Situado en la desembocadura de la ría de Bilbao, concretamente en la margen izquierda, Portugalete es una bonita villa marinera célebre por el Puente Colgante o Puente Bizkaia que la une con la localidad de Getxo y que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Un puente de hierro, obra de Alberto Palacio y Elissague, que fue inaugurado en 1893 y que es todo un alarde de la ingeniería civil.
Hay que recorrer despacio el casco histórico de Portugalete, con sus estrechas y empinadas calles que hablan de su origen medieval. Entre su patrimonio monumental, hay que fijarse en la emblemática Torre Salazar, del siglo XIV, y en la Basílica de Santa María, un templo gótico-renacentista que conserva en su interior un magnífico retablo mayor esculpido en madera.
No hay que olvidar la gran oferta cultural de Portugalete, donde, desde hace más de 40 años, se celebra el Festival Internacional de Folclore coincidiendo con la festividad de Santiago y al que llegan bailarines de todas las partes del mundo.
- El Puente Vizcaya o Puente Colgante
- Casco viejo de Portugalete
- Plaza del Solar
- La Canilla
- Parque Doctor Areilza
- Paseo Marítimo
- Dónde comer en Portugalete
- Qué ver cerca de Portugalete
- Dónde dormir cerca de Portugalete
El Puente Vizcaya o Puente Colgante
La importancia el Puente Colgante o Puente Bizkaia de Portugalete es que fue el primer transbordador que se construyó en el mundo con una estructura metálica. Está situado en la boca del río Ibaizabal, en el tramo final de la Ría de Bilbao, y en 2006 fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco por ser una de las construcciones más significativas de la Revolución Industrial europea y de la arquitectura del hierro. De este puente dicen que es “un sueño de hierro laminado”. Merece la pena subir a la pasarela superior del puente, situada a 45 metros de altura, y descubrir la bonita vista que se divisa de la ría de Bilbao.
Casco viejo de Portugalete
Pasear por el casco histórico de Portugalete (Bilbao) es retroceder en el tiempo hasta la mismísima Edad Media. Sus calles estrechas y empinadas son, junto con el Puente de Bizkaia, el gran reclamo turístico de esta villa marinera que ha sabido mantener la esencia de otro tiempo. Los grandes atractivos del casco histórico son la basílica de Santa María, de estilo gótico-renacentista, y la Torre de los Salazar, construida en el año 1379 y que pertenece a una conocida familia de Vizcaya. También merece la pena acercarse hasta el convento de Santa Clara, con su campanario renacentista-plateresco, y disfrutar de los numerosos palacetes que construyó la burguesía bilbaína en el casco histórico de Portugalete entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Plaza del Solar
La Plaza del Solar de Portugalete es la del Ayuntamiento, edificio que preside este lugar con sus bajos porticados, lo más llamativo de la fachada de estilo neoclásico. Pero hay otros elementos igualmente llamativos en este espacio urbano.
Entre ellos, el kiosco de la música, una obra de Emiliano Pagazaurtundúa de 1912 en torno al cual se celebra el animado Mercado de las aldeanas. Y también está el monumento al empresario local Víctor Chávarri (promotor de los Altos Hornos de Vizcaya), realizado por el escultor Miguel Blay en 1903.
La Canilla
Este es el nombre de la histórica estación de ferrocarril de Portugalete, inaugurada en el año 1898. Un magnífico edificio de inconfundible estilo clásico que, sin duda, es uno de los más bonitos de la localidad. Dentro del catálogo monumental portugalujo destaca por su característica torre del reloj y la fachada pintada de vivos colores.
Hoy, perdida su función de recepción ferroviaria, es la sede la de oficina de turismo, además de albergar algunas dependencias municipales en la primera planta. Se trata de un lugar de paso obligado para quien pise por primera vez la ciudad.
Parque Doctor Areilza
El autor del proyecto de este parque con vocación de jardín botánico fue Emiliano Pagazaurtundúa, responsable también del kiosco de la música de la Plaza del Solar y otras obras en la ciudad. Se abrió al público en 1913 en uno de los entornos más escenográficos de Portugalete, sobre los acantilados y con magníficas vistas al mar.
Su construcción la promovió la burguesía industrial bilbaína de principios del siglo XX, muchos de cuyos integrantes eligieron esta localidad como destino de sus vacaciones balnearias.
Paseo Marítimo
Los casi 2 kilómetros de longitud del Paseo Marítimo son, sobre todo en los días soleados, un activo punto de encuentro social en Portugalete. Se divide en tres tramos: Muelle Viejo, Muelle de Churruca y Muelle de Hierro. Cada uno con una fisonomía y personalidad diferentes.
El más llamativo es, quizás, el tramo central (de Churruca o Muelle Nuevo), flanqueado por varios edificios señoriales levantados a finales del siglo XIX. Es aquí donde se encuentra la construcción más icónica de la ciudad: el puente colgante (Puente Bizkaia).
Dónde comer en Portugalete
Es muy fácil comer bien en Portugalete, ya que a sus encantos naturales y patrimoniales suma excelentes productos “gourmet” y unas recetas tradicionales muy sabrosas y aptas para los paladares más exigentes. Algunos de los restaurantes donde comer bien en Portugalete son El Txangurro (Gregorio Uzquiano, 12), El Abra (Doña María Díaz de Haro, 6), Casa Vicente (Salcedo, 3), Las Tablas (Gregorio Uzquiano, 17), Txiki (El Solar Plaza, 5) o El Hule (Víctor Chavarri, 13).
Qué ver cerca de Portugalete
Conocida también como “Portu” o la “Villa Jarrillera”, en referencia a su tradición vinícola del txakoli, Portugalete tiene en sus alrededores muchos atractivos turísticos que merece la pena disfrutar en una escapada por la zona. Algunos destinos imprescindibles son los siguientes:
Getxo
Situado a 20 kilómetros del centro de Bilbao y bañado por las aguas del Cantábrico, Getxo se encuentra en medio de un paisaje de playas y acantilados. Célebre por el Puente Bizkaia, es un bonito municipio compuesto por Areeta-Las Arenas, Algorta, Andra Mari, Neguri y Romo. Además, Getxo es uno de los centros gastronómicos de Bizkaia, con multitud de bares en el Puerto Viejo para degustar sus populares pintxos. Sus diversos barrios y sus bonitos rincones se extienden por un área de 11 kilómetros cuadrados. Desde la Galea hasta el Molino de Aixerrota, hay una deliciosa ruta de acantilados.
Orozko
Rodeado por montañas, bosques, cuevas, caseríos y arroyos, este tranquilo municipio está atravesado por los ríos Altube y Arnauri. Uno de sus edificios más emblemáticos es la torre-palacio de Aranguren, del siglo XVI y con elementos góticos y renacentistas. Además de las iglesias de San Bartolomé de Olarte y de San Pedro de Murueta, merece la pena visitar el Museo Etnográfico, ubicado en la Casa Palacio Legorburu. Y si hay tiempo, disfrutar del Parque Natural de Gorbela.
Mungia
Con 17.000 habitantes, esta bonita localidad tiene algunas joyas arquitectónicas que merecen ser visitadas, como la antigua casa-torre de Torrebillela, de origen medieval, que acoge la actual Casa de la Cultura. Su Fuente de la Concordia es un homenaje al acuerdo y el diálogo. Mungia posee numerosos caseríos en sus barrios y algunos datan de los siglos XVI y XVIII, como el de Landetxo Goikoa, considerado el caserío más antiguo de Bizkaia. También cuenta con dos puentes románicos y molinos de agua a los que merece la pena acercarse.
Balmaseda
Testigo del paso de peregrinos y comerciantes, Balmaseda posee un gran legado medieval y ferroviario. Además, su entorno natural, salpicado de montañas, bosques y ríos, ofrece la posibilidad de disfrutar de numerosos planes al aire libre. Entre su rico patrimonio monumental, destacan las iglesias de San Severino, del siglo XV, y de San Juan, un templo gótico situado en la margen izquierda del Kadagua. También merece la pena visitar el convento de Santa Clara y los palacios de Urrutia y Horcasitas, así como el Puente Viejo o de La Muza, con su torreón.