No todo el mundo conoce que en pleno centro de la ciudad de Barcelona, justo detrás de la catedral, hay una puerta al pasado que desciende por unas escaleras hasta el subsuelo donde se conservan los restos de la Barcino romana y de la época visigoda. En más de 2.000 metros cuadrados te puedes encontrar hasta las ruinas de una bodega o cómo los barceloneses romanos hacían el garum, una de las salsas más populares de entonces y que ahora se ha recuperado.

    1. Historia
    2. La plaza de Rei
    3. Exposiciones

Historia

El Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) cuenta con varias sedes que se han ido uniendo y habilitando para contar la historia de la ciudad en los distintos entornos urbanos en los que se ha ido produciendo. El conjunto principal es el de la Plaza del Rei, que se creó en 1943 después de que en 1931, en el traslado de la Casa Padellàs piedra a piedra, durante su cimentación en su nueva localización, se descubrieran los restos de la antigua Barcino, la ciudad fundada por los romanos a pocos metros del mar. 

Las ambiciosas obras excavaron bajo tierra hasta 4.000 metros cuadrados con restos del siglo I a.C., pero también de la Barcina visigótica del VII d.C. o de la ciudad medieval del XIII. 

Las otras sedes del Museo son el templo de Augusto, con sus imponentes columnas; el subsuelo del Mercado de Santa Caterina, con exposición de restos prehistóricos; el Centro de interpretación del Call, para conocer cómo vivía la comunidad judía; una masía del siglo XIX que era la casa del gran poeta Jacint Verdeguer y un refugio de la Guerra Civil donde los barceloneses se refugiaban de los ataques aéreos.

La plaza de Rei

Es la parte más importante del Museo de Historia de Barcelona y el lugar donde se puede recorrer las calles de la ciudad romana bajo tierra. Durante la visita, podemos acercarnos a la muralla de la ciudad y ver cómo vivían las primeras comunidades cristianas en esa Barcino cuyos restos del palacio episcopal llegan hasta la mismísima catedral.

Entre las curiosidades que se pueden visitar en subterráneo está una de las bodegas más antiguas de la zona, una tintorería del siglo II d.C y una fábrica de garum, la famosa salsa hecha con la fermentación de las vísceras del pescado que vuelve a estar muy de moda.

Pero si el corazón guarda los secretos de la sociedad barcelonesa desde hace 2.000 años, el exterior de la plaza reúne uno de los rincones góticos más importantes de España, presidido por el Palacio Real Mayor. De hecho, la plaza fue parte de este conjunto y en ella se celebraron mercados, torneos y justas.

Además, está rodeada de la torre mirador del Rei Martí y la capilla real de Santa Águeda que se levanta sobre la muralla romana. Justo enfrente se puede ver el Palacio del Lloctinent, actual sede del Archivo de la Corona de Aragón, por lo que se trata de un punto histórico único.

Exposiciones

El Museo de Historia de Barcelona cuenta con exposiciones permanentes, como las que jalonan la vista de los restos romanos que explican cómo era la ciudad hace 2.000 años, o la que se puede ver en el Call, con objetos recuperados de las distintas excavaciones y que se exponen para entender cómo eran los rituales de la importante comunidad judía barcelonesa. Lo mismo ocurre en Refugio 307 y en los bajos del Mercado de Santa Catalina, donde se explica la evolución de la Ciudad Condal desde la prehistoria.

Pero además, la Casa Padellás ofrece exposiciones temporales que van variando sobre temas vinculados a la historia de la ciudad, como el puerto y los barcos que llegaron a Barcelona a lo largo de los siglos, pero también otros relacionados con la actualidad.