El centenario Paseo de Cánovas es el centro de la estructura urbana y de la vida social de Cáceres. En él se han reunido generaciones de familias, amigos y vecinos desde que fue inaugurado en 1895 para unir la ciudad con la nueva estación de ferrocarril. Sus frondosos árboles han visto como, año tras año, y con cada cambio de estación, los palacetes y chalets de estilo modernista de la burguesía local se transformaban en una animada zona comercial.
El Paseo Cánovas, el espacio verde de Cáceres
Árboles, arbustos, flores, fuentes, esculturas, quioscos y paseos forman parte del ecosistema natural del centenario Paseo de Cánovas. Los árboles más antiguos del parque son unas acacias y algunas plataneras de 1930. Sin embargo, y visto desde el aire, el paseo se extiende como un manto verde en medio de la ciudad.
En este espacio llaman la atención algunas esculturas como el monumento a Juan Muñoz Chaves, senador liberal español, y el monumento a José María Gabriel y Galán, un conocido escritor y poeta. También dispone de un templete de música construido en 1887, donde durante décadas tocó la banda municipal de Cáceres, y que se utilizó para ubicar a las autoridades durante las paradas militares y juras de bandera.
Estos templetes o quioscos eran muy populares a finales del siglo XIX para colocar a las bandas en los conciertos al aire libre. Se levantó a imitación de los que se construían en Reino Unido durante la época victoriana, donde los músicos tocaban en los paseos, parques y estanques resguardados de las inclemencias del tiempo. Hoy en día, se ha reinventado como un bar con terraza donde se reúnen familias y amigos. También existen otros quioscos populares entre los vecinos como el quiosco de las flores, con más de 16 años de historia, que es punto de encuentro entre los jóvenes que salen de fiesta.
El parque también exhibe varias fuentes de exquisito estilo francés. Quizás la más llamativa sea la fuente Central, que por las noches, sobre todo durante las fiestas o eventos especiales, se ilumina. Construida en 1965, separa el Paseo de Cánovas del Paseo Calvo Sotelo, otro espacio de la misma avenida. Las otras dos fuentes destacables son de 1940 y de estilo clasicista: la fuente de los Cisnes y la fuente de los Tritones.
Para los más pequeños, el paseo cuenta con dos parques infantiles: Cánovas y Cánovas III, ambos con un cercado de vallas multicolores y suelo acolchado.
De compras por el Paseo de Cánovas
Además de ser un lugar para descansar con la familia y amigos o para hacer deporte, este paseo también es una de las zonas comerciales imprescindibles para ir de compras en Cáceres. A lo largo de la avenida se pueden encontrar todo tipo de tiendas, desde pequeños comercios locales de ropa y calzado, hasta grandes franquicias, librerías, zapaterías o restaurantes donde reponer fuerzas después de un día visitando la ciudad.
Con la llegada del frío y los turrones, el paseo acoge un colorido y variado mercadillo de Navidad con numerosos puestos de artesanía y productos típicos. El ayuntamiento también organiza un mercadillo en el paseo durante la celebración del Womad, un festival de música y arte intercultural que se lleva a cabo en varias provincias de España.
Un poco de historia del Paseo de Cánovas de Cáceres
Cuando se inauguró el Paseo de Cánovas hace más de 120 años, la ciudad sólo llegaba hasta la antigua ermita de San Antón, derribada a finales del siglo XIX, junto al herradero de los bueyes.
El paseo se diseñó a raíz de la apertura de la primera estación de ferrocarril, a pocos kilómetros de la ciudad. Pronto, y gracias a ese nuevo nudo de comunicaciones, Cáceres salió de su aislamiento y comenzó a modernizarse. La zona, conocida como Paseo de la Afueras de San Antón, se convirtió en un agradable parque donde pasear bajo la sombra de los árboles.
Su suelo de tierra se mantuvo durante algo más de un siglo hasta que se cambió por un pavimento de baldosas. Tan solo dos años después de su inauguración se comenzó a llamar Paseo de Cánovas, en honor al presidente del Consejo de Ministros español asesinado en 1897 a manos de un anarquista italiano.
El antiguo espacio rural, dominado por campos de cultivos y cercados para el ganado, se transformó por completo cuando se destinaron fondos públicos para la construcción de la Avenida de España, dos vías ubicadas a cada lado del paseo empleadas para actos oficiales como paradas militares.
Un vecindario burgués modernista
Sin embargo, la avenida no sirvió tan solo de nexo entre la ciudad y el ferrocarril, sino que comenzó a tener una utilidad urbanística. Los burgueses locales decidieron construir aquí sus casas familiares, compartiendo espacio con las tres únicas edificaciones hasta el momento: el Hospital Provincial, el Parador del Carmen y las Hermanitas de los Pobres.
Hoy día, la ciudad de Cáceres cuenta con hermosas casas modernistas de gran riqueza arquitectónica construidas a finales de siglo XIX y principios del XX. Algunas de ellas se encuentran en el Paseo de Cánovas, como el chalet de Los Málaga edificado en 1932, el inmueble número 5 de la Avenida de España (1927) o la Casa de los Picos en el número 7 (1937). Otros muchos han sido derribados, como el antiguo hotel de estilo vasco en la esquina de Cánovas con Gómez Becerra, o el cine Norba, de estilo Art Déco europeo, que hoy es un edificio de viviendas.