Una selección de las mejores terrazas de Barcelona es tarea difícil. Con un clima suave todo el año y uno de los ambientes más animados y cosmopolitas de Europa, el terraceo en Barcelona es toda una religión. Sentarse al aire libre, con amigos, a ver pasar la vida con un café o una copa. Charlas, risas, tardes interminables, la brisa y la luz del sol. En este post te contamos cuáles son algunas de las mejores terrazas para tomar algo en Barcelona.

360º Barceló Raval

La terraza del Hotel Barceló Raval deja poco lugar a dudas con su nombre, toda una declaración de intenciones. Vistas panorámicas desde el undécimo piso para no perderse ni un solo rincón de Barcelona. La céntrica ubicación del hotel, en el histórico barrio del Raval, y la amplitud de la terraza convierten a 360 Barceló en la mejor opción de la ciudad para disfrutar de unas copas con vistas.

Para meses estivales (e incluso primaverales), el restaurante del hotel Barceló Raval presume de piscina. También suele haber un DJ que ameniza los atardeceres con música electrónica. Los bares y restaurantes de los hoteles muchas veces están fuera del radar de los residentes locales, que asumen que son para clientes del establecimiento. 360 está abierta a todos, también para no clientes, y es la reina de las terrazas con vistas en Barcelona.

Surf House

Un trozo de California en mitad de la Barceloneta, a pocos metros del mar. Surf House es un establecimiento híbrido. Uno de los mejores restaurantes con terraza en Barcelona, desde luego, con un menú desenfadado que va desde los brunch de media mañana a los cócteles nocturnos, con comida fresca y ligera: hamburguesas, los tan de moda poke bowls, ensaladas o tostas con aguacate. Nada demasiado calórico que nos fastidie el más que probable paseo posterior a la orilla del mar.

Pero Surf House también organiza actividades al aire libre como paddle surf o yoga, tiene una tienda de productos surferos y organiza eventos relacionados con el surf: retransmisiones de competiciones en directo, presentaciones para marcas o viajes. Lo mejor es sentarse en su terraza a disfrutar de la brisa marina y transportarse a una playa californiana… pero sin salir de Barcelona.

Café D´Estiu

Café de Estío: un nombre sugerente como pocos que nos transporta a largas tardes veraniegas sin otra cosa que hacer que charlar con amigos con un café (¡o una copa!) mientras la luz del sol va cayendo. El Café d´Estiu propone un remanso de paz en el Gótico, uno de los barrios más ajetreados de Barcelona, repleto de tiendas y siempre atestado de turistas. Este pequeño café está dentro del Museu Frederic Máres y cruzar sus puertas es entrar en otra dimensión: de repente se hacen el silencio y la paz y uno se encuentra en una de las mejores terrazas para tomar algo en Barcelona.

El entorno no puede ser más sugerente, el antiguo palacio medieval que acoge el museo, con vistas de la cúpula de la catedral. Tras esta parada de refresco, y antes de volver al maremágnum del Gótico, merece la pena detenerse un rato en el museo, dedicado al artista catalán Frederic Marés, uno de los museos escultóricos más importantes de toda España.

Torre Rosa

Torre Rosa es una de las coctelerías con más encanto de Barcelona. Situada en la Ciutat Vella, el inmueble que la acoge es inconfundible. Una casa indiana construida a principios del siglo XX, con una llamativa fachada rosa, y palmeras también centenarias en un tranquilo patio. La coctelería es un negocio familiar, que montó en 1987 la hostelera Cecilia Clavell, cuyos pasos han seguido sus hijos.

Es una de las coctelerías de referencia en el centro de la ciudad condal, tanto por la calidad de sus combinados como por la historia del edificio. Originalmente conocida como Villa Jazmines, fue una torre de veraneo diseñada por el arquitecto Ferrán Tarragó para la familia Racionero. Después acogió la Académica Práctica de Comercio y, posteriormente, ya hasta los ochenta, una escuela privada infantil. Su espacio exterior es una de las terrazas con más encanto de Barcelona, rebosante de personalidad.

El Cercle

Otro lugar que presume de carisma en Ciutat Vella. La terraza del Cercle está en la primera planta, ni más ni menos, que del Palacio Pignatelli, una construcción italiana del siglo XV. El palacio fue la sede del Reial Cercle Artistic de Barcelona, pero tras años de decadencia fue rehabilitado por el grupo hostelero responsable de restaurantes como L´Oliana y Clara.

Hoy es un restaurante de cocina local pasada por un tamiz moderno. Platos, tapas, medias raciones, postres (atención a este apartado) y cócteles. Los restaurantes con terraza son una pieza codiciada en esta ciudad, especialmente en los meses de primavera y verano. El Cercle es, sin duda, uno de los mejores restaurantes con terraza de Barcelona.

Terraza Flax & Kale

Flax & Kale es una pequeña cadena de restaurantes flexitarianos, o lo que es lo mismo, cocinas que apuestan por lo vegetal sin cerrar del todo la puerta a la inclusión de proteínas animales. Ya van por cinco establecimientos en Barcelona y uno en Madrid, pero el original, en la calle Tallers de Barcelona, sigue teniendo un hueco especial en el corazón de sus clientes. Un antiguo edificio de dos plantas que se rehabilitó para dotarlo de estética neoyorquina, coronado por una terraza con encanto y llena de vegetación.

Menús que apuestan por lo sano, con un marcado carácter viajero. La terraza de Flax & Kale es un lugar en el que relajarse y en el que comer sabroso al tiempo que cuida el cuerpo.

Olokuti

El barrio de Gracia es uno de los barrios con más personalidad de Barcelona, hasta el punto de que se dice (medio en broma, medio en serio) que sus residentes hacen toda su vida allí, sin aventurarse a otras zonas de la ciudad. Olakuti es una tienda de libros, artículos de comercio justo y artesanías que tiene una pequeña terraza en su patio trasero. Es un paréntesis de calma y silencio en medio de un barrio notoriamente bullicioso.

No es un bar como tal, sino un lugar en el que sentarse a degustar los productos ecológicos que venden en la tienda y que se cogen a modo de self-service. Un puñado de mesas colocadas entre árboles y plantas en las que se sentarse a charlar tranquilamente. Entre semana suele albergar actividades culturales, muy en la sintonía de Gracia.