El palacio de Carvajal, en la misma plaza de la Concatedral de Santa María, atesora un sinfín de maravillas, tantas que se extienden más allá de sus cuatro paredes. En él encontramos desde elementos almohades a renacentistas, obras de arte pertenecientes al Museo del Prado o un centro de turismo. Su historia ha tenido hueco para todo, desde un incendio en el siglo XIX por el que el palacio pasó a conocerse  como ‘Casa Quemada’ hasta una maldición que se llevó por delante a todo un rey de León y Castilla. Erigido en el siglo XVI, tiene asimismo adosada una torre defensiva circular almohade, del siglo XII, desde la que podemos observar una panorámica completa de Cáceres y su entorno.

El patio del palacio de Carvajal esconde también un hermoso jardín adornado por flores y diferentes árboles, en el que también crece una higuera cuatro veces centenaria. A través de él podemos acceder al centro de interpretación de la Provincia de Cáceres, o la sede del servicio de Turismo de la Diputación Provincial. El palacio también dispone de pinturas y grabados de los fondos del Museo del Prado, tapices de gran valor y mobiliario original de la familia, así como frescos repartidos por sus estancias.

 

 

La maldición del palacio de Carvajal

Palacio de Carvajal
Antigua cocina del Palacio de Carvajal

Por tener cosas, el palacio de Carvajal carga además con la historia de una maldición, la que echaron dos hermanos de la familia Carvajal, comendadores de la Orden de Santiago, al rey Fernando IV de León y Castilla poco antes de su terrible condena a muerte, ordenada por el propio monarca. Los hermanos Juan y Pedro Alfonso de Carvajal, que por entonces tenían en propiedad y usufructo la torre Redonda, fueron condenados a ser arrojados en una jaula de hierro, cubierta de púas en su interior, desde la cima de la peña de Martos. La sentencia se cumplió el 7 de agosto de 1312.

La acusación contra los dos hermanos era grave: habían dado muerte al favorito del rey, Juan Alfonso de Benavides. No obstante, Juan y Pedro Alfonso siempre se declararon inocentes, víctimas de un complot organizado por el rey Fernando IV para quitar de en medio a nobles incómodos como ellos. Siendo descubierto Benavides, los dos hermanos Carvajal le dieron muerte en defensa propia.

El palacio de Carvajal todavía recuerda este episodio. Los dos hermanos condenados siempre defendieron su inocencia y, poco antes de cumplirse su condena, emplazaron al rey a someterse al juicio de Dios en el plazo de un mes si ellos habían muerto sin culpa alguna. Sorprendentemente, antes de cumplirse los 30 días fijados por la profecía, ésta se cumplió y el rey Fernando IV de León y Castilla falleció, pasando a la posteridad como ‘el Emplazado’. Desde ese día, la banda diagonal que atraviesa el escudo de los Carvajal, antes dorada, está cubierta para siempre de negro luto.

El palacio de Carvajal de Cáceres desde fuera

En un costado de la Concatedral de Santa María, desde el que nace la estrecha calle Amargura, se encuentra el magnífico palacio de Carvajal de Cáceres. Igual que la propia Concatedral o que el palacio de Mayoralgo, ambos en la plaza de Santa María, el palacio de la familia Carvajal luce sillares de granito de tonalidades claras y finamente recortados.

En su fachada se abre un amplio arco de medio punto, de grandes dovelas, siguiendo el estilo renacentista. El palacio de Carvajal, cuya construcción se inicia a finales de la Edad Media, cuenta también con elementos góticos, el más notable es el arco apuntado que se abre en el balcón de una de sus esquinas. Estos balcones son un rasgo distintivo de la arquitectura nobiliaria en Trujillo y Cáceres. Enmarcado en un alfiz sobre el arco de entrada se despliega el sobrio escudo de la familia Carvajal, de gran tamaño, adornado por un yelmo que mira de frente, en señal de la elevada posición del linaje, y un león en su cimera, símbolo de poder.

El palacio de Carvajal fue declarado Bien de Interés Cultural e incluido en la Ruta por el Patrimonio Unesco de Cáceres. Además de su fachada, su patio porticado o sus obras de arte, uno de los elementos de mayor interés es su torre almohade, del siglo XII y de forma circular. Alberga en su base una capilla con frescos manieristas de Juan Bautista Pachi. Muy diferente al conjunto, con una mampostería irregular, pequeñas ventanas y arpilleras para disparar proyectiles, fue propiedad de los Carvajal antes de construirse el palacio. Desde la parte superior de la torre podemos contemplar las vistas de la ciudad entera.

Las riquezas del palacio

Palacio de Carvajal
Patio del Palacio de Carvajal

Si algo no falta en el palacio de Carvajal son cosas interesantes que ver en cada uno de sus rincones. No son todas, pero les dejamos algunas de las más importantes:

  • Vestíbulo: el palacio nos recibe con un vestíbulo de bóvedas de arista, en el que se halla una maqueta de gran tamaño y realismo de la ciudad monumental de Cáceres, de Vicente Ruiz. Además, tenemos una escultura policromada de estilo gótico, de autor anónimo, que representa a San Jorge venciendo al dragón de la famosa leyenda.
  • Patio: es el rincón más encantador de la visita. Posee distintos niveles y un número abundante de árboles y plantas. Este espacio verde nos ofrece una de las hermosas paredes interiores del palacio de Carvajal, con ventanas góticas de tracería y otras enmarcadas entre bellas columnas. Desde el patio podemos tomar una escalera, de sillares de cantería, en la que hay un tapiz del siglo XVI del taller flamenco de Turnai, cuyos artículos eran considerados de elevado lujo en la época.
  • Torre Redonda: esta torre del siglo XII de tipo defensivo, con pequeñas ventanas y aspilleras para permitir lanzar proyectiles, es de época almohade y fue propiedad de los Carvajal antes de ser adosada al palacio. Desde su altura tenemos una hermosa panorámica de la ciudad de Cáceres y los suaves y verdes montes que la rodean, mientras que en su base se encuentra una capilla cubierta con una bóveda semiesférica. En ella están los frescos del maestro del manierismo Juan Bautista Pachi. Además, alberga otras pinturas de estilo manierista con escenas de temática religiosa y profana.
  • Claustro y pinturas: los cuadros expuestos en el claustro porticado del palacio de Carvajal proceden del fondo del Museo del Prado y se enmarcan en el siglo XVI y XVII. El claustro, además, tiene un valor artístico y arquitectónico importante, cubierto por sus cuatro costados por arcos mudéjares sostenidos sobre columnas de fustes lisos, de estilo tardogótico. Aquí se realizan multitud de exposiciones, o bien eventos como el famoso Belén gigante de Cáceres en Navidad.
  • Centro de interpretación de la Provincia de Cáceres: este centro, al que se accede a través del patio, es uno de los puntos más atractivos para los visitantes del palacio de Carvajal y de la provincia de Cáceres. Cuenta con tres salas centradas en la región y en las que hay material de todo tipo, incluyendo audiovisual e interactivo, motivo por el cual suele ser un buen reclamo para visitarlo con niños.