El artista Marc Chagall dijo que Tossa de Mar es el “paraíso azul”, posiblemente por la luz de sus cielos y por la transparencia del agua de su costa. Y la actriz Ava Gardner nunca olvidó esta bonita localidad de la Costa Brava, donde rodó “Pandora y el holandés errante”. No son los únicos artistas que quedaron prendados con esta histórica villa, que ha visto evolucionar su nombre desde la Turissa romana y la Tursa medieval hasta la Tossa moderna. Hoy es un intenso polo de atracción de turistas y visitantes.
Un museo al aire libre
La herencia recibida de los pueblos que se han asentado a lo largo de la Historia en esta localidad es grande, lo que nos permite viajar a épocas pasadas a través de sus vestigios. Por ejemplo, de la cultura romana se conserva la impresionante Villa dels Ametllers, descubierta en el año 1914, donde se pueden observar unas magníficas termas, mosaicos, estucos, una fuente o las salas donde se elaboraban el vino, el aceite y los salazones. Y de la época medieval, hemos heredado el recinto amurallado de la Vila Vella, del siglo XIII, un emblema del municipio que está jalonado por cuatro torreones y tres torres cilíndricas, siendo la principal la Torre d’en Jonàs, que preside la bahía desde lo alto.
Su recinto interior, además, es un espacio con mucho encanto, con callejones pavimentados con pequeñas piedras y con bonitas casas, algunas de las cuales están apoyadas sobre el mismo lienzo de la muralla. Del castillo de Tossa de Mar, que estuvo situado donde hoy está el faro, no queda prácticamente nada.
Qué ver en Tossa de Mar
Además de sus vestigios romanos y medievales, Tossa de Mar tiene muchos más atractivos para el visitante. Resulta imprescindible dar un paseo por las callejas del recinto amurallado y ascender hasta el Faro de Tossa, para descubrir unas vistas panorámicas que no olvidarás. Fuera de las murallas, encontrarás el barrio de pescadores de sa Roqueta, y también resulta muy agradable descubrir la fachada marítima del pueblo, desde los pies de las murallas hasta la playa de la Mar Menuda. Pero todavía hay otros espacios singulares que merece la pena visitar:
Iglesia de San Vicente
De estilo neoclásico, el templo data del siglo XVIII aunque, lamentablemente, sus magníficos retablos fueron quemados durante la Guerra Civil, a excepción del de la Purísima.
Casa de la Cultura
Está ubicada en el antiguo Hospital de San Miguel, cuya construcción fue financiada por Tomás Vidal Rei, un hombre que hizo fortuna en América y que destinó parte de su patrimonio para levantar un hospital de caridad. El edificio está construido en torno a un claustro, en uno de cuyos laterales se halla la capilla de San Miguel.
Casa Sans
Construida en el año 1906 por el arquitecto Antoni de Falguera, se trata de un edificio singular con una fachada marítima con gárgolas modernistas, mosaicos de cerámica vidriada y forja parecida a la de la Casa Vicens de Barcelona. En el año 1930, la casa fue adquirida por la familia Vilallonga, que añadió una escalera de mármol a su interior y una fuente con la escultura de Diana cazadora.
Museo Municipal
Situado en el antigua casa del gobernador, fue inaugurado en 1935 y se convirtió en el primer museo de arte contemporáneo de España. Y es que Tossa fue un auténtico polo de atracción para muchos artistas, sobre todo en las primeras décadas del siglo XX. Por ejemplo, Marc Chagall, André Masson y Georges Kars trabajaron en este pueblo hasta que estalló la Guerra Civil. Poco antes de este conflicto bélico, un grupo de intelectuales había decidido ya crear este interesante museo.
Faro de Tossa.
Inaugurado en 1917 en la parte más alta del Cabo de Tossa, este faro es hoy la sede del nuevo proyecto museístico “Faro de Tossa. Un siglo de señales marítimas en la Costa Brava”. Las vistas, no hay que decirlo, son para quitar el hipo.
Calas y playas de Tossa de Mar
Tossa de Mar regala uno de los paisajes más bellos de la Costa Brava, ya que está rodeada de acantilados y miradores que invitan a descubrir las caprichosas formas que van dibujando las playas y calas de su entorno. Una de las playas urbanas más conocidas de Tossa de Mar es la de la Mar Menuda, que está clasificada como “bandera azul” y que, en uno de sus extremos, tiene una cala de aguas tranquilas y escasa profundidad conocida como “la bañera de las mujeres”. Al lado, encontramos la recoleta Platja del Reig, donde muy a menudo las olas se comen literalmente la arena, y seguidamente, la Platja Gran, situada junto al recinto amurallado de la Vila Vella y que también cuenta con el distintivo de Bandera Azul. Al otro lado del Cabo de Tossa, encontramos la Platja d’es Codolar, una bonita y antigua playa de pescadores.
A pocos kilómetros de Tossa de Mar, encontramos otras playas tan encantadoras como Cala Salions, Cala Futadera, Cala Giverola, Cala Pola, Cala Bona, Cala Llevadó, Cala d’en Carlos, Cala Figuera, Playa de Llevant, Playa de Garbí y Cala Morisca.
Qué ver cerca de Tossa de Mar
Tossa de Mar tiene en su entorno grandes posibilidades para explorar, tanto pueblos cerca de Tossa de Mar, o la naturaleza, descubrir otros monumentos del patrimonio cultural, como el Santuario de Sant Grau, y disfrutar del senderismo por el macizo de Cadiretes y por el Parque de Sa Riera. Te avanzamos por qué deberías descubrir estos destinos y algunos pueblos pintorescos que están cerca de Tossa de Mar, como Blanes o San Felíu de Guixols:
Santuario de Sant Grau
Ubicado a 15 kilómetros de Tossa, en el macizo de Cadiretes, se puede llegar hasta el santuario por la carretera que une Tossa a Sant Feliu de Guixols por la costa. De estilo neogótico, el santuario es protagonista de una leyenda, según la cual San Gerardo de Aurillac vivió aquí en el siglo IX y mucho después, en el año 1200, la reina María de Montpellier, madre de Jaime I el Conquistador, consiguió unas reliquias del santo que fueron depositadas en este lugar. Es una de las típicas excursiones desde Tossa de Mar.
Macizo de Cadiretes
Y ya que hemos visitado el santuario de Sant Grau, podemos aprovechar para descubrir este espacio montañoso que alcanza su altura máxima en el Puig de Cadiretes, a 519 metros. El macizo está surcado por torrentes y en su entorno la costa se revela abrupta y cautivadora.
Parque de Sa Riera
Este espacio verde de unas 5 hectáreas de extensión y de gran valor natural está a unos 10 minutos andando del centro urbano de Tossa de Mar. Aquí predominan las encinas, los alcornoques y los pinos, además de los alisos y los chopos. En este parque hay lugares acotados para juegos infantiles y para la práctica de diferentes deportes.
Blanes
Esta bonita localidad de la Costa Brava, situada a 17 kilómetros de Tossa de Mar, parece un jardín inmenso al estar encajada en plena naturaleza. Ofrece al visitante prácticamente de todo: playas, experiencias náuticas, senderismo, parques infantiles, gastronomía, monumentos, deportes… Te recomendamos dar un paseo por el centro histórico para que tomes el pulso a esta antigua villa de pescadores y descubras sus elegantes casas ochocentistas y los vestigios del gótico catalán. Y si quieres ver Blanes con perspectiva, nada mejor que subir a la montaña de Sant Joan y, de paso, descubrir los restos del viejo castillo y la ermita de los siglos XI y XIV.
San Feliu de Guíxols
Ubicado a 30 kilómetros de Tossa de Mar, este municipio, que nació al abrigo de su monasterio benedictino, tiene tantos atractivos turísticos que resulta imposible enumerar todos. Algunos son imprescindibles, como su fortificado monasterio, que data del siglo X y que actualmente acoge el Museo de Historia de la Ciudad; las casas modernistas de la playa de Sant Pol y las casas señoriales del paseo del Mar, además del Museo de Historia del Juguete, el Museo Casa Irla o la Ermita de Sant Elm. Por no hablar de sus deliciosas calas y playas.
Dónde comer en Tossa de Mar
Son tantos los restaurantes que hay en Tossa de Mar que no resulta fácil destacar algunos. Nos decantaremos por los más célebres y tradicionales. La mayoría de ellos están adheridos a la campaña “Cocina tradicional tossense” con la que las autoridades locales pretenden recuperar las mejores recetas de la cocina típica de Tossa de Mar. Podemos citar, por ejemplo, Can Sophia, La cuina de Can Simon, Restaurant Pou de la Vila, La Roca de Tossa, Restaurant Victoria, Mestre d’Aixa, Tapas El Portal, Restaurante Tursia o Restaurante Víctor. No te olvides de probar su famoso “simitomba”, un plato típico de pescadores.