Saltos de agua, manantiales, cascadas, arroyos, riachuelos… La Garganta de los Infiernos es la gran fuente de agua de Cáceres, una impresionante reserva natural situada junto a las sierras de Tormantos y de Gredos, en pleno Valle del Jerte. Es, evidentemente, un espacio que atesora una gran abundancia de agua que, finalmente, acaba desembocando en el cauce del río Jerte y generando una gran riqueza de flora y fauna.

El entorno de la Garganta de los Infiernos es francamente digno de disfrutar, ya que sus paisajes son espectaculares. Dos de sus espacios más singulares son la zona de Los Pilones, singular por la presencia de marmitas gigantes, y el Chorrero de la Virgen, un gran salto de agua que se puede observar desde el mirador del mismo nombre.

Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos: pozas naturales y valle del Jerte

Las marmitas gigantes son grandes pozas que han sido excavadas en la roca de forma natural debido a la erosión fluvial. Durante el verano, son muchos los visitantes que aprovechan las altas temperaturas para darse en ellas un baño de agua fría, así que no te olvides del bañador ni de las sandalias de goma si visitas la zona durante el estío. Acceder a las pozas, además, no resulta peligroso, siempre que tomes las precauciones necesarias para no resbalar y, así, evitar caídas.

 

 

Sin embargo, la Garganta de los Infiernos se puede visitar en cualquier estación del año. Si durante el verano nos podemos dar un chapuzón en las marmitas, durante el otoño e invierno encontraremos más agua y caudal en los ríos y arroyos, y en primavera descubriremos la floración de los cerezos. Este último fenómeno atrae hasta el valle del Jerte a visitantes del mundo entero.

Garganta de los Infiernos

Qué ver en la Garganta de los Infiernos

La Garganta de los Infiernos está situada a una altitud que oscila entre los 300 y los 2.281 metros, por lo que su flora varía de una zona a otra. Las cotas más altas se alcanzan en la Cuerda de los Infiernillos (2.281 metros) y en el Cerro del Estecillos (2.290 metros), que limitan el antiguo valle glaciar de la Garganta de la Serrá. Por esta razón, la reserva cuenta con una gran variedad de ecosistemas que propicia la diversidad de especies animales. Podrás descubrir rapaces como los milanos y los ratoneros, además de buitres leonados, búhos reales, águilas reales y culebreras, halcones peregrinos y azores. Y entre los mamíferos, hay abundancia de gatos monteses, ginetas y cabras montesas.

La reserva, en la que encontrarás abundancia de robles, madroños, castaños y cerezos, cuenta con un centro de interpretación situado junto a la carretera que bordea el valle del Jerte, la N-110, aproximadamente a unos 3 kilómetros de Cabezuela del Valle. Desde este centro, salen dos rutas de senderismo muy bien señalizadas que recorren gran parte del espacio de la Garganta de los Infiernos.

Rutas por la Garganta de los Infiernos

La ruta principal de senderismo es circular y está señalizada en los colores amarillo y blanco. Tiene unos 16 kilómetros de longitud y se tarda unas 6 horas en completarla. La verdad es que merece la pena aventurarse por ella, porque el paisaje es precioso y podrás descubrir las especies más significativas de la flora y la fauna de la Garganta de los Infiernos.

Dentro de esta misma ruta, está incluido un segundo recorrido más corto que lleva hasta Los Pilones y que tiene una señalización verde y blanca. En este caso, se trata de un recorrido lineal de unos 3 kilómetros, por lo que en total habrá que caminar 6 kilómetros para volver al punto de partida. Esta última ruta es ideal para hacer con niños, ya que también hay merenderos.

Un mirador para descubrir el horizonte

Antes de alcanzar Los Pilones, existe la posibilidad de desviarse hasta el mirador del Chorrero de la Virgen, una opción que bien merece la pena porque el paisaje que se vislumbra desde aquí es impresionante. Garganta de los Infiernos

No olvides que en la zona hay empresas especializadas en hacer rutas con vehículos todoterreno que, además de permitirnos visitar la zona con comodidad, nos explicarán todo tipo de detalles relacionados con esta reserva natural de 7.000 hectáreas que pertenece a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura.

Un dato extra para los curiosos

Debido al microclima de la zona y a la abundancia de caza, pesca y frutos, durante la época celta los pastores ya se instalaron en la Garganta de los Infiernos con sus ganados. Se sabe que en el año 218 a.C. hubo aquí asentamientos de castros y villas, y que los pobladores de esta zona se las tuvieron que ver con Aníbal, sin que éste pudiera vencerlos. Mucho después, los árabes dieron nombre al río, el Xerete, que significa “aguas cristalinas”. Y más tarde, durante el siglo XVI, el emperador Carlos V atravesó el entorno de la reserva natural en su viaje hacia el monasterio de Yuste y se sabe que pasó la noche del 11 de noviembre de 1556 en Tornavacas, donde degustó unas buenas truchas del Jerte. Hoy se conmemora aquel viaje con una “Ruta de Carlos V, célebre entre los montañeros.