La fama de Barcelona condiciona las expectativas de los viajeros, que habitualmente se sienten desbordados ante las múltiples facetas de la ciudad. Si dispones de tres días y te planificas bien, puedes organizar diversos itinerarios temáticos y por proximidad que te permitirán disfrutar de su arte y arquitectura, de sus tiendas de diseño y de sus restaurantes más creativos. Pero, sobre todo, tómate tu tiempo para recrearte en cada detalle de Barcelona, una urbe que el Modernismo llenó de fantasía y color. Por supuesto, no te pierdas la Sagrada Familia o el Park Güell, pero no olvides el resto de espacios que forman parte de la ruta modernista. Deambula sin rumbo fijo por el Barrio Gótico y por el Born, y entra en los talleres de los artesanos que salgan a tu encuentro.
Aprovecha, ya que estás en una ciudad mediterránea, y navega en una de sus típicas embarcaciones, las golondrinas, por el litoral y sube en funicular al monte Tibidabo, donde te esperan unas magníficas vistas.
Como ves, en solo 3 días, Barcelona es capaz de conquistarte con sus múltiples personalidades.
137 años después de se pusiera la primera piedra, el proyecto al que Gaudí dedicó la mitad de su vida está a punto de concluirse.
Antoni Gaudí vertió en este original inmueble todos sus recursos creativos, obteniendo como resultado un perfecto equilibrio entre funcionalidad y estética.
La Boquería, que nació como el mercado popular del Centro de Barcelona, se ha convertido en uno de los grandes referentes de la gastronomía mundial.
Cerveza y tapas en el Orbital Bar
desde 11,00 €El parque, enteramente diseñado por el artista, es un referente del modernismo catalán donde naturaleza y arquitectura se funden en un universo onírico.