El Parque Natural de El Montseny está a poco más de una hora en coche de Barcelona. Por tanto, se trata de una de las escapadas preferidas de los barceloneses (y de cuantos visitan la ciudad) que vienen aquí para disfrutar de un espacio natural de gran belleza y de un gran valor desde el punto de vista biológico. De hecho, son tres los ecosistemas de este parque, en función de la orografía y, sobre todo, de la influencia climática.
Tan valioso es este espacio natural, que la UNESCO decidió reconocerlo como Reserva de la Biosfera en 1978.
Lo ideal para disfrutar tanto del macizo como del parque natural es seguir alguno de los muchos senderos marcados y que recorren sus parajes más destacados. Desde las cumbres del Turó de l’Home, Matagalls o Les Agudes, a los torrentes y ríos que surcan este espacio natural, pasando por bosques como el de Santa Fe del Montseny.
Cómo es el Parque Natural de El Montseny
La superficie del Parque Natural de El Montseny coincide en buena medida con la del propio macizo. En total, más de 31.000 hectáreas que engloban tres cadenas montañosas unidas por los collados de Sant Marçal y Coll Formic:
- El Turó de l’Home y Les Agudes: el primero de estos picos alcanza los 1.706 metros de altura, mientras que el segundo tiene 1.703 metros.
- El Matagalls: con 1.697 metros, es una de las estampas más representativas del parque.
- Pla de la Calma (Puig Drau): llega a los 1.344 metros de altura.
Estas montañas enmarcan el curso por el que discurren las aguas del río Tordera, que vierte sus aguas en el Mediterráneo, junto a Blanes y Malgrat de Mar. La cuenca de éste, la de la Riera d’Arbúcies y la de El Congost son tres de las más importantes de cuantas riegan los valles del parque.

De estos cursos de agua no solo se nutren los bosques y las muchas especies animales que habitan este espacio protegido. También las diferentes poblaciones que se encuentran en la zona. Una actividad humana que, desde hace siglos, ha convivido con la naturaleza de una forma más o menos armónica. De hecho, se considera que esta zona es todo un modelo de desarrollo, adherido a la Carta Europea de Turismo Sostenible desde el año 2011.
En total, en el entorno del parque natural existen 29 localidades, incluida la que le da nombre: el pueblo de Montseny. Y también hay importantes vestigios del pasado, desde yacimientos arqueológicos a algunas ermitas aisladas más allá de las poblaciones.
Continuando con el capítulo de naturaleza, en El Montseny se pueden encontrar los tres biomas (o paisajes bioclimáticos) que conforman el continente europeo: mediterráneo, eurosiberiano y boreoalpino. Todo ello en un espacio relativamente reducido, lo que añade valor a este espacio protegido tan singular.

Rutas senderismo por El Montseny
Por el Parque Natural de El Montseny discurren más de 30 rutas senderistas señalizadas. En los centros de información de la zona, Can Casades (en el Valle de Santa Fe) y Fogars de Montclús, orientan a los visitantes sobre las rutas más indicadas en función de sus preferencias.
Estas son algunas de las más populares y atractivas:
- Cumbres del parque: parte del pantano de Santa Fe y llega a las cimas del Turó de l’Home y Les Agudes. Con unos 14 kilómetros de caminata y de una dificultad moderada, permite disfrutar, desde las cumbres, de un soberbio panorama: desde los Pirineos hasta la Costa Brava.
- Desde Sant Bernat a la Roca escanyada: una ruta fácil, de apenas un par de horas de duración, apta para todo tipo de caminantes. Permite llegar al castañar del Drac (el dragón), que recibe este nombre por un castaño que tiene la forma de ese animal legendario.

- Las cinco cimas: con una cierta dificultad, recorre las principales cumbres y collados del parque. Parte desde el pueblo de Montseny y asciende al Turó de l’Home, Les Agudes, Matagalls, Sui y Turó de Samont. Todo un día de caminata solo para los más preparados físicamente.
- El avión abandonado de Montseny: se trata de una ruta de tres horas que llega hasta el bosque en el que cayó una avioneta en el año 2000, tripulada solo por el piloto. El aparato sigue ahí y se ha convertido en uno de los principales reclamos del parque. La ruta comienza en el aparcamiento de Santa Fe y bordea el pantano.
- Los saltos y pozas de la Riera de Gualba: un recorrido ideal para los meses más cálidos del año, ante la posibilidad del baño. Pozas, cascadas y rápidos flanquean la ruta, además del árbol Suro Gros. En total, más de 19 kilómetros de una intensidad moderada.

Valores naturales del parque
Los tres ecosistemas del Parque Natural de El Montseny explican en buena parte su diversidad biológica. Más de 600 especies, fundamentalmente de tipo vegetal, habitan desde los cursos de agua hasta las cumbres y cielos del parque. Entre las plantas más habituales y representativas están: encinas, alcornoques, pinos, hayas, olmos, sauces, alisos, fresnos, madroños, abetos, robles, castaños, brezos y enebros, entre otras.
En el capítulo de la fauna destaca la presencia de una especie endémica, el tritón del Montseny. Fue descubierta su presencia en el parque en el año 2005 y se considera en serio riesgo de extinción. Le acompañan otras muchas valiosas especies. Entre ellas: jabalíes, zorros, jinetas, liebres, lirones comunes, azores, rendajos, petirrojos, lagartos verdes, víboras, serpientes de esculapio y ranas rojas.

En los centros de información del parque y las oficinas de turismo locales informan a los visitantes sobre la posibilidad de avistamiento de muchas de estas especies. También de las normas que deben seguir los visitantes para respetar y preservar al máximo la riqueza biológica y geológica de esta Reserva de la Biosfera.
Pueblos para visitar en la zona
El pueblo que da nombre a esta zona, Montseny es, sin duda uno de los más atractivos y conserva buenos ejemplos arquitectónicos de su pasado. Es el caso de las ermitas medievales de Sant Marçal, la de Sant Juiliá y la de Sant Martí, las tres de estilo románico. Aquí también se puede visitar la estela megalítica de la Sitja del Llop.
Por su parte, el encantador pueblo de Sant Esteve de Palautordera destaca por la iglesia que le da nombre, con las impresionantes tallas de sus puertas de madera. En esta misma localidad las casas de piedra decoradas con hierro forjado aportan una agradable uniformidad urbanística.
Algo parecido ocurre en Viladrau, pero en esta ocasión es porque las fachadas de sus viviendas están pintadas en colores diversos. La principal referencia monumental es la iglesia de Sant Martí, con su peculiar campanario.
También muy llamativo desde el punto de vista urbanístico es el pueblo de Arbúcies, con una gran cantidad de casas que preservan la arquitectura popular de la zona. También por su integración en una naturaleza que aquí se antoja especialmente seductora. Todo el conjunto está presidido por la iglesia de Santa María, que ocupa parte de la plaza principal.
En cuanto al pueblo de La Garriga se diferencia de la mayor parte de los de la zona por tener un casco histórico de estilo modernista. Es el resultado más evidente del hecho de que desde mediados del siglo XIX se puso de moda como lugar de descanso para la burguesía catalana, que venía aquí a disfrutar de sus aguas termales.

Otras actividades en la zona
Como hemos visto, son miles de personas las que acuden al Montseny cada año para recorrer alguna de sus muchas rutas senderistas y disfrutar de la naturaleza. Pero también se pueden experimentar aquí otras muchas actividades.
Por ejemplo, conocer los principales valores naturales del espacio protegido y su entorno con las visitas guiadas que organizan tanto empresas privadas como instituciones públicas. También establecidas varias rutas culturales, guiadas o no, para descubrir los principales valores etnográficos y culturales de la zona.
Los amantes de las aventuras al aire libre pueden vivir experiencias como el tiro con arco, sesiones de paintball en alguno de los bosques de la zona o rutas en bicicleta de montaña BTT.
En otoño son muchas las personas que recorren los bosques de la zona para recolectar castañas que, por otro lado, son uno de los principales productos gastronómicos del Montseny
En ese mismo sentido, muchos de los pueblos de la zona organizan mercados semanales. Es una buen oportunidad para adquirir productos de temporada y también artesanías. Entre ellos, están los de Sant Celoni (miércoles), Viladrau (jueves), La Garriga (sábado), Breda, Arbúcies y Centelles (domingo).
