El paseo de Gracia (passeig de Gràcia, en catalán) es, junto con La Rambla, uno de los bulevares más importantes de la Ciudad Condal. Se trata de una de esas arterias que, al igual que la madrileña calle Serrano, los parisinos Campos Elíseos o la romana vía Condotti, desprenden sofisticación. En el caso del paseo barcelonés, la elegancia y el aire señorial no provienen exclusivamente de los lujosos comercios que flanquean sendas aceras, sino también de la calidad arquitectónica de los inmuebles que se encuentran en el mismo. Algunos de los cuales, como la casa Batlló y la casa Milà, han sido declarados por la UNESCO patrimonio mundial.

El paseo de Gracia, un escaparate para la burguesía catalana

A finales del siglo XIX e inicios del XX la burguesía catalana comenzó a instalar sus viviendas en el passeig de Gràcia, convirtiéndolo así en uno de los ejes más relevantes del recientemente establecido Plan Cerdà, el innovador proyecto urbanístico que dio lugar al Eixample de Barcelona. En el trazado ortogonal de Cerdà también destacaban otras amplias avenidas, como la Diagonal, el paseo de San Juan, la Gran Vía o la Rambla de Cataluña, sin embargo, los burgueses procuraron por todos los medios ubicarse en este paseo y rivalizar con sus vecinos levantando espectaculares inmuebles encargados a los arquitectos modernistas más solicitados de la época, como el propio Gaudí, Puig i Cadafalch o Domènech i Montaner.

El bulevar conectaba la plaza Cataluña —el corazón de la Ciudad Condal— con el barrio de Gràcia, que hasta finales del siglo XIX fue independiente de Barcelona. Más allá de los preciosos inmuebles, el Ayuntamiento no escatimó en su ornato, pues cedió al mismísimo Gaudí el diseño del pavimiento, resuelto con elementos decorativos de inspiración vegetal, y las farolas y bancos, al arquitecto Pere Falqués, quien compuso unos originales bancs-fanals (bancos-farolas, en castellano) con asientos de trencadís (un mosaico elaborado con trozos de cerámica vidriada), sobre los cuales se alza la estructura de forja que sostiene las farolas. Falqués es también el artífice de las farolas del paseo de Lluís Companys y de las que iluminan la avenida Gaudí.

paseo de gracia
Paseo de Gracia

El paseo de Gracia empieza a morir en su cruce con la Diagonal, remarcando un obelisco —conocido popularmente como el “lápiz”— la confluencia de sendas vías. El monumento ha dado pie a numerosas polémicas por su origen republicano y su posterior resignificación durante la dictatura de Franco. Detrás del mismo quedan los Jardines de Salvador Espriu —o Jardinets de Gràcia—, que se estrechan en su tramo final para dar paso al carrer Gran de Gràcia e iniciar la ascensión hacia la montaña.

Los edificios más monumentales del paseo de Gracia

Casa Batlló

Edificada entre 1904 y 1906, esta vivienda es uno de los referentes indiscutibles del modernismo catalán. Su soberbia fachada nos invita a ingresar en el universo mágico de Gaudí, un artista que en todo momento establecía conexiones entre arquitectura y naturaleza, dando como resultado unas formas orgánicas que parecen cobrar vida en la casa Batlló. Existen muchas hipótesis acerca del simbolismo de algunos de sus elementos, como por ejemplo los balcones con forma de antifaz o la cubierta, resuelta como el lomo de un dragón. Si queréis conocer más sobre la historia y las claves interpretativas de esta magnífica obra de Gaudí, solo tenéis que visitarla.

Paseo de Gracia

Casa Amatller

La vivienda del empresario chocolatero Antoni Amatller linda con la casa Batlló, pues ambas se encuentran en la conocida irónicamente como manzana de la discordia, un apelativo que hacía referencia a la notable acumulación de inmuebles de interés y a las rivalidades entre sus arquitectos por hacerse con los premios otorgados por el Ayuntamiento de Barcelona en el concurso anual de edificios artísticos. Erigida entre 1898 y 1900, esta residencia diseñada por Puig i Cadafalch es más cercana estilísticamente al gótico que al modernismo, recordando a las construcciones medievales del norte de Europa por la forma escalonada de su remate.

Casa Amtaller
Casa Amtaller

Casa Lleó i Morera

El proyecto de esta vivienda corrió a cargo del arquitecto del Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau, Lluís Domènech i Montaner, y consistió realmente en una reforma integral sobre una construcción de 1864. Producto de aquella intervención es su fachada, en la que cobran gran protagonismo las diferentes galerías y balconadas, así como el remate superior, que requirió de un permiso especial del Ayuntamiento, pues incumplía la normativa municipal.

Casa Mulleras

Más austera que las viviendas que la acompañan en la célebre manzana de la discordia, esta casa se aleja del modernismo para adentrarse en una estética neoclásica, llamando la atención en ella la elegante galería que ejerce al mismo tiempo de base para el balcón situado en el cuerpo superior.

Casa Milà

Conocida también como La Pedrera, por su fachada, que para muchos se asemeja a una cantera. La vivienda de Pere Milà y Roser Segimon es la otra gran joya dejada por Gaudí en el paseo de Gracia a inicios del siglo XX. Visitar este edificio vale la pena no solamente por su agradable estética, sino también por las innovaciones arquitectónicas incorporadas por el genio catalán.

Casa Milà
Casa Milà

Ir de tiendas por el paseo de Gracia

Otro de los atractivos del passeig de Gràcia es el hecho de ser la mejor calle de la ciudad para ir de tiendas, puesto que a lo largo de sus 1.500 metros podemos encontrar desde las firmas más exclusivas (Chanel, Gucci, Prada, Valentino o Kenzo, entre otras) hasta comercios al alcance de un público más amplio (como Zara, Uniqlo o Mango). Además, en los últimos años se están instalando en el bulevar novedosas concepts store que nos permiten descubrir antiguos inmuebles del Eixample reconvertidos en tiendas de moda, decoración o joyería, como la que recientemente ha inaugurado Massimo Dutti en el número 96.

Paseo de Gracia
Paseo de Gracia

Además, la actividad comercial continúa al final del paseo de Gracia en la calle Portal del Ángel, otro de los rincones de la ciudad con mayor concentración de tiendas.

Edificios únicos, tiendas para todos los gustos y una atmósfera especial… No puedes marcharte de la Ciudad Condal sin pasear por su avenida más elegante.

Comer por el paseo de Gracia

Disfrutar del passeig y su entorno incluye, desde luego, su amplia oferta gastronómica. A lo largo de todo el paseo y de las distintas calles que confluyen en él, se pueden encontrar todo tipo de propuestas, desde la mejor cocina catalana hasta los sabores de medio mundo; desde alta gastronomía hasta opciones más asequibles, pero no por ello menos atractivas.

Así, un buen ejemplo de los sabores mediterráneos más locales, pero sin perder los matices cosmopolitas que caracterizan a la ciudad, es Citrus (Pg. de Gràcia, 44), un restaurante & sushi bar con esplendidas vistas al propio paseo de Gracia y la Casa Batlló. De un jamón ibérico de bellota & coca de tomate a un tataki de atún; de un canelón de pularda a un poke de salmón marinado con kimchi, arroz y furikake, sin dejar de lado los rolls, nigiris y demás. Producto de proximidad, excelente materia prima y esencias mediterráneas a las que se unen sabores de aquí y de allí.

Algo relativamente similar sucede en Oassis Natural Cooking (Pg. de Gràcia, 44), un local amplio y luminoso que también sigue la tendencia hacia una cocina saludable, fresca, que se sustenta en una despensa de calidad, con productos de temporada y proximidad. Ensaladas, pizzas de masa ligera y larga fermentación –al horno de leña–, hamburguesas de ternera de ganadería sostenible, postres caseros… y todo ello en un ambiente agradable y distendido; perfecto para una buena pausa.

Vecino del anterior, El Nacional es otro lugar emblemático de la zona. Dividido en 4 espacios diferenciados, este “multiespacio gastronómico” ofrece un restaurante de carne, La Braseria; un restaurante de pescado, La Llotja; un restaurante de tapas y arroces, La Tapería, y un restaurante rápido delicatesen, La Parada. Además, los espacios gastronómicos se complementan con 4 barras especializadas: una de cervezas y conservas, una de vinos y embutidos, una más de ostras y la última de coctelería. Un conjunto de experiencias distintas dentro del mismo restaurante

Para disfrutar de un bocado más sofisticado y exclusivo, en el paseo de Gracia y su entorno también se pueden encontrar varios lugares firmados por algunos de los “grandes” de la gastronomía. Loidi, Lasarte y Oria, los tres ubicados entre la carrer de Mallorca y el passeig, y los tres de Martín Berasategui; Roca Bar (Rosselló, 265), de los hermanos Roca; Tapas 24 (Diputació, 269), de Carles Abellan, y ya frente a los Jardines de Salvador Espriu, L’Eggs, una singular propuesta del chef “5 estrellas Michelin” Paco Pérez, son solo algunos ejemplos de la oferta top de la zona.

Una opción más, muy acorde con el encanto señorial del paseo, es el Café de la Pedrera, que ocupa el espacio de los antiguos comedores de la Pensión Hispanoamericana, abierto hace más de cien años en el entresuelo de la Casa Milà-La Pedrera. Cocina mediterránea y catalana, y noches de jazz en directo enmarcadas por la singular arquitectura de Gaudí.

Tapas, arroces, platos mediterráneos, cocina thai, sushi, pizzas, hamburguesas, ensaladas… entre plaza Cataluña y los Jardinets de Gràcia, el emblemático paseo barcelonés ofrece todo tipo de opciones para todo tipo de paladares.