Una cúpula circular y blanca, coronada por otra de menores dimensiones, llama la atención de cuantos pasean la mirada por los tejados de los edificios que conforman el casco histórico de Cáceres; sobre todo si esos tejados se observan desde adarves como el de Santa Ana.
El conocido como palacio de Moctezuma (su nombre completo es palacio de Toledo-Moctezuma) lleva el apellido del mismísimo Moctezuma Xocoyotzin o Moctezuma II. Tecuichpo, una de las hijas del penúltimo emperador azteca, bautizada como Isabel Moctezuma, contrajo matrimonio con un extremeño y tuvo seis hijos. Éste era Juan Cano Saavedra, capitán que sirvió en América a las órdenes de Hernán Cortés durante la conquista de México. Como curiosidad se puede indicar que Isabel antes de casarse –y con solo 21 años– ya había enviudado cinco veces.
Aunque el palacio ya pertenecía a la saga familiar de los Toledo –fue construido entre los siglos XIV y XV–, su aspecto actual se lo debemos a la reedificación ordenada por un nieto de la pareja, Juan de Toledo Moctezuma, que se realizó entre los siglos XVI y XVII.
Las últimas obras de reacondicionamiento del palacio las llevó a cabo el Ministerio de Cultura ya en el siglo XX. Hasta hace unos años, sede del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de la ciudad de Cáceres, el palacio acoge actualmente las instalaciones del Archivo Histórico Provincial, dependiente de la Junta de Extremadura. Es por ello que, desafortunadamente, el palacio no está abierto al público con regularidad para visitas turísticas, a excepción de su patio. Si bien, no son pocas las ocasiones en las que es posible acceder porque se suelen organizar eventos y exposiciones.
Lo que sí puede hacer quien visite Cáceres, y es más que recomendable, es incluir el palacio en la ruta por el centro de la ciudad: merece la pena observar el edificio desde el exterior y recrearse con su fachada y en todos los detalles que la conforman, todo un reflejo de una historia que unió dos continentes.
El exterior del palacio de Moctezuma
El palacio está ubicado en la plaza del Conde de Canilleros y, partiendo desde allí, se puede rodear con calma. Ahora bien, si lo que se quiere es obtener una fotografía con una imagen digna de postal, en cuya composición se integren la muralla y el Palacio Episcopal, conviene alejarse un poco más y buscar la perspectiva perfecta desde un punto elevado, como el adarve de Santa Ana o la cercana Torre de Bujaco.
Una vez cerca, lo primero que se debe hacer es admirar la fachada. En ella la vista se topará con los escudos nobiliarios de todas las familias que fueron propietarias del palacio: el de los Toledo, por supuesto, pero también el de los Ulloa y los Carvajal, a quienes perteneció antes de aquellos, y el de los Moctezuma, saga a quien debe su particular carácter, mezcla del renacimiento ibérico y de las influencias aztecas. Además de los escudos nobiliarios, el palacio conserva algunos otros elementos de la construcción original, como las piedras labradas de la parte baja de la fachada principal.
La construcción cuenta con tres plantas: se puede observar que las dos primeras están hechas en mampostería mientras la tercera, por su parte, ha sido edificada en ladrillo. El ladrillo corresponde a la parte más nueva del palacio, una característica galería abierta con multitud de ventanales. La misma sucesión de mampostería en su parte inferior y ladrillo en la superior se replica en la torre cuadrada que se levanta en uno de los laterales, rematada por las cúpulas mencionadas al principio y que le otorgan al palacio su inconfundible fisonomía.
Los interiores de palacio
En el interior del palacio es donde mejor se aprecian las influencias llegadas desde el otro extremo del Atlántico. Las dos culturas, continental y azteca, quisieron ser representadas en los frescos que adornan los cuatro salones principales. Así, imágenes de emperadores romanos se suceden con las de reyes mexicanos, leyendas mitológicas, escenas ecuestres o paisajes de ciudades europeas en notables pinturas murales. El palacio cuenta, además, con un patio interior con claustro a dos alturas, con arcadas, y abierto al público.
Visitas alrededor del palacio Toledo-Moctezuma de Cáceres
Como hemos comentado, en los alrededores del palacio de Toledo-Moctezuma, situado en el noroeste del recinto amurallado, se encuentran algunos de los edificios más interesantes del centro medieval de Cáceres. Así, el paseo hasta allí puede completarse con un paseo bajo el arco de la Estrella, el principal acceso de la muralla, la visita al Palacio Episcopal o a las cinco torres que lo rodean (la de los Espaderos, la de Bujaco, la Buraca, la del Rey y la del Socorro).