Desde su nacimiento en el monte Oiz, el río Oka avanza hacia el Cantábrico creando un paradisíaco entorno de vida y belleza a su alrededor. No son solo las marismas que el río forma en el estuario de su desembocadura, visitadas por miles de aves en tránsito cada año, sino los robledales y encinares cantábricos, las playas salvajes tan apreciadas por los surfistas, los acantilados imposibles y los pueblecitos costeros de espíritu marinero que pueblan los alrededores. Por todo ello, el espacio natural de Urdaibai, en la provincia de Vizcaya, fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1984.

  1. Un paraíso para el birdwatching
  2. Pueblos de la Reserva Urdaibai: donde la tradición pesquera vasca aún vive
  3. San Juan de Gaztelugatxe, el lugar más cinematográfico de Euskadi
  4. Playas de Laida y Laga, paraísos salvajes para los surfistas
  5. Gernika: una visita al corazón del País Vasco
  6. Bosque de Oma y Cueva de Santimamiñe: los tesoros del interior

Reserva de la biosfera de Urdaibai

Un paraíso para el birdwatching

El águila pescadora, la espátula común, el avetoro…son aves raras de avistar en la Península Ibérica que se pueden encontrar en la Reserva de Urdaibai, visitada cada año por cerca de 250 especies que vienen a pasar el invierno o paran para continuar su migración. Para aprovechar toda esta riqueza ornitológica, en 2012 se inauguró el Urdabai Bird Center, un observatorio privilegiado desde el que contemplar el ajetreo de este gran “aeropuerto internacional” de aves que es el estuario del río Oka.

Pueblos de la Reserva Urdaibai: donde la tradición pesquera vasca aún vive

Mundaka

El puerto pesquero y las estrechas callejuelas del centro de Mundaka, situado en la margen izquierda de la desembocadura de la ría, son la mejor expresión de la tradición marinera del pueblo vasco. Es un placer pasear junto a sus pintorescas casas de colores, o subir hasta el mirador de la Atalaya, a la sombra de la iglesia de Santa María. Y constituye casi una obligación acercarse hasta la ermita de Santa Catalina, un lugar inmejorable para contemplar los kilómetros de arenales del estuario de la reserva de Urdaibai. Los surferos conocerán Mundaka por sus increíbles olas –el municipio presume de tener la mejor ola izquierda de Europa- y las competiciones internacionales que acoge cada año.

Mundaka
Mundaka

Bermeo

En pocos sitios se siente más la tradición pesquera que en Bermeo, que fue la capital de Vizcaya hasta 1602. Y es que casi todo en esta localidad está relacionado con la mar, desde las coloridas casas de pescadores del puerto hasta el Museo del Pescador, la ruta de las estatuas (que ilustran la forma de vida de sus antiguos habitantes) y el Aita Guria, un museo flotante que recrea uno de los galeones que viajaban hasta Terranova para cazar ballenas en el siglo XVI.

Bermeo
Bermeo

Elantxobe

Abrigado en el cabo Ogoño, casi como aferrado entre los acantilados y el mar, encontramos Elantxobe, uno de los pueblos más espectaculares de Vizcaya por su extraordinaria ubicación. Protegido de los embates del mar por varios muelles desde 1783, podemos adentrarnos entre sus empinadas calles y edificios escalonados para visitar la iglesia de San Nicolás de Bari, construida en honor al patrón de los marineros.

Elantxobe
Elantxobe

San Juan de Gaztelugatxe, el lugar más cinematográfico de Euskadi

Un islote azotado por las olas en cuya cima se erige desde el siglo X una ermita dedicada a San Juan Bautista. Un estrecho puente de piedra como único nexo con tierra firme. Un zigzagueante y tortuoso camino de 241 peldaños hasta la ermita, donde según la leyenda todo aquel que toque la campana tres veces verá cumplido el deseo que pida. Parece una secuencia de película, pero lo es: se trata de San Juan de Gaztelugatxe, quizá el lugar más bello y espiritual de la costa vizcaína. De hecho, el pequeño templo acoge ofrendas de marineros que salvaron la vida en algún naufragio.

Este espectacular enclave no pasó desapercibido para los productores de la serie de Juego de Tronos, que lo eligieron como localización para Rocadragón, uno de los escenarios más reconocibles de la séptima temporada de la serie.

Vista general de San Juan de Gaztelugatxe
Vista general de San Juan de Gaztelugatxe

Playas de Laida y Laga, paraísos salvajes para los surfistas

La reserva de Urdaibai es más rica en acantilados que en playas. De las 12 que podemos visitar, merece destacar las playas de Laida y Laga. La primera, con casi un kilómetro de arena fina, es la más grande de Urdaibai, surcada de dunas que protegen del viento frío a los visitantes. Es ideal para hacer windsurf, piragüismo, paddle surf, vela y, sobre todo, surf, ya que desde esta playa se puede acceder a la famosa ola izquierda de Mundaka.

A pocos kilómetros encontramos la Playa de Laga. Con unos 600 metros de longitud, es una playa salvaje, abierta por completo a las olas del mar Cantábrico y rodeada por grandes rocas, vegetación y acantilados. Un lugar paradisíaco, de aguas cristalinas, perfecto para sentarse a contemplar las piruetas de los surfistas.

Playa de Laida
Playa de Laida

Gernika: una visita al corazón del País Vasco

Lo primero que viene a la cabeza cuando se habla de Gernika y Luno, capital de la comarca de Busturialdea junto a Bermeo, es el famoso cuadro de Pablo Picasso inspirado en el horroroso bombardeo que sufrió la localidad en 1937, cuando quedó destruida en un 90%. Gernika, sin embargo, es mucho más que un símbolo de paz frente al horror de la guerra. Es la cuna de la historia y libertades políticas del pueblo vasco, representadas en la antigua Casa de Juntas –actual sede de las Juntas Generales de Vizcaya- y, sobre todo, en el famoso Árbol de Guernica, bajo cuyas ramas los señores de Vizcaya constituyeron en el siglo XIV los “fueros” que han dotado al País Vasco de una amplia autonomía. Gernika merece una visita también por su Museo de Euskal Herria y el Parque de los Pueblos de Europa, presidido por la simbólica escultura Gure Aitaren Etxea, del gran artista donostiarra Eduardo Chillida.

Gernika árbol
Gernika

Bosque de Oma y Cueva de Santimamiñe: los tesoros del interior

Urdaibai esconde dos lugares que, pese a ser quizá menos conocidos, brillan con luz propia en el interior de esta reserva natural, localizados ambos en el término municipal de Kortezubi. En las faldas del monte Ereñozar aguarda la Cueva de Santimamiñe, que fue descubierta accidentalmente por unos adolescentes en 1916. Lo que se encontraron fue el yacimiento arqueológico más importante de Vizcaya, con restos de asentamientos humanos de hace 14.000 años y pinturas rupestres de bisontes, caballos, cabras, ciervos y osos pardos que datan del periodo Magdaleniense del Paleolítico Superior (13.000 a.C.).

Oma bosque Urdaibai
Bosque de Oma

A apenas 3 kilómetros, en la localidad de Kortezubi, podemos visitar el Bosque Pintado (o Encantado) de Oma.

Debe su nombre a las coloridas figuras y formas geométricas que el artista vasco Agustín Ibarrola, desaparecido a finales de 2023, pintó sobre las cortezas de los pinos a finales de los años 70 del pasado siglo. De esta forma, creó un lienzo viviente que va cambiando ante nuestros ojos, según la perspectiva desde la que lo miremos.

El objetivo del genial artista bilbaíno fue colocar al espectador como centro de la obra, integrándolo como una parte activa de la misma.

El Bosque de Oma se puede visitar por libre o mediante una visita guiada (opción recomendable). En ambos caos es necesario realizar una reserva de la entrada. Hay que tener en cuenta que solo se puede acceder a pie hasta el bosque, en una ruta de unos 2,8 kilómetros desde Santimamiñe. Una vez en el bosque los senderos se extienden en torno a 1,5 kilómetros, por lo que es aconsejable reservar suficiente tiempo para la visita y llevar un calzado cómodo y adecuado a la irregularidad del terreno.