Bilbao es una ciudad que se presta como pocas a una escapada con niños porque su dimensión permite moverse con facilidad y porque dispone de actividades para toda la familia.
La mejor forma de conocer un lugar es a pie, pero cuando viajas con niños es conveniente elegir otras opciones que les resulten más divertidas, en las que se cansen menos o que supongan una novedad para ellos. La capital vizcaína lo pone muy fácil, ya que cuenta con diversos medios de transporte que son útiles a la vez que entretenidos. ¿Os apetece conocer Bilbao desde diversas perspectivas? Vamos allá.
- Desde lo alto del monte Artxanda
- Surcando la ría del Nervión en familia
- El Museo Marítimo con niños
- Desde el espacio, una visita al Museo Guggenheim
- Un tour guiado en bicicleta
- Una escapada a la cueva de Santimamiñe
Desde lo alto del monte Artxanda
El mejor lugar para comenzar un viaje con niños a Bilbao es en la cima del monte Artxanda. Se puede subir andando pero sería una pena perder la oportunidad de viajar en el funicular histórico que lleva hasta lo más alto cada quince minutos. Es un viaje emocionante que regala las mejores vistas de Bilbao al llegar. Respirar el aire fresco mientras se admira la ciudad y se trata de responder a las preguntas de los más pequeños es todo un reto. Enseñadles a identificar la Ría, la Torre Iberdrola, el Parque de Doña Casilda, el estadio de San Mamés y el Guggenheim. Es suficiente para empezar. El resto del tiempo lo pueden pasar correteando por los senderos del parque o en las pistas deportivas. Si la climatología lo permite, es un buen lugar para tomar un tentempié mientras se admira la panorámica.
Surcando la ría del Nervión en familia
¿A qué niño no le gusta navegar e imaginar que es un pirata? El paseo en barco por la Ría permite gozar tanto a hijos como a padres. Durante una o dos horas, el barco navegará mientras el capitán identifica por el altavoz los lugares por los que transcurre la travesía. Prestad atención cuando paséis frente al Museo Guggenheim, ya que la imagen desde el agua es aún más grandiosa que desde tierra.
Otra sugerencia es mostrar a los niños los rasgos de los puentes por los que se pasa, como el Zubizuri, la pasarela Arrupe y el de La Salve. Uno que seguro llamará su atención es el Puente Bizkaia, que fue inaugurado en 1893 y se convirtió en el primer puente transbordador del mundo construido con estructura metálica. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006. Es muy curioso el modo en que trasladan los vehículos y los pasajeros, ya que emplean una especie de barquilla que cuelga de un carro que se desplaza por los carriles del travesaño horizontal.
Este pequeño crucero, que parte de un embarcadero del centro histórico (plaza Pío Baroja), suele pasar por zonas industriales por lo que es un buen momento para hablarles de la importancia de la Ría en el desarrollo económico de la ciudad.
El Museo Marítimo con niños
Uno de los planes que los niños suelen disfrutar más en Bilbao, a pesar del desconcierto inicial de sus padres, es la visita al Museo Marítimo. Aunque el objetivo de este centro es transmitir la evolución física de la Ría y su actividad portuaria a lo largo de la historia, ha creado una serie de recursos didácticos que las familias pueden aprovechar para complementar la visita a la colección permanente. Explorar todos juntos las salas de forma interactiva es una experiencia divertida que no olvidarán los más pequeños. Será difícil alejarlos de los dioramas creados con figuras de Playmobil, empleados para explicar sucesos históricos e, incluso, ¡un ataque pirata! No os vayáis sin despediros de la llamativa grúa Carola, que ha sido restaurada y permanece en el exterior vigilando que todo siga en orden.
Desde el espacio, una visita al Museo Guggenheim
El Museo Guggenheim es una visita imprescindible en Bilbao por su altísimo nivel arquitectónico y artístico. Esta obra vanguardista del arquitecto estadounidense Frank Gehry suele dejar con la boca abierta a los niños, quienes aseguran que es una nave espacial. Además de dejarlos curiosear por el exterior y debajo de ‘Maman’, la araña gigante de Louise Bourgeois, es interesante informarse sobre las numerosas actividades programadas para los niños. Existen talleres que se pueden aprovechar desde que son bebés hasta la adolescencia. Los que se realizan en torno a Puppy, la obra de Jeff Koons, consisten en la recreación de la escultura empleando tierra y plantas. No dejéis de recorrer ‘La materia del tiempo’, una obra de Richard Serra que consiste en un gigantesco laberinto formado por altas esculturas de acero. Es toda una experiencia.
Un tour guiado en bicicleta
Recorrer Bilbao en bicicleta con los niños es una oportunidad de divertirse que no se debe rechazar. Lo más recomendable es contratar un tour guiado donde faciliten todo el material, tanto las bicicletas como los cascos. Una ventaja añadida es que contarán decenas de divertidas anécdotas para que ningún miembro de la familia se aburra.
Si tras este recorrido les queda energía, aprovecha para llevarlos al Parque República de Abando o al de Doña Casilda, dos espacios verdes donde se encuentran numerosos rincones de diversión para ellos.
Una escapada a la cueva de Santimamiñe
A poco más de media hora desde Bilbao se encuentra la cueva de Santimamiñe, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Vizcaya, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1908. Su relevancia radica en la presencia de restos de asentamientos humanos de hace 14.000 años e impresionantes pinturas rupestres que muestran bisontes, caballos, osos y ciervos. En este viaje con niños os recomendamos realizar la visita de forma guiada (reservadla con antelación), ya que los monitores cuentan con recursos para que aprendan divirtiéndose. No está permitido pasar a las salas donde están las pinturas rupestres pero se visita el vestíbulo y luego se realiza un recorrido virtual en 3D de toda la gruta y del santuario paleolítico en la sala de proyecciones.
Tras unos días intensos de diversión en familia en Bilbao seguro que quedarán ganas de volver para continuar visitando otros muchos lugares y realizando otras actividades de interés.