En cien años, entre los siglos XX y XXI, pasaron muchas cosas en Bilbao, y no las vamos a nombrar todas, pero sí nos detendremos para recordar su gran templo del fútbol. Este artículo no va de deportes ni de sentir los colores rojiblancos, aunque de eso saben mucho los bilbaínos, sino de acercarnos a un espacio mítico donde las emociones se concentran y entran en ebullición. Aunque más adelante hablaremos de su historia, debes saber que el primer estadio San Mamés fue inaugurado en 1913, y que un siglo después se levantó en el mismo lugar un nuevo San Mamés, con una arquitectura sorprendente.
- Estadio San Mamés, una historia prodigiosa
- Viejo y Nuevo San Mamés, clásico o vanguardista
- El nuevo estadio San Mamés
- Visita al estadio de San Mamés: AC Museoa y Tour
Estadio San Mamés, una historia prodigiosa
No se puede hablar del estadio San Mamés sin hacerlo del Athletic Club de Bilbao (el Athletic), un equipo histórico que ya jugaba en 1898. Como puedes imaginar, a finales del siglo XIX los campos de juego no se parecían nada a los actuales aunque la ilusión fuese bastante parecida. Y, aunque comenzaron a jugar en campos como el Lamiako, en Leioa (de 1901 a 1911), y en el Jolaseta, en Getxo, un campo que incluso contaba con una tribuna cubierta para los espectadores, el anhelo del Athletic era contar con su propio terreno de juego. Llega el año 1912 y comienza a gestarse lo que sería el futuro San Mamés. Para ello, se adquiere un terreno contiguo al asilo de San Mamés, y se prepara un proyecto en el que se estima un presupuesto de 50.000 pesetas para hacerlo realidad. Aunque puede parecer poco, hace más de un siglo costaba mucho reunir esos poco más de 300 euros. La historia del estadio San Mamés comenzaba a escribirse el 10 de diciembre de 1912 con la aprobación del proyecto por parte de una Junta General Extraordinaria.
Viejo y Nuevo San Mamés, clásico o vanguardista
Acostumbrados como estamos a que las obras públicas se alarguen y alarguen, es muy gratificante comprobar que el viejo estadio de San Mamés se construyó en poco más de 7 meses. Las obras empezaron el 20 de enero de 1913 y se inauguró el 21 de agosto del mismo año. Ese primer partido registró un lleno absoluto.
Apodado como La Catedral, ese primer estadio que fue levantado con una capacidad para 7.000 espectadores, 3.000 de ellos sentados en tribuna de madera, fue sufriendo modificaciones y ampliaciones según avanzaban los tiempos. Las dos más significativas tuvieron lugar en 1952: se incorporó una tribuna principal que se elevaba 40 metros sobre el campo y, sobre ella, un gran arco. Y la otra gran reforma fue la de 1982, motivada por la circunstancia de que Bilbao sería una de las sedes del Mundial de Fútbol del 82. Con esa transformación, los arquitectos Luis Pueyo, Javier Salazar e Imanol Abando aportaron uniformidad al conjunto, derribando algunas zonas e incorporando otras. El resultado de la misma fue que su capacidad ascendía a 45.000 espectadores. Cambian los tiempos y se decide derribar este estadio y construir otro adaptado al siglo XXI. El 26 de mayo de 2013 se disputa en La Catedral el último partido oficial. El Athletic venció al Levante UD con un resultado de 0 a 1.
El nuevo estadio San Mamés
El nuevo San Mamés se levantó, prácticamente, en el mismo espacio que ocupaba el antiguo, y lo hizo en dos fases para que el Athletic no tuviese que disputar partidos fuera de casa durante la construcción. Su arquitectura, propia del siglo XXI, muestra una estética moderna en consonancia con la nueva imagen vanguardista de Bilbao. Es, por tanto, una parada obligada en cualquier itinerario arquitectónico por la ciudad. En 2015 el estadio recibió el premio al mejor edificio deportivo del mundo en el World Architecture Festival, y dos años después el Venue of the Year en el World Football Summit.
Te damos algunos datos técnicos para ponerte en situación: el nuevo San Mamés tiene una superficie de 114.500 m2, el proyecto fue realizado por el estudio IDOM, se terminó de construir en 2014, y su capacidad es de 53.331 espectadores. Los arquitectos pretendían que su diseño exterior no desentonara con los edificios cercanos, y que su espacio interior estuviese bien aprovechado en todos sus rincones.
El estadio se asoma a la ría de Bilbao por lo que incluso cuando se está realizando algún paseo fluvial su fachada emerge como una sucesión de elementos retorcidos blancos que aportan dinamismo (están realizados con EFTE, un tipo de polímero termoplástico que puede iluminarse de cualquier color). Las gamas cromáticas neutras y el contraste con el rojo del equipo realzan aún más su estética, tanto interna como externa. Por la noche, iluminado, resulta mucho más espectacular. Es el primer campo de fútbol con el certificado de edificación sostenible LEED, la más reconocida a nivel mundial.
También debemos resaltar que el graderío, muy inclinado hacia el campo de juego, cuenta con cojines de EFTE. Este efecto de inclinación, que también era propio del Antiguo San Mamés, forma parte de la emoción del espectador que parece estar casi encima del terreno de juego. De hecho, ya en La Catedral se hablaba de que era una auténtica “olla a presión”.
Visita al estadio de San Mamés: AC Museoa y Tour
Si te ha parecido interesante lo que te hemos contado y quieres saber más datos, puedes visitar el estadio en un itinerario organizado y también recorrer su museo. En el interior del estadio San Mamés te sorprenderá la organización del espacio, con zonas de reuniones y de ocio, cafeterías, dos restaurantes (San Mames Jatetxea y La Campa de Los Ingleses), tienda oficial, museo y, también, un polideportivo bajo sus gradas. ¡Increíble aprovechamiento del lugar!
La experiencia en el Athletic Club Museoa ha sido diseñada para que el visitante disfrute de la historia del club rojiblanco y de sus grandes gestas. En este espacio de 1.400 m2 se pueden recorrer sus cien años de trayectoria de una forma amena e interactiva. Allí se concentran más de 1.000 piezas y 900 vídeos del archivo del club.
Esa misma emoción se siente al hacer el tour por la casa de “Los Leones”, ya que tendrás la oportunidad de pisar el campo de juego, entrar al vestuario del primer equipo, salir por el túnel como si fueses un jugador, hacerte un selfi con el afamado “Pichichi”, sentarte en el banquillo, visitar la sala de prensa y la zona mixta, y, además, admirar la vista panorámica desde el palco presidencial y la zona VIP. Sin duda, un sueño cumplido para los aficionados al fútbol.