Tierra de conquistadores por excelencia, Extremadura es un lugar lleno de historia, de naturaleza sorprendente y de un rico patrimonio histórico. El sello de la Unesco luce en varias de sus ciudades y en enclaves naturales de sus dos provincias: Cáceres y Badajoz. Mérida, Cáceres o el Parque Nacional de Monfragüe son solo un ejemplo de la riqueza patrimonial de la región extremeña. Si has decidido planificar un viaje para descubrir Extremadura, aquí te damos las claves para que la conozcas sin esfuerzo.
- Cáceres
- Mérida
- Badajoz
- Plasencia
- Trujillo
- Zafra
- Las Hurdes
- Garganta de los Infiernos
- Guadalupe
- Alcántara
- Hervás
- Parque Nacional de Monfragüe
Cáceres
Cáceres es una auténtica joya. Es un lugar que parece haberse congelado en el tiempo y que conserva la esencia de esa ciudad medieval y renacentista de gran importancia que tuvo antaño. Sus conjuntos monumentales están declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986. Es una ciudad llena de historia y de leyendas, de plazas, palacios, callejuelas y murallas. Ha sido ocupada por muchas culturas y todas ellas han dejado su huella particular.
Por esta razón, puedes admirar pinturas del Paleolítico Superior en la Cueva de Maltravieso, entrar a la ciudad a través de una puerta romana o de estilo barroco, pasear por la antigua judería, vislumbrar una torre almohade o encontrar una fachada mudéjar junto a un palacete de la época renacentista. La Ciudad Monumental es una miscelánea de culturas que le aportan una belleza increíble.
Es tan espectacular que hasta la serie de televisión más aclamada de los últimos tiempos, Juego de Tronos, la ha elegido como escenario. No puedes perderte su Plaza Mayor, el Arco de la Estrella, la torre de Bujaco, la Concatedral de Santa María, el palacio de los Veleta o el palacio de los Golfines. Pero hay más sorpresas que encontrarás a medida que vayas recorriendo sus calles y plazas del casco antiguo.
Mérida
A Mérida se la conoce también con el sobrenombre de “la pequeña Roma”. Es un apodo que tiene bien merecido, puesto que posiblemente sea la ciudad española que mejor conserva los restos de la época romana. Tanto es así que mientras das un paseo por las tiendas de moda o bares de copas, te puedes topar de repente con un templo romano al girar la esquina.
El Festival de Mérida te permite disfrutar de una velada estival de teatro al aire libre en un teatro romano con más de 2.000 años de historia. Y puedes atravesar un puente romano, el más largo de la Antigüedad, con 750 metros, mientras bajo tus pies rugen las aguas del Guadiana. Mérida es sobre todo romana, pero también árabe, puesto que conserva una alcazaba del siglo IX que constituye la fortificación musulmana más antigua de la Península Ibérica. Su conjunto arqueológico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Por lo tanto, las citas ineludibles las tienes con el Teatro y Anfiteatro Romano y el Museo Nacional de Arte Romano. Pero tampoco puedes dejar de visitar el templo de Diana, el acueducto de los Milagros o la basílica de Santa Eulalia.
Badajoz
La ciudad de Badajoz hace frontera con Portugal. Su situación geográfica dio lugar en el pasado a enfrentamientos por el control de la zona, y por ello cuenta con construcciones defensivas que se levantaron para proteger la ciudad. Ha sido testigo del paso de muchas culturas aunque la ciudad, tal y como la conocemos, fue fundada en el año 875 por el muladí Ibn Marwan.
Este pasado árabe confiere personalidad a Badajoz, ya que uno de sus principales atractivos es la Alcazaba del Cerro de la Muela, Monumento Histórico Artístico de gran belleza y en perfecto estado de conservación. Es un recinto oval amurallado con torres defensivas entre las que sobresale la torre de Espantaperro, que sirvió de modelo para la Torre del Oro de Sevilla.
Otros puntos de interés son el palacio de los Condes de la Roca, donde se sitúa el Museo Arqueológico Provincial, la plaza de San José y la plaza Alta, la plaza de España, donde se encuentra la Catedral de San Juan Bautista, la puerta de Palmas y la iglesia de San Agustín.
Plasencia
Junto al valle del Jerte, al norte de Cáceres, se encuentra la ciudad de Plasencia, con su bonito centro histórico. La ciudad que podemos ver hoy tiene una configuración medieval, aunque también estuvo poblada por celtas y romanos. La mejor forma de conocer Plasencia es comenzar en la Plaza Mayor y a partir de ahí recorrer las estrechas calles en las que encontrarás edificios palaciegos, conventos e iglesias. También puedes ver los tramos y puertas que aún se conservan de una antigua muralla del siglo XII, la Catedral, la plaza de San Nicolás con el palacio de los Marqueses de Mirabel y el acueducto de Plasencia.
Trujillo
Situado en la provincia de Cáceres, Trujillo es un pueblo con un encanto especial por su larga trayectoria. Tiene un patrimonio arquitectónico señorial por haber sido la cuna de muchos hombres que conquistaron y colonizaron América. Aquí nació Francisco Pizarro, pero también vivieron muchos personajes ilustres de la Edad Moderna, como los Piedras Albas, los Chávez Cárdenas y los Pizarro Orellana de Santa María.
Precisamente, Pizarro es el protagonista indiscutible de esta localidad, puesto que su estatua ecuestre, ubicada en la Plaza Mayor, es probablemente el monumento más fotografiado de Trujillo. En el cerro conocido como Cabeza del Zorro se encuentran las murallas y el castillo, una gran fortaleza del Califato de Córdoba. Desde aquí podrás disfrutar de unas vistas increíbles del entorno natural que rodea Trujillo. También merecen una visita sus tres iglesias parroquiales: Santa María la Mayor, San Martín en Plaza Mayor y San Francisco.
Zafra
Es uno de los pueblos históricos más atractivos de la provincia de Badajoz. Zafra tiene una larga tradición ganadera presente aún en su Feria Internacional de Ganado, considerada la más importante de Europa. La villa de Zafra tuvo su esplendor en la época medieval, cuando servía de frontera entre los reinos árabes de Sevilla y Badajoz.
Uno de los mayores atractivos que aún conserva de esta época es el Alcázar Palacio de los Duques de Feria del siglo XV. Sus calles están llenas de casas con bonitos patios, conventos, fachadas de colores y un característico suelo empedrado. Tras la conquista de América, se convirtió en una ciudad comercial muy próspera y surgieron las ferias de ganado y los mercados. Interesante es también la Plaza Grande y la Plaza Chica, las puertas del Cubo y de Jerez, la iglesia de la Candelaria y el convento de Santa Ana.
Las Hurdes
A pesar de ser una zona en la que se han inspirado muchas leyendas que evocan miseria y aislamiento –ahí está la película de Luis Buñuel ‘Tierra sin pan’–, la comarca de Las Hurdes es un enclave natural de gran belleza. Encontrarás pequeñas aldeas que conservan su arquitectura rural de pizarra y piedra denominada arquitectura negra. Pueblos como Aceitunilla, El Gasco, Riomalo de Arriba u Ovejuela son ejemplos singulares. Su naturaleza pasa de la dehesa extremeña a paisajes más montañosos con valles profundos, como Meandro de Melero. También es comarca de bonitas cascadas y chorreras de agua, como el Chorro de Miacera o la Chorrera de Arrobatuequilla.
Garganta de los Infiernos
La Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos se encuentra en el valle del Jerte, entre la Sierra de Gredos y el río Jerte. Es una zona en la que hay muchos saltos de agua y cascadas, debido a la abundancia de riachuelos y arroyos. Los dos lugares que despiertan mayor interés son Los Pilones y el Chorrero de la Virgen. Se pueden visitar a través de varias rutas de senderismo que permiten descubrir su interior y disfrutar de paisajes llenos de magia.
Guadalupe
El origen de este bello pueblo cacereño está en el descubrimiento, por un campesino, de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el siglo XIII. Según cuenta la leyenda, había sido ocultada desde el siglo VIII para protegerla de los musulmanes. Después, en ese lugar se levantó una ermita, y en 1340 el rey Alfonso XI cedió los terrenos a la población que se había instalado a su alrededor, dando lugar al nacimiento de la población de Guadalupe.
Su principal atractivo turístico es el monasterio de Guadalupe, del siglo XV, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ha sido testigo de acontecimientos históricos, como las repetidas visitas de la reina Isabel la Católica o el bautismo de dos indígenas que Cristóbal Colón trajo de su primera expedición a América. Contiene varios museos y antiguas estancias monacales.
Alcántara
La localidad cacereña de Alcántara es un tesoro escondido. Aquí se celebra un Festival de Teatro Clásico, pero su atractivo más célebre está en su imponente puente romano, que atraviesa las aguas del río Tajo, construido en la época del emperador Trajano para facilitar el transporte de metales. Cinco robustos pilares y seis arcos de medio punto lo dotan de una majestuosidad increíble. A su lado se conservan los restos de lo que fue un antiguo templo romano. El pueblo, situado sobre una colina, tiene otros atractivos que merece la pena visitar, como el Conventual de San Benito, una impresionante obra arquitectónica del siglo XVI; la plaza de la Corredera o la iglesia de Santa María de Almocóvar, una de las joyas del románico extremeño.
Hervás
En el Valle del Ambroz, en la provincia de Cáceres, se halla el pueblo de Hervás. Tiene un antiguo barrio judío declarado Conjunto Histórico Artístico. En sus calles se pueden ver numerosas casas de adobe con entramados de madera y bonitas balconadas. Una curiosidad: La Travesía del Moral es la calle más estrecha de España, con apenas medio metro de ancho. Además, en una visita a Hervás no puede faltar una parada en la iglesia de Santa María, construida sobre un antiguo castillo templario.
Parque Nacional de Monfragüe
Monfragüe es el gran Parque Nacional declarado por la Unesco Reserva Mundial de la Biosfera. Ocupa una extensión de 18.000 hectáreas y es muy conocido por los amantes de las aves rapaces, por la abundancia y variedad de especies que habitan en él. El águila imperial, el buitre negro y el leonado, el halcón peregrino, el búho real o las cigüeñas negras viven a sus anchas entre su flora de bosque y matorral mediterráneo, dehesas de alcornoques y encinas. Es un referente en el mundo en materia ornitológica. Son muchos los miradores desde donde se pueden avistar todas estas aves, como el mirador del Salto del Gitano, el mirador del Castillo o el mirador de la Serrana. Además, existen varias rutas de senderismo para recorrer este parque que, junto con el de Doñana, está considerado el parque nacional con mayor diversidad de Europa.