Con fama de abierta y tolerante, Sitges es una ciudad perfecta para una escapada desde Barcelona. La proximidad a la capital catalana (a unos 35 kilómetros al sur) la convierte en una vía de escape para barceloneses y visitantes, un lugar donde disfrutar de la playa y del ambiente de sus terrazas lejos del estrés de una gran ciudad. Parte de su éxito radica también en su reconocida tolerancia hacia las comunidades LGTB, por lo que resulta una de las elecciones favoritas para este segmento durante todo el año, y más aún, cuando se celebra su famoso festival de cine, los divertidos carnavales o las fiestas del Orgullo Gay.

Sitges se encuentra situado en la Costa de Garraf, esto quiere decir que disfruta del clima templado que le proporciona la cercanía al Mar Mediterráneo y la proximidad a la montaña impide que lleguen los fríos vientos del norte. Sus vecinos dicen que cuenta con un microclima propio porque no siempre coincide con el que hace en Barcelona. La visita a Sitges se puede organizar en tres partes, así podrás elegir la que te venga mejor, o bien realizar una mezcla de varias: playas, casco histórico y disfrutar de la mesa.

Las playas de Sitges

Esta ciudad reconocida como una de las más representativas del litoral catalán dispone de cuatro kilómetros de playas de arena dorada y fina que se pueden disfrutar durante todo el año. Algunas de estas ensenadas han recibido el distintivo de la ‘Bandera azul’ con el que se certifica la calidad del agua y de las instalaciones para los playistas. Algunas son muy adecuadas para el turismo familiar, ya que tienen poco oleaje y sus aguas no son muy profundas. Quienes busquen rincones más privados donde practicar nudismo también encontrarán espacios más apartados para ellos.

Entre las 12 playas de la zona centro, las más recomendables son Balmins, Anquines y Barra. La primera de ellas está formada por tres calas y es principalmente nudista. La segunda se trata de una ensenada artificial situada frente al hotel Terramar, que fue creada en los años veinte para dar servicio al hotel. Y, también de interés, es la de Barra, una playa de unos 400 metros de longitud con cuatro isletas artificiales. En casi todas se pueden alquilar botes con pedales y kayaks. Incluso hay duchas que funcionan con una tarjeta que se pide en el chiringuito en las playas de Balmins y en la de Sant Sebastiá. Ésta última incluso salió en el periódico New York Times como una de las mejores playas urbanas del mundo.

Playa Principal de Sitges
Playa de Sant Sebastiá

En las cuatro playas de la zona de Levante destaca la del núcleo urbano de Les Botigues, que es la de mayor dimensión y que cuenta con 6 chiringuitos. Si te acercas a la playa de Garraf podrás ver unas casitas de baños de colores que fueron declaradas de interés cultural. Por último, en la zona de poniente se ubican dos bellas playas naturistas a las que resulta difícil acceder: Desenrocada y Home Morot (con ambiente principalmente gay). Ambas disponen de tumbonas y chiringuito.

Si además de disfrutar de un tranquilo día de playa, quieres divertirte realizando actividades más adrenalíticas, existen diversas empresas que las organizan. Podrás elegir entre escalada, espeleología, senderismo… y también, deportes náuticos, por supuesto.

Qué tienes que ver en Sitges

En una excursión a Sitges probablemente te interese más conocer los atractivos con los que cuenta su núcleo urbano que sus urbanizaciones de lujo o sus campos de golf. Por este motivo, hemos seleccionado algunas visitas que se encuentran en su casco urbano. No temas a deambular, porque es el único modo de hallar los rincones más singulares de aquella antigua villa de pescadores que hoy día atrae tanto turismo. Comienza a caminar cuanto antes para localizar la Casa Bacardí, un edificio modernista que ofrece la posibilidad de conocer a la famosa familia relacionada con el ron.

Vista de Sitges
Una vista general del centro de Sitges

Sigue el paseo para visitar la iglesia de Sant Bartomeu y de Santa Tecla y el Palacio Maricel, que exhibe unos llamativos elementos barrocos, renacentistas y medievales, al igual que la construcción neogótica de la Casa de la Vila. Aprovecha en el Museo Maricel para ver sus amplios fondos románicos, góticos y de arte moderno. Y para conocer un poco más la evolución social catalana, puedes ir al Museo Romántico. Si te gusta el arte, no puedes obviar el Museo de Cau Ferrat ubicado en la casa taller del escritor y pintor Santiago Rusiñol.

Dónde comer en Sitges

Sitges es un buen lugar para degustar las tradicionales recetas catalanas o locales con vistas al mar. No dudes en pedir el arròs a la sitgetana (que lleva marisco y carne), la sepia con patatas y alioli, y el xató, que es parecido a una ensalada con escarola, anchoas, bacalao, atún y aceitunas, a la que se añade salsa romescu. Si te gusta ir a los mercados, aprovecha para acercarte al municipal de Sitges para ver todos los productos del entorno. Y para beber, prueba las denominaciones de origen Penedés, Alella o Pla de Bages.

Existen numerosos restaurantes, terrazas y chiringuitos donde comer bien sea cual sea el presupuesto. Algunas recomendaciones podrían ser El Cable, un bar de tapas de toda la vida con auténticos sabores locales. Si te apetece comida italiana, elige la Pizzeria Cap de la Vila, que abrió en los años sesenta y dicen que es la primera pizzería de España. Si lo tuyo es el pescado y el marisco, te interesa acercarte a Can Laury Peix, en la zona del puerto. Finalmente, una buena referencia en cuanto a sabores exóticos es Yatai, donde puedes tomar su rico sushi y tallarines yakisoba.

Paseo Marítimo de Sitges
Paseo Marítimo de Sitges

Las noches de Sitges también tienen fama. La oferta de pubs y discotecas se concentra en gran parte en “la calle del pecado”, es decir en la calle Primer de Maig. Algunos nombres que te interesa recordar son: El Beso, Sweet Pacha Sitges y Las Vegas Sitges. Recuerda que el ambiente, en muchos de ellos, es gay. Si visitas la ciudad durante las Fiestas del Orgullo Gay, habitualmente en junio, la diversión se magnifica aún más.

Festival de cine de Sitges

Los amantes de la gran pantalla tienen una cita anual en Sitges para asistir a su reconocido Festival Internacional de Cine de Cataluña que, además, fue el primero dedicado al Cine fantástico del mundo. Su primera edición tuvo lugar en 1968 bajo el nombre de 1ª Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Es uno de los más relevantes del país y durante unos días desarrolla una amplia programación donde no faltan películas, retrospectivas y homenajes a figuras de relevancia internacional.

Para despedirte, nada mejor que caminar por su paseo marítimo admirando las mansiones mientras el sol va desapareciendo. Disfrútalo porque es un momento mágico.