El Conjunto Monumental de Quejana es uno de los secretos mejor guardados del Valle de Ayala, en Álava. Este enclave histórico, que data de los siglos XIV y XV, es un testimonio de la riqueza y el poder de la familia Ayala, una de las más influyentes del País Vasco en la Edad Media. Quejana no solo conserva un fascinante legado arquitectónico compuesto por su torre fortificada, su convento y su iglesia, sino que también ofrece al visitante la oportunidad de sumergirse en un entorno natural lleno de encanto y misterio. 

  1. Historia de Quejana: la fortaleza de la influyente familia Ayala
  2. Qué podrás ver en el Conjunto Monumental de Quejana: un paseo entre las fortalezas y capillas de los Ayala
  3. Entorno y visitas en los alrededores: descubriendo el Valle de Ayala más allá de Quejana

Historia de Quejana: la fortaleza de la influyente familia Ayala

La historia de Quejana, una joya arquitectónica de Álava, está estrechamente ligada a la poderosa familia de los Ayala, que dominó la política y la cultura de la región durante la Edad Media. Durante los siglos XIV y XV, los Ayala se destacaron tanto por su papel militar como por su capacidad de gestión, siendo fieles aliados de la Corona de Castilla y decisivos en las luchas de bandos que azotaban el País Vasco.

El Conjunto Monumental de Quejana, también conocido como el Palacio de los Ayala, comenzó a tomar forma en el siglo XIV bajo la tutela de Fernán Pérez de Ayala, patriarca de la familia, que construyó este enclave como su residencia familiar y símbolo de su poder. A lo largo de los siglos, Quejana se convirtió en mucho más que una simple casa señorial; fue un baluarte de influencias políticas y un refugio espiritual. De hecho, el lugar fue fundamental para consolidar el dominio de los Ayala en la comarca, uniendo poder terrenal y religioso en un solo espacio.

El miembro más célebre de esta familia, Don Pedro López de Ayala, nació aquí. Este cronista, poeta, diplomático y político, dejó una huella indeleble en la literatura medieval española y europea, y es que sus crónicas de los reyes de Castilla se consideran algunas de las más importantes de la historiografía medieval española. Quejana fue su refugio y también el lugar donde mandó construir una capilla funeraria que todavía conserva los restos de varios miembros de la familia, incluido el propio Pedro López de Ayala y su esposa, Leonor de Guzmán. Este enclave no solo fue un centro de poder político, sino también un lugar de reflexión y espiritualidad. El convento de monjas dominicas que aún funciona en el recinto subraya este carácter religioso, destacando la profunda conexión entre el linaje de los Ayala y la Iglesia Católica. 

En 2002, la importancia histórica y cultural del Conjunto Monumental de Quejana fue reconocida oficialmente al ser declarado Bien Cultural, un estatus que subraya la relevancia de este conjunto en la historia del País Vasco.

Qué podrás ver en el Conjunto Monumental de Quejana: un paseo entre las fortalezas y capillas de los Ayala

El Conjunto Monumental de Quejana es una joya del patrimonio alavés, compuesto por varios edificios que forman un testimonio único de la historia medieval vasca. Este enclave ofrece al visitante una oportunidad inigualable de viajar en el tiempo y sumergirse en la vida de la nobleza y la religión de la época.

Torre de los Ayala: la imponente vigía de la historia desde el siglo XIV

El elemento más destacado del conjunto es sin duda la Torre de los Ayala, también conocida como de la Virgen del Cabello, una torre fortificada que servía tanto como residencia señorial como bastión defensivo. Mandada construir por el Canciller Pedro López de Ayala sobre una construcción anterior en 1399, se trata de una recia construcción de planta cuadrada y remate almenado.

En ella dispuso su capilla funeraria, donde se conserva su escultura funeraria en alabastro de estilo renacentista junto a la de su esposa Leonor de Guzmán, así como las estatuas yacentes de los padres del canciller: Fernán Pérez de Ayala, constructor del conjunto, y Elvira Álvarez de Ceballos. 

Esta torre de muros robustos se alza con una autoridad silenciosa sobre el paisaje del valle, recordando al viajero su antiguo propósito de proteger a la familia Ayala de posibles ataques y conflictos. En su interior, hoy en día restaurado, se pueden encontrar exposiciones que detallan la historia de la familia y del conjunto monumental, así como una vista panorámica impresionante desde su parte superior, que permite apreciar la belleza del entorno que la rodea.

Convento de las Madres Dominicas: el lugar de descanso eterno del Canciller López de Ayala

Otro punto fundamental del recorrido por el Conjunto Monumental de Quejana es el Convento de las Madres Dominicas, fundado por Fernán Pérez de Ayala, el padre del Canciller, el 2 de diciembre de 1378, como un lugar de retiro y espiritualidad para las monjas de esta orden. 

Se trata de uno de los conventos más antiguos de este tipo en la región. En el convento también se encuentra una destacada colección de arte sacro, con piezas que van desde tallas medievales hasta relicarios y manuscritos antiguos, que permiten al visitante explorar la devoción religiosa de la época. 

El edificio sufrió un incendio en el siglo XVI y se ha reformado varias veces, la más importante en el XVIII. Las últimas monjas de Quejana se marcharon al convento de dominicas de San Sebastián en 2008.

Iglesia de San Juan Bautista y el claustro: la calma del recogimiento

Junto al convento, se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista con su claustro adyacente. Aunque se sabe de la existencia de esta parroquia desde el siglo XI, el edificio actual se levantó a principios del siglo XVI. La iglesia alberga un interesante conjunto de retablos barrocos y los sepulcros de Fernán López de Ayala y María de Sarmiento, hijos del Canciller López de Ayala. 

El claustro, con su arquitectura sencilla y su pequeño jardín central, invita a pasear y a reflexionar en un entorno que parece casi intacto desde tiempos medievales. La iglesia, por su parte, conserva varios elementos originales que nos hablan del fervor religioso de los habitantes de Quejana, con detalles arquitectónicos que combinan el gótico y el renacimiento, y que fueron restaurados para mantener su autenticidad.

Entorno y visitas en los alrededores: descubriendo el Valle de Ayala más allá de Quejana

Más allá del propio conjunto monumental, el Valle de Ayala es un territorio que ofrece numerosas posibilidades para los viajeros que deseen explorar la región. Situado entre montañas y verdes colinas, este valle es un refugio de paz que combina patrimonio, naturaleza y gastronomía.

A pocos kilómetros de Quejana, se encuentra Artziniega, un encantador pueblo con un casco histórico medieval que merece una visita. Con sus calles empedradas y su arquitectura tradicional, Artziniega es un excelente complemento a la visita de Quejana, ofreciendo además una rica oferta de museos y una gastronomía local que no decepcionará al visitante.

El Parque Natural de Gorbea, el más grande del País Vasco, es otro de los grandes atractivos cercanos. Ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo, este parque ofrece rutas para todos los niveles y edades, con paisajes que van desde densos bosques de hayas y robles hasta cascadas y miradores naturales. Desde la cima del Monte Gorbea, el punto más alto del parque, se puede disfrutar de una vista panorámica que abarca el conjunto del Valle de Ayala y las sierras cercanas.