Los Pilones del valle del Jerte se encuentran en el corazón de la Garganta de los Infiernos, al norte de Cáceres. Estas pozas naturales de granito, erosionadas por el curso del río y regadas por sus aguas cristalinas, que bajan de las montañas de Extremadura, ofrecen al visitante buenas vistas y un baño refrescante en un hermoso entorno natural.
Los Pilones, el secreto del valle del Jerte
Entre la Sierra de Gredos y la pintoresca localidad de Plasencia se extiende el hermoso valle del Jerte, paso natural desde Extremadura hacia las tierras del Duero. El valle está repleto de arroyos, gargantas y acogedoras piscinas naturales donde refrescarse en verano. En los alrededores del río Jerte, que discurre a través del valle, se aglomeran castaños, olivos y cerezos, estos últimos son realmente espectaculares durante la época de floración, cuando un millón y medio de estos frutales tiñen el valle de un delicado blanco invernal.
El nombre de “Jerte” proviene del árabe xerit, que se traduce como río angosto o cristalino. Las aguas que nacen de sus nieves serpentean por toda la zona montañosa formando saltos de agua, pozas y lagunas en un espacio natural incomparable. A los amantes de la historia les gustará saber que no fue hasta 1186, cuando el rey Alfonso VIII de Castilla fundó la ciudad de Plasencia –sobre un asentamiento anterior– para asegurar la posesión de Gredos y el valle del Jerte.
Garganta de los Infiernos
La Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos se encuentra en el valle del Jerte, enmarcada entre la sierra de Tormantos, la sierra de Gredos y el río Jerte. Se caracteriza por tener unas formaciones rocosas de granito y una abrumadora altura, como la que se alcanza en el cerro de Estecillo con 2.290 metros, o la Cuerda de los Infiernillos con 2.281 metros, ambas ubicadas en un antiguo valle glaciar que quedó moldeado por el paso de los hielos cuaternarios.
Debido a estas alturas, la vegetación que se encuentra en la reserva es muy diversa. En los márgenes del ríos y gargantas destacan los fresnos, sauces y alisos. En las laderas soleadas abundan los famosos cerezos de la zona, los robles y castaños. Y en las cumbres se forman praderas alpinas. Esta variedad favorece la creación de diversos ecosistemas y hábitats.
La trucha común acapara el protagonismo en los ríos y arroyos, mientras que las aves rapaces dominan la escena desde las alturas. Y entre los mamíferos, no hay que olvidar a los gatos monteses, ginetas, nutrias y cabras montesas.
En esta Reserva Natural hay abundantes charcas y cascadas; sin embargo, la principal atracción del valle son Los Pilones, unas enormes pozas excavadas en la roca por la erosión del río donde la gente acude a bañarse en verano.
Ruta de los Pilones, en Cáceres
La Ruta de los Pilones comienza en el Centro de Interpretación de la Reserva Natural. El sendero es lineal y está señalizado con colores verdes y blancos. El trayecto es de 3 kilómetros, aproximadamente una hora caminando con tranquilidad y disfrutando del paisaje. Su dificultad es baja, por lo que se trata adecuada para ir con niños. El sendero transcurre entre castaños, tupidos bosques de helechos y cerezos.
En otoño, invierno y primavera las cascadas que se precipitan desde lo alto de las montañas llevan más caudal, por lo que te recomendamos tomar el desvío al mirador del Chorrero de la Virgen que se encuentra un kilómetro antes de llegar a Los Pilones.
Una vez retomada la pista forestal, pasado el puente de madera y subido por unas escaleras talladas en la roca, ya se pueden vislumbrar las curiosas marmitas gigantes. Cada pilón tiene su salto de agua espumoso que lo rellena hasta el borde, a modo de jacuzzi, y que lo une con sus vecinos creando una red de piscinas independientes. Gracias a la erosión fluvial, los más pequeños pueden disfrutar de toboganes naturales desde los que impulsarse hasta las pozas y nadar en un entorno natural idílico.
Senderismo en el valle del Jerte
Aunque esta sea la ruta de senderismo más popular del valle del Jerte, la zona cuenta con numerosos senderos señalizados, más de 20 para ser exactos y 3 rutas de alta montaña. Quizás la segunda propuesta más popular sea la ruta circular de 16 kilómetros, unas 6 horas, que recorre el interior de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos.
Ya sea para caminar o darte un chapuzón, no te pierdas esta maravilla natural considerada por cuantos la han visitado uno de los lugares más impresionantes donde bañarse.