Lekeitio, una pintoresca villa marinera en la costa de Bizkaia, es uno de esos lugares donde el tiempo parece detenerse. Rodeada por el azul del Cantábrico y flanqueada por montañas verdes, en Lekeitio se funde la tranquilidad de un pequeño pueblo pesquero con una rica y profunda cultura local que lo impregna todo. Sus estrechas calles empedradas, un puerto que parece sacado de un cuadro y la majestuosidad de su basílica gótica, hacen de Lekeitio un destino irresistible para quienes buscan una experiencia auténtica. Más allá de sus atractivos históricos y arquitectónicos, esta villa también es famosa por sus playas doradas y su Faro de Santa Catalina, que invita a soñar con lejanos horizontes. Descubrir Lekeitio es dejarse llevar por el encanto del mar, la tradición y la hospitalidad de su gente.
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- Historia de la localidad: Lekeitio, de puerto ballenero a joya turística de la costa vasca
- Qué puedes ver en tu visita a Lekeitio: entre el bullicio del puerto y la serenidad del faro
- Playas cercanas: paraísos naturales que en marea baja ‘conectan’ con la isla de San Nicolás
- Dónde comer en Lekeitio: sabores del mar y la tierra en cada plato
- Qué puedes ver en los alrededores: un monasterio del siglo X y un bosque que es una obra de arte
Historia de la localidad: Lekeitio, de puerto ballenero a joya turística de la costa vasca
La historia de Lekeitio es un testimonio vivo de su estrecha relación con el mar. Fundada en 1325, aunque habitada desde mucho antes, Lekeitio surgió como un puerto ballenero vital en la costa del Golfo de Vizcaya. En aquellos tiempos, la caza de la ballena franca y del bacalao no solo era un medio de subsistencia sino también una fuente de riqueza para la villa. Durante los siglos XV y XVI, las embarcaciones lekeitiarras se adentraban en el Atlántico en busca de estos preciados cetáceos. Los productos derivados de la ballena, como el aceite para lámparas, eran altamente valorados y exportados a otros países europeos, proporcionando prosperidad a la villa y consolidando su reputación como puerto ballenero. La importancia de esta actividad se refleja en la arquitectura del lugar, como en las casas de los armadores y comerciantes que se pueden ver en el casco antiguo.
Sin embargo, el esplendor de la pesca ballenera no duró para siempre. Con el declive de esta actividad en los siglos posteriores, Lekeitio tuvo que adaptarse y diversificar su economía. A partir del siglo XVIII, la villa vivió un resurgir con el desarrollo de nuevas industrias, como la pesca del bacalao y la construcción naval. Estas industrias, junto con el comercio marítimo, mantuvieron la vitalidad de su puerto y su mercado. A su vez, la situación geográfica de Lekeitio y su hermosa costa la convirtieron en un lugar atractivo para las familias nobles y burguesas que buscaban establecer allí sus residencias veraniegas. Durante el siglo XIX, muchas casas palaciegas y villas de estilo neoclásico y modernista comenzaron a erigirse, otorgando a la villa un aire distinguido y señorial que todavía perdura.
Uno de los hitos históricos más notables de Lekeitio es la construcción de la Basílica de la Asunción de Santa María, una joya del gótico tardío vasco que data del siglo XV. Este imponente templo es una evidencia de la riqueza que la villa alcanzó gracias a sus actividades marítimas y comerciales. Además, los restos de las murallas medievales que protegían el núcleo urbano dan fe de un pasado en el que la defensa de la villa era fundamental frente a los ataques de piratas y corsarios que rondaban las costas vascas.
El siglo XX trajo consigo la transformación definitiva de Lekeitio, que pasó de ser un puerto pesquero tradicional a un destino turístico emergente. La belleza natural de su entorno, con playas de arena dorada como Isuntza y Karraspio, así como su casco histórico perfectamente conservado, comenzó a atraer a visitantes de todas partes. Además, el puerto deportivo de Lekeitio se ha modernizado, y hoy en día, además de su uso pesquero, sirve de atracción para los amantes de la náutica. Sin perder su esencia marinera, Lekeitio ha sabido reinventarse como un punto de referencia cultural y turístico, combinando su herencia histórica con una vibrante oferta de actividades para los visitantes.
Qué puedes ver en tu visita a Lekeitio: entre el bullicio del puerto y la serenidad del faro
El Puerto de Lekeitio: el corazón marinero de la villa
El Puerto de Lekeitio es sin duda uno de los lugares más emblemáticos de la villa. Este puerto, que ha sido testigo de siglos de historia marítima, es hoy en día un espacio vibrante donde se mezcla la tradición pesquera con un ambiente más moderno. Pasear por el puerto es como retroceder en el tiempo: todavía se pueden ver pequeñas embarcaciones de pesca atracadas junto a modernas lanchas de recreo. Aquí, los pescadores locales siguen trayendo el pescado fresco que luego se sirve en los restaurantes cercanos, ofreciendo un espectáculo de vida cotidiana que pocos lugares pueden igualar.
Además, el puerto ofrece unas vistas espectaculares de la Isla de San Nicolás, conocida como «Garraitz» por los locales, un pequeño islote que emerge a unos pocos metros de la costa y que es accesible a pie durante la marea baja. Subir hasta la parte alta del puerto permite al viajero disfrutar de una vista panorámica de la villa y su entorno, con la Basílica de la Asunción dominando el horizonte. Es también el lugar ideal para sentarse en una terraza y disfrutar de una copa de txakoli, el vino típico de la región.

Casco Antiguo: un laberinto de calles con siglos de historias
El Casco Antiguo de Lekeitio es un entramado de calles estrechas y empedradas que han permanecido prácticamente inalteradas desde la Edad Media. Aquí, el visitante puede perderse en un laberinto de casas de piedra con balcones de hierro forjado y fachadas coloridas, muchas de las cuales cuentan con escudos de armas que narran historias de antiguas familias nobles y marineros de alto linaje. La Plaza de la Independencia, con sus soportales, es el centro neurálgico del casco antiguo y un lugar perfecto para disfrutar de la vida local.
Entre los edificios más destacados se encuentra la Torre de Zubieta, una casa-torre medieval que simboliza el poder defensivo de la villa en siglos pasados. También es recomendable visitar la Casa de Oxangoiti, un edificio renacentista que ilustra la riqueza que la pesca de la ballena trajo a Lekeitio en tiempos antiguos. El casco antiguo es un lugar ideal para explorar sin rumbo, descubriendo pequeños detalles como fuentes escondidas, antiguas tabernas y tiendas artesanales.
Basílica de la Asunción, un tesoro gótico junto al mar
La Basílica de la Asunción de Santa María, con su impresionante fachada gótica, es uno de los monumentos más significativos de Lekeitio. Construida entre los siglos XV y XVI, este templo se levanta majestuoso cerca del puerto y es considerado uno de los mejores ejemplos del gótico vasco. Al entrar, los visitantes quedan maravillados por la altura de sus naves, las bóvedas de crucería y la luminosidad que atraviesa sus vitrales.
El interior de la basílica alberga uno de los mayores tesoros de la villa: un retablo flamenco de madera dorada del siglo XVI, considerado una obra maestra del Renacimiento en el País Vasco. Este retablo, ricamente tallado y policromado, es un reflejo de la prosperidad que vivió Lekeitio durante esa época. Además, la basílica ofrece una torre campanario que se puede visitar, desde donde se obtienen vistas panorámicas excepcionales de la villa, el puerto y el Cantábrico.
Faro de Santa Catalina: donde el mar abraza el horizonte
Situado en un acantilado a las afueras de Lekeitio, el Faro de Santa Catalina es uno de los puntos más mágicos de la villa. Este faro, construido en el siglo XIX, es un mirador excepcional que ofrece vistas inigualables del Golfo de Bizkaia y las montañas que lo rodean. Además de su función como guía para los navegantes, el faro alberga un centro de interpretación marítimo donde los visitantes pueden aprender sobre la historia de la navegación y la importancia del mar en la vida de Lekeitio.
El Faro de Santa Catalina no solo es un lugar de interés histórico, sino también un espacio para el relax y la contemplación. Los senderos que rodean el faro son perfectos para pasear mientras se disfruta de la brisa marina y el sonido de las olas rompiendo contra las rocas. Al atardecer, el faro se convierte en el escenario ideal para disfrutar de una de las puestas de sol más hermosas de la costa vasca.

Playas cercanas: paraísos naturales que en marea baja ‘conectan’ con la isla de San Nicolás
Lekeitio es conocido también por sus hermosas playas, ideales para relajarse y disfrutar del sol. La Playa de Isuntza, ubicada en el mismo centro de la villa, es la más accesible y popular. Con su arena dorada y aguas tranquilas, es perfecta para familias y aquellos que buscan un día de descanso junto al mar. Con marea baja, se puede llegar a la cercana Isla de San Nicolás caminando sobre un muro de cemento conocido como “malecón” que está cubierto por el agua el resto del tiempo.
Otra playa destacada es la Playa de Karraspio, situada al otro lado del río Lea y a pocos minutos a pie del centro de Lekeitio. Este arenal más amplio y salvaje ofrece un entorno natural menos concurrido, ideal para quienes buscan tranquilidad y espacio. En Karraspio, se pueden practicar deportes acuáticos como el surf y el paddle surf, gracias a sus olas suaves y constantes. En marea baja, también es posible alcanzar desde aquí la isla de San Nicolás caminando por la arena.
Esta isla, que fue utilizada durante la Edad Media como colonia de leprosos, acoge ahora un mirador con unas vistas impresionantes de Lekeitio, sus playas y el resto de la costa vasca.

Dónde comer en Lekeitio: sabores del mar y la tierra en cada plato
La oferta gastronómica de Lekeitio es rica y variada, destacando por la calidad de sus productos frescos del mar y la tierra. Un lugar imprescindible es el Mesón Arropain, conocido por su excelente parrillada de pescado y mariscos, que se prepara con el mejor género del puerto local. También es famoso por sus pintxos y platos tradicionales, como el bacalao a la vizcaína.
Otra opción altamente recomendada es Lumentza Taberna, un restaurante familiar que combina la tradición vasca con un toque contemporáneo. Sus platos, desde el marmitako de bonito hasta el chuletón de buey, son una oda a la cocina vasca. Además, sus pintxos y raciones son perfectos para acompañar con un buen txakoli o una sidra local.
Qué puedes ver en los alrededores: un monasterio del siglo X y un bosque que es una obra de arte
Más allá de Lekeitio, el visitante puede descubrir la belleza natural y cultural que ofrece la comarca de Lea-Artibai. Muy cerca se encuentra el Monasterio de Zenarruza, un lugar de retiro espiritual enclavado en un entorno de gran belleza natural. Este antiguo monasterio, fundado en el siglo X, ofrece un interesante recorrido por su iglesia, su claustro y su pequeño museo.
Otro punto de interés es el Bosque de Oma, una obra de arte al aire libre creada por el pintor y escultor Agustín Ibarrola. Este «bosque pintado», situado en Kortezubi, a unos 30 minutos en coche de Lekeitio, es un lugar único donde la naturaleza y el arte se fusionan en una experiencia sensorial inigualable.
