El monumento a Colón en Barcelona pone el broche final al eje sur de Las Ramblas, el conocido bulevar de la capital catalana que se extiende entre esta zona del antiguo puerto y la Plaza de Catalunya. La ubicación exacta de la escultura del navegante es la plaza del Portal de la Paz, que es el punto de encuentro de Las Ramblas y el Paseo de Colón. Ese lugar tiene su razón de ser ya que se incorporó dentro de un plan de mejora de la fachada litoral de la ciudad con motivo de la Exposición Universal de Barcelona 1888.

Dado que la escultura del navegante se eleva a casi 60 metros, sobre una columna con una base escultórica, resulta visible desde la lejanía. Uno de sus brazos apunta con el dedo índice de su mano derecha al Mar Mediterráneo. En relación a esta postura y a su ubicación se ha escrito mucho. Os contaremos su simbolismo y os desvelaremos el secreto que alberga en su interior.

Un deseado homenaje

No fue una idea improvisada la de erigir un monumento en honor al descubridor de América. De este proyecto ya se hablaba a mediados del siglo XIX, incluso se pensó aprovechar la columna de la plaza del Duque de Medinaceli pero, finalmente, el agraciado con este honor fue el almirante Galceran Marquet. El plan se retomó más adelante en 1873 pero no cuajó, así que hubo que esperar a 1881 hasta que Antoni Fages i Ferrer, un apasionado del descubrimiento de América y promotor cultural, retomase el planteamiento. Tras las aprobaciones necesarias por parte de las entidades públicas y la búsqueda de financiación comenzó la ejecución, que tardó siete años en terminarse. Existen interesantes documentos gráficos donde se representa el proceso con andamios de la misma altura que el conjunto.

 

 

Finalmente, fue inaugurado el 1 de junio de 1888 y al evento acudió la reina regente, María Cristina de Habsburgo, e invitados de honor como Humberto I, rey de Italia, y, entre otros, Grover Cleveland, expresidente de Estados Unidos.

Cómo es el monumento a Colón de Barcelona

El arquitecto responsable del proyecto del conjunto de Cristóbal Colón fue Cayetano Buigas, con el que colaboraron diversos artistas en la ornamentación escultórica. Entre ellos se pueden citar a Rafael Atché, Pere Carbonell, Manuel Fuxá o Antoni Vilanova. Buigas decidió dividir el monumento en tres partes bien diferenciadas. La primera es una base circular, con 4 tramos de escaleras, de 6 metros de ancho. En la misma se pueden apreciar ocho esculturas que representan leones y el mismo número de bajorrelieves, donde figuran escudos de provincias españolas y escenas de la historia del navegante. Colón aparece en todas ellas con el pelo largo y lleva calzas y un abrigo de piel, como en la figura que corona el monumento.

En la segunda parte se puede ver un polígono de ocho lados, de los cuales la mitad de ellos se disponen en forma de cruz como contrafuertes. Sobre los mismos se han situado una serie de esculturas alegóricas de Cataluña, Aragón, y Castilla y León, además de otras figuras que recuerdan personajes que colaboraron con Colón en sus viajes. Entre ellos se distinguen los catalanes Pere de Margarit, Jaume Ferrer de Blanes, el aragonés Bernat Boïl, y el valenciano Luis de Santangel.

manumento colon barcelona
Paisaje urbano de Barcelona desde la montaña de Montjuïc

La tercera parte está constituida por una esbelta columna de hierro de orden corintio, en cuya base se han ubicado varios conjuntos de carabelas con dos grifos (figura mitológica) que sujetan el escudo de Barcelona. No pasan desapercibidas las ‘Famas’ aladas, figuras femeninas simbólicas muy usadas en el siglo XIX, que ofrecen coronas de inmortalidad a Colón. En el fuste de la columna se ha colocado un relieve que hace referencia a la Marina con la inscripción “Barcelona a Colón”. Un poco más arriba, en el capitel, se halla una representación de América, Asia, Europa y África y media esfera del mundo con la parte descubierta visible. Por último, se alza la figura de Colón.

Cristóbal Colón corona el conjunto

La estatua del navegante, que corona el conjunto, mide unos 7 metros de altura y fue realizada en bronce por el escultor Rafael Atché. Como ya hemos comentado, tiene el brazo derecho en alto con la mano cerrada a excepción del dedo índice que apunta en dirección al mar. Se ha elucubrado mucho sobre lo que podría querer decir con este gesto. Hay quien opina que señala a América, a pesar de que este continente está en el lado opuesto. El escultor la pudo haber situado señalando al mar de una forma simbólica ya que el público no habría entendido que el nuevo continente estaba en dirección a Las Ramblas. Otros, por su parte, creen que no deseaba señalar a América sino al mar que le condujo hasta allí. Por último, la más curiosa, indica que se ha colocado así porque el navegante apunta hacia Génova, donde se cree que nació. Pero si nos ponemos a afinar, esta ciudad italiana no se encontraría exactamente en esa dirección. Realmente, está apuntando a Mallorca.

En el proyecto original de Buigas, la estatua no levantaba el brazo sino que apoyaba la mano en el pecho, mientras con la mano izquierda sostenía un estandarte. En la figura actual, sujeta con la mano izquierda una carta de navegación.

Ascender al cielo

Un año después de su inauguración se instaló un ascensor dentro de la columna. Como anécdota se puede contar que el día de la apertura sufrió una avería y se quedó encerrado el alcalde de Barcelona, que en aquel momento era Rius y Taulet. Su mecanismo inicial, que era hidráulico, fue sustituido en la posguerra y en 1984 se cambió por otro con una maquinaria más actual. En este momento es uno de los pocos monumentos que emplean energía geotérmica para climatizar su interior.

Subir en el ascensor hasta los 51 metros que separan el suelo de los pies de Cristóbal Colón regala una bonita sorpresa: unas increíbles vistas de la ciudad. Intenta reconocer la ubicación del Barrio Gótico, la Catedral, Santa María del Mar, el Puerto Olímpico y la Rambla. Un poco más allá, también se divisa la montaña de Montjuïc y los numerosos espacios verdes de la Ciudad Condal.