingredientes 

Pero al mercado de La Boquería no se viene solo a comprar productos de calidad. También existe la posibilidad de degustarlos en algunos de sus diez bares gourmet, cuyas barras y taburetes suelen estar entre los lugares más concurridos y deseados de toda Barcelona 

  1. Los orígenes de La Boquería
  2. Comer en La Boquería
  3. Cómo se distribuyen los puestos
  4. Más mercados que visitar en Barcelona
  5. Dónde alohnarse en Barcelona

Los orígenes de La Boquería 

El mercado de la Boquería y La Rambla son términos absolutamente simbióticos. Uno no podría entenderse sin las otras, y viceversa. Porque el espacio que ocupan se ha venido utilizando en Barcelona como punto de intercambio comercial desde antes del siglo XIII. De hecho, los mercaderes y productores locales ya instalaban sus puestos mucho antes de ese siglo en lo que era conocido como el Llano de la Boquería. 

Ese mercado ambulante cambió de ubicación a lo largo de las centurias, hasta llegar a ocupar el solar dejado por el convento de San José, arrasado por un incendio en 1835.  

A principios del siglo XX se dio condición y estructura de estables a los puestos entoldados que había hasta entonces. Así, en 1913 se instaló el característico arco de estilo Modernista, obra de Antoni de Falguera, que es el símbolo del mercado; y en 1914 se colocó la cubierta metálica 

Mercado de la Boquería
Mercado de la Boquería

Posteriormente, en 1985, La Boquería se desplazó unos metros para dejar un espacio libre en la zona de la entrada. Y, entre 1998 y 2001 se remodeló el espacio para la venta, de acuerdo con el proyecto de los arquitectos Lluís Clotet Ignacio Paricio. 

Desde entonces, el mercado se ha convertido en punto de peregrinación para numerosos foráneos, que disfrutan en sus puestos de productos de una calidad indiscutible. Pero también llegan aquí para disfrutar del distendido ambiente y las conversaciones que brindan los dependientesY no olvidemos la indudable creatividad que se disfruta sentados en los taburetes de sus bares. 

Comer en La Boquería 

 Porque hoy comer en la Boquería, a diferencia de lo que ocurría en la mayor parte de los mercados populares, tiene muy poco de improvisado y sí mucho de un auténtico ritual culinario. Muchas veces con cocina vista y showcooking 

Para disfrutar de esa liturgia, algunos de los bares más destacados son 

  • Pinotxo: el bar de Juanito, uno de los personajes más populares del mercado, se nutre a diario de los mejores productos que hay en estos puestos, para ofrecer una cocina de tapas tradicionales. Muy recomendables su cap i pota (callos), los caracoles (en temporada) y la tortilla de patatas. 
  • El Quim de la BoqueríaQuim y Yuri Márquez están al frente de la cocina de este local, que lleva deleitando paladares desde 1987. Sus tapas de autor tocan todos los palos, desde las anchoas del Cantábrico al rabo de toro. Legendarios son sus huevos con chipirones o el tocino al estilo oriental. 
  • Casa Guinart: ideal si uno quiere disfrutar de alta cocina (en forma de tapa, eso sí) a unos precios relativamente razonables. Entre las especialidades, los salteados de setas de temporada, los canelones de ternera trufados o la cigala flambeada 
  • Kiosko Universal: es el lugar ideal para degustar los ricos arroces catalanes y tapas a base de pescados y mariscos. Su plancha es mítica en la ciudad, sobre todo por el toque que le da a las navajas, las gambas y las coquinas.  
  • Bar Central: su especialidad, cómo no, es la cocina de mercado y temporada. No obstante, también ofrece platos atemporales, como su delicioso bacalao gratinado. 

Cómo se distribuyen los puestos 

 El núcleo central del mercado de La Boquería lo ocupan los puestos de pescados frescos y mariscos, distribuidos en forma de elipse. Aquí se pueden encontrar algunas de las mejores especies mediterráneas, desde la célebre gamba roja de Palamós o las cigalas, hasta espardeñas (cohombros o pepinos de mar), rodaballos, pulpos e, incluso, merluzas.  

El capítulo de frutas y verduras también es importante en este gran centro comercial. Por eso, ocupa la mayor parte de los puestos situados justo a la entrada del mercado desde La Rambla. Aquí se pueden encontrar desde los típicos productos vegetales (verduras, frutas, legumbres y hortalizas), base de la cocina típica de Barcelona, hasta frutas exóticas llegadas de lejanos países: rambutanes, papayas, guayabas, mangos, lichis, tamarindos, frutos del dragón, naranjillas… 

Junto a ellos, aunque en menor cantidad, están los habituales puestos de carnes (como Soler Calella) y embutidos. Además, tienen una gran importancia los dedicados a productos gourmet o a delicias como las setas. En este sentido, no hay que perderse una visita a Bolets Petràs, cuyos propietariosLlorenç, y su hijo, Xavi, han ayudado a numerosos grandes chefs a comprender y experimentar con las posibilidades que brinda la cocina micológica 

Y también merece la pena perderse en el universo de encurtidos que se muestran en el puesto Olives Francesc. Por ejemplo, sus mezclas especiales realizadas con vinagre de cava. 

Más mercados que visitar en Barcelona

En Barcelona cada barrio tiene su propio mercado municipal en el que adquirir productos frescos, conservas y, en general, todo lo relacionado con la alimentación. Varios de ellos han actualizado su oferta con puestos (o paradas) en los que degustar todo tipo de bebidas y cocinas del mundo. Estos son algunos de ellos:

  • Santa Caterina: muy próximo a la Catedral, este mercado es muy conocido por su colorista y sinuosa cubierta de mosaicos, fruto del remozamiento que experimentó en el año 2005 y que acometió el equipo de arquitectos EMBT. En el interior sus más de 60 puestos venden todo tipo de productos de alimentación, con gran protagonismo de los pescados y mariscos.
  • Sant Antoni: en la zona izquierda del Eixample, el de Sant Antoni es un mercado popular que suma a sus puestos internos otro buen puñado en la galería que lo rodea. Así, mientras que los interiores se dedican a los productos frescos, en los exteriores se venden todo tipo de artículos, desde accesorios de cocina a ropa y complementos y, los domingos, libros de segunda mano, sellos y monedas. Se construyó en 1882.
  • El Ninot: pese a su proximidad a la Plaza de Cataluña, este mercado es casi un desconocido para los no barceloneses. En él llama la atención la calidad y abundancia de productos frescos, muchos de los cuales se pueden probar en los bares de tapas que comparten espacio con los puestos tradicionales.
  • La Concepción: está en el barrio del Eixample y es el mercado de las flores por definición de Barcelona, abierto a diario tanto por el día como por la noche. También hay una parte del espacio que ocupan puestos de alimentación y otros productos. Se inauguró en 1888.
  • Els Encants: junto a la Diagonal y la Plaza de las Glorias Catalanas, el mercadillo de Els Encants es un lugar ideal para adquirir productos de segunda mano, desde ropa a bicicletas, libros, muebles y todo lo que se pueda imaginar. Se instala los lunes, miércoles, viernes y sábados en horario de mañana y tarde.